“Aposté que con Estrella llegamos a la final”, contó Gastón Diomedi
El escolta contó qué resignó con tal de compartir el último año de su mejor amigo. También, por qué se alejó de Villa Mitre. Se ilusiona con su nuevo rol.
“No voy a seguir en Villa Mitre”, le contó Gastón Diomedi a su amigo Mariano Trellini.
Ni lerdo ni perezoso, el Chino le respondió: “Ya le digo a Claudio (Queti, el DT) que te llame”.
En las charlas de café, Diomedi se había interiorizado de qué se trataba Estrella, el club donde su mejor amigo está gastando las últimas zapatillas. Tomada la decisión, poco tardaron las partes en ponerse de acuerdo.
“Lo que empezó como chiste con el Chino terminó en serio. La gente de Estrella -definió- es bien de barrio; él me dijo que nunca le faltó nada, ni tuvo problemas; me gustó la idea cuando hablé con Claudio y, también, me sedujo poder compartir equipo con mi mejor amigo en su último año”.
—¿Esto significa que no le dejaste vacía la billetera a la dirigencia?
—No, je. Es más, cuando les dije cuánto pretendía, me dijeron que no podían. Y acepté lo que me ofrecieron.
—¿Qué significado tiene el ingreso que te genera el básquet?
—Desde que empecé a cobrar lo tomo como un trabajo, con todo lo que eso significa. Económicamente, me ayuda a pagar el alquiler. Sin ese ingreso, definitivamente no podría vivir solo.
—Al margen de lo económico, ¿qué te movilizó en lo deportivo para aceptar esta posibilidad?
—Uno de los argumentos que me dio Claudio, más allá del aspecto personal y deportivo, era que pudiera transmitirle a los chicos del club ciertos hábitos de entrenamiento, exigencias, cuidados y demás. Esa idea me gustó. Me hace bien ser útil pudiendo enseñar.
—¿Paralelamente significa un compromiso extra?
—¡Sí, claro!. Si un pibe aprende algo que vio de uno, sin dudas que te alegra.
—¿Es un desafío pasar de ser cola de león, o algo similar en Villa Mitre, a cabeza de ratón en Estrella?
—Es eso, un desafío. Nunca me pasó. Por eso lo tomo como experiencia. Voy a tratar de hacer lo mejor.
—¿La expectativa que se generó alrededor de tu llegada, te genera una motivación o una carga?
—Más motivación que carga. Muchos me hicieron notar del cambio, ya que estaba acostumbrado a que en Villa Mitre ganaba todo. Pero me gusta el equipo, porque corre, algo que me sienta muy bien a mi forma de jugar. Me tengo mucha confianza. Para mí, vamos a llegar a semifinales, y puede ser un poco más también... Es más, ya aposté que con Estrella llegamos a la final”.
En el barrio San Martín estarán deseosos de que Gastón gane la apuesta. De todos modos, la decisión de sumarlo significa una inversión que, según dijeron, va más allá del resultado final.
“En Villa Mitre aprendí muchas cosas”
—¿Qué te dejó tu paso por Villa Mitre?
—La verdad que muchas cosas. En lo basquetbolístico aprendí muchísimo con Ariel (Ugolini), conocí muy buenas personas, dirigentes y compañeros; nunca tuve problemas con la gente y me dieron todo lo que necesité.
—¿En Villa Mitre diste el salto de calidad?
—Sí. Al estar rodeado de tantos buenos jugadores aprendés. Ya en los entrenamientos se nota la exigencia. Cuando fui era suplente y terminé siendo titular.
La tricolor fue la sexta camiseta que vistió Diomedi. Se inició en Pacífico, hasta Mini; en Estudiantes jugó un año de Mini y Preinfantiles; pasó a El Nacional, permaneciendo hasta Sub 22; volvió a Pacífico, un año en Liniers y dos en Barracas.
—¿Cada camiseta es diferente?
—Es todo diferente. Cuando fui a Villa Mitre llegué a un equipo campeón. Y ahora estoy en Estrella, que puede ser un poco menos desde lo competitivo, pero sé que estoy para cumplir otro rol.
La carrera
Recorrido. En El Nacional consiguió un título de Juveniles y dos de Sub 22; con Pacífico ascendió a Primera y con Villa Mitre fue campeón dos años.
Por el Provincial. Diomedi -quien llegó como refuerzo al igual que Joaquín Larrandart-, jugará su primer partido con la auriazul el próximo viernes, en Olavarría, ante Racing.
Extra. Gastón tiene 29 años y es administrativo en la subsecretaría de gestión ambiental de la Municipalidad.