Cluster alimentario: lo bueno es que, a veces, las ideas utópicas logran su objetivo

Redacción de La Nueva.

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Guillermo D. Rueda
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   De concretarse, el proyecto para la conformación de un cluster alimentario en tierras del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca transformará —en forma definitiva— una región que, ya en 1880, se apreciaba como relevante y estratégica para el crecimiento de la Nación.

   Palabras como sinergia, competitividad, zona franca, generación de empleos genuinos en cantidad y en calidad, potencialidad productiva, espacios de negocios para pequeños, medianos y grandes empresarios y productores, seguridad jurídica, energías renovables, nodo logístico, economía colaborativa, esquemas ganar-ganar y exportaciones de productos con agregado de valor sobrevolaron las mesas de los talleres dispuestos por la organización para conocer las inquietudes de los actores involucrados, en forma directa e indirecta, en esta cadena de valor.

   El espíritu que se logró transmitir, y que en gran medida se logró, fue que casi todos sintieron que estaban en el lugar indicado en el momento justo en que se dio el primer paso hacia una idea de apariencias utópicas.

   La creación de un sector agroindustrial y tecnológico con desarrollo en el ámbito portuario tiene una primigenia de hace un par de años, aunque los trabajos se intensificaron en los últimos seis meses. Especialistas del CGPBB y de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca acudieron en búsqueda de refuerzos en casos virtuosos que, previsiblemente, llegaron desde Países Bajos, más allá de otras consultas en Zaragoza, España.

   “El plan maestro lo tendremos cerrado, incluso con las áreas asignadas, para mayo de 2019. Las claves para crecer son la logística ferroviaria y los accesos viales, así como la suma de contenedores con el fin de lograr la mejor conectividad”, dijo Pablo Arecco, de Port Consultans Rotterdam.

   Hacia el año 2040, se pretende potenciar el puerto local de 8.000 a los 75.000 teus en contenedores; de 11 a 18 millones de toneladas en granos y de 1 a 4 millones de toneladas en subproductos.

   El ejemplo de Países Bajos no es menor: posee una extensión cuatro veces menor a la provincia de Buenos Aires y, sin embargo, es uno de los principales proveedores de alimentos del mundo.

El cluster alimentario del CGPBB y de la BCP prevé instalarse en un predio de 1.000 hectáreas, ubicado hacia la zona este. Podrán desarrollarse desde frigoríficos hasta molinos, pasando por refinerías, malterías y parques eólicos.

   “La exportación de alimentos es una obligación nacional. Por eso estamos comprometidos”, dijo Miguel Donadio, titular del CGPBB.

   El proyecto del cluster (grupo, o racimo, de empresas en un sitio de concentración estratégico interconectados en función de aumentar la productividad para producir a nivel nacional y así exportar) es inédito en Latinoamérica en cuanto al número de hectáreas asignadas. Solo Uruguay posee uno, pero de 95 Has.

   “Solos no podemos vincularnos al mundo. Por eso les pedimos que se encolumnen para hacer bien lo que sabemos hacer. Las góndolas del mundo nos esperan”, agregó Carlos Sosa, presidente de la BCP.

  “El negocio está en lo que se viene; no es hoy. Para que venga la energía eólica el puerto estuvo preparado; para Vaca Muerta, también; y para la creciente demanda de alimentos debemos estar listos”, agregó.

   La Zona Franca Bahía Blanca Coronel Rosales se encuentra en un sitio adecuado para contribuir al proyecto.

   “Debemos aprovechar las ventajas que ofrece el puerto de Bahía Blanca y sortear las limitaciones potenciando las herramientas para el desarrollo de la región”, dijo Pablo Amarelle, gerente del ente.

   En los talleres del encuentro, desarrollado este jueves en las instalaciones del CGPBB por parte de representantes de instituciones públicas y privadas convocados especialmente, se alcanzaron conclusiones no menos importantes respecto del lanzamiento de la idea.

   “Sería indispensable la generación de una plataforma para que cada uno pueda aportar más ideas al proyecto, de manera que la articulación entre el gobierno, las instituciones y los privados pueda trascender”, dijo Gabriela Cristiano, del departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur.

   Por su parte, Miguel Angel Cantamutto, director del INTA Ascasubi, sostuvo que las instituciones deben estar al servicio de la propuesta.

   “Es nuestra tarea difundir los alcances y el potencial del proyecto. Debemos trabajar fuerte en ese sentido”, aseguró.

  ¿Cómo sigue? Se prevé una continuidad del cluster en marzo o abril venideros, cuando se convoque a actores de relevancia en el ámbito empresario productivo nacional, así como instituciones, como la Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) u otras relacionadas con la generación de alimentos. El plan maestro de mayo venidero espera también estas opiniones.