Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Condenaron a 12 años de prisión al líder de una banda que vendía drogas

Se trata de Mauricio Gastón Larriaga.
Foto: archivo

   El Tribunal Oral en lo Criminal Federal condenó a 12 años de prisión a Mauricio Gastón Larriaga por ser líder de una banda dedicada a la venta de drogas.

   Mirá también: Poco a poco caen en la ciudad los eslabones del negocio de la droga

   Además de Larriaga fueron condenados el expolicía Luis Martín Pradas a 10 años; Marcelo Coronado, Cristian Daniel Silva y Fernando Daniel Sandoval, 9 años; Patricia Carolina Weinzettel, 6 años; y Mariana Loustaunau, 4 años.

   Larriaga fue en su momento una pieza clave para detener por el mismo delito a Juan Ignacio Suris.

   Los jueces hallaron culplable a los acusados del delitos de "comercialización de estupefacientes agravado por la intervención de tres o más personas organizadas para cometerlo".

   Del mismo modo, declararon a Larriaga reincidente por segunda vez.

   En fallo se indica que durante el debate se acreditó que con anterioridad al 5 de septiembre de 2014, los enjuiciados, uno de ellos funcionario policial (Pradas), quien además detentaba dos gramos de cocaína, comercializaban estupefaciente en forma organizada, actuando en forma coordinada y cumpliendo roles diferentes, cuyo fin último era lucrar a través del tráfico de droga de manera habitual y constante en Bahía Blanca y zona y en forma vinculada con las ciudades de Viedma y Mar del Plata.

Roles

   Respecto de Larriaga, los magistrados consideraron que transportaba estupefaciente desde Mar del Plata a esta ciudad, y desde aquí a Carmen de Patagones y Viedma.

   Del mismo modo, sostuvieron que la distribución en Bahía Blanca y la zona la realizaba a través de los punteros (Silva, Coronado y Sandoval) a quienes aprovisionaba.

   Consideraron que resultó “significativo el rol de Pradas en la custodia del transporte y distribución de la droga, dada su condición de funcionario policial, permitiendo a Larriaga sortear los controles policiales y asegurar el éxito del traslado de estupefaciente”.

   Indicaron que Larriaga tenía dos parejas, una en esta ciudad y la restante en Mar del Plata.

   En Bahía mantenía una relación con Weinzettel, quien según el fallo “no sólo almacenaba la droga, sino que la fraccionaba y también la distribuía”.

   En “La Feliz” convivía con Loustanau, quien al declarar manifestó no tener relación con la actividad ilegal llevada adelante por el principal imputado.

   De todas maneras, el Tribunal entendió que “su alegada ajenidad resulta desvirtuada por las copiosas escuchas precedentemente analizadas, en las que se advierte que conocía las operaciones que desarrollaba Larriaga, las personas a las que vendía el estupefaciente, el dinero recaudado del que ella era destinataria, custodia y beneficiaria, realizaban inversiones como la adquisición de un inmueble en Punta Mogotes, llevaba contabilidad exacta de todas las operaciones desarrolladas por su pareja y sabía quiénes resultaban los deudores e intervenía e impartía instrucciones sobre cómo debía operar”.