Bahía Blanca | Jueves, 24 de julio

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La mañana sangrienta que cubrió de tristeza a Villa Mitre

Roberto "Baby" Fuentes y un siciliano que había llegado a la ciudad transitaron un camino de cargadas y venganza. La historia se hizo leyenda en el barrio.

Fotos: Emmanuel Briane, Pablo Presti y Jano Rueda-LN.

   Una mañana de octubre la barriada de Villa Mitre se conmocionaba por un episodo más acorde con alguna expresión de cine violento que por cuestiones de la vida real.

   La crónica publicada un día después del hecho, en la página 8 de la edición Nº 18.538 de La Nueva Provincia, del miércoles 14 de octubre de 1953, hizo referencia a una exagerada cuestión de orgullo como causal del episodio, porque en aquel entonces de bullying no se conocía ni el término; pero sí la venganza.

   Producto de ello, Roberto 'Baby' Fuentes (18) y el siciliano Francisco Gentili (22), entonces domiciliado en Remedios de Escala al 400, tuvieron el último, y trágico, encontronazo para ambos.

   “El 12 de octubre, con el 'Baby' fuimos al baile de Médanos. Cuando volvimos, él se fue a trabajar a la carnicería del padre (ubicada en Garibaldi 529). Y como mi hermano (Oscar) había atado el carro de lechero y se había ido, yo salí a buscarlo para repartir. Recuerdo que eran las 11 de la mañana y cuando estaba en una casa de Roca me entero por LU3 de lo que había pasado. La noticia la dio (Esteban Juan Carlos) Dobal. Entonces dejé a mi hermano y me vine para acá”, recuerda con absoluta precisión Héctor Fraggetta, a sus 85 años.

   “El 'Baby' salió a repartir la carne y frente a la plaza, en Alberdi (1564), estaba el tío, de apellido Fenoglio. Él estaba metido en un pasillo. Entonces el 'Gringo' se paró junto a la pared y lo esperó, comenta Héctor, quien considera que Gentili “era terrible; pero, ojo, nosotros no éramos ningunos santos. Yo digo lo bueno y lo malo”.

   Explica que en el grupo de amigos de Fuentes “lo cargábamos porque era un tipo que no se llevaba bien ni con sus mismos paisanos. Siempre andaba sólo, apartado. Además, se paraba en el quiosco de la plaza de Villa Mitre y a mujeres que pasaban les decía porquerías”.

   Fraggeta recuerda una situación que pudo ser desencadenante del drama.

   “Él (por Gentili) iba a la confitería París, que estaba en Caseros y Garibaldi, donde ahora está la vinería, y ahí se armaba la camorra. Me acuerdo que en dos ocasiones el 'Baby' lo agarró al 'Gringo', lo alzó como si fuera una bolsa y lo puso en la pileta que había atrás, donde lavaban las cosas. La segunda vez vino el padrastro del 'Gringo' y lo denunciaron”, detalla Fraggetta.

   Rubén Galiano, a sus 81 años, recorre Villa Mitre en bicicleta y recuerda que “al 'Gringo' le pegaban. Hacía muy poco que estaba acá y lo agarraban en la confitería (París). Y la última vez que le pegaron, porque le pegaron muchas veces, les dijo que ya se iba a vengar”.

   Héctor reconoce que “primero me buscó a mí, después a Valentín (Fonollosa), luego al 'Tigre' (hermano del anterior y quien durante mucho tiempo ofició como enfermero en las veladas boxísticas del Salón de los Deportes), y no nos encontró. El 'Tigre' andaba con una chica que era maestra y el 'Gringo' solía decirle cosas, y eso era motivo para la camorra”.

   Fraggeta asegura que Gentili “lo esperó a que saliera de la casa del tío, a la que había ido a llevar carne; ahí le disparó. Luego se trabaron en lucha, el 'Baby' le quitó el arma y le pegó un tiro”, dijo, señalándose la parte inferior del hombro derecho.

   La crónica de entonces señaló que Gentili utilizó la pistola calibre 22, marca Ballester Molina Nº 97.700, de la que fueron descargados ocho de los diez proyectiles que contenía.
Héctor asegura que al enterarse de lo sucedido “el padre del 'Baby' vino (al lugar del hecho) con el delantal y una fachinga (en alusión a un arma blanca), porque los milicos no permitían que se lo llevaran. Él se los saco y se lo llevó. Cuando llegó al umbral el Hospital Municipal, en la escalera, ahí murió el 'Baby'; si hubieran dejado que se lo llevaran antes se habría salvado”, consideró.

   El vecino reconoce que en torno al hecho se ha generado poco menos que una leyenda en el sector.

   “Unos cuentan una cosa, vos contás una diferente y yo otra; pero yo sé patente cómo fue y estuvimos juntos en las cargadas. Además, cuento lo malo y lo bueno; nosotros no éramos ningunos santos”, repitió el hombre, con el carácter que lo acompaña desde siempre.

"Al `Gringo´ lo amasijaban"

   Rubén Galiano no tiene dudas cuando dice que “al 'Gringo' lo amasijaban. Había barritas que se dedicaban a pegarle a cualquiera, más si era desconocido. No sé si era por diversión o por qué, pero era así”, dice y mencionó a otros grupos que supieron hacerse notar en la ciudad en los inicios de los '70.

   El hombre reconoce que “yo conocía al más chico, al petisito (por Rubén, hermano de 'Baby'), que iba a jugar al billar en la confitería”, pero agregó otro nombre a la “lista para la venganza” supuestamente pergeñada por Gentili.

   “Primero lo fue a buscar a Spigardi, que era yesero, y estaba en una obra; pero no lo encontró y cuando vino a la plaza lo vio al 'Gordo', y ahí le metió los tiros; pero el 'Gordo, en la lucha, le sacó el revólver y le pegó dos tiros al 'Gringo'. Y se desangraron, quedaron tirados un rato”.