Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

La vocación religiosa tuvo un leve repunte en Argentina tras la designación del Papa

"Tenemos más ingresos que el año pasado", dijo con respecto a los seminarios.
Fotos: Reuters y Archivo La Nueva.

   El impacto de la elección de Jorge Bergoglio como máxima autoridad de la Iglesia Católica, por ser argentino pero también por su estilo y las reformas que impulsa, no solo aumentó la participación y compromiso de laicos sino que también revirtió la tendencia decreciente de vocaciones religiosas en Argentina.

   "Luego de un proceso decreciente de nuevos ingresos a los seminarios o de una estabilidad este año tenemos un leve aumento en las diferentes diócesis de Argentina", afirmó a Télam el sacerdote Diego Resentera, rector del Seminario "Nuestra Señora del Rosario" de la arquidiócesis de Mendoza y vicepresidente de la Organización de Seminarios de la Argentina (OSAR).

   Resentera indicó que "en los encuentros que realizamos de responsables de los seminarios eclesiásticos hemos compartido que todos tenemos más ingresos que el año pasado", a pesar de no contar con datos oficiales al respecto.

   La vocación religiosa venía en descenso en Argentina: según datos publicados en OSAR (que reúne sólo a los seminarios eclesiásticos) de 1.463 seminaristas que había en 1997, para 2014 la cifra había descendido a casi la mitad llegando a 827.

   Si bien en 2015 no se registraron datos, fuentes de la Conferencia Episcopal Argentina informaron que en 2016 hubo 907 seminaristas en todas las diócesis del país, lo que representa un incremento de casi un 10 % respecto del último año que hubo información en 2014.

   Esta cifra es independiente de los ingresos en órdenes y congregaciones, de las que la Conferencia solo registra unos 98 pertenecientes a lo salesianos, jesuitas, franciscanos, dominicos, franciscanos conventuales y de la orden de la Merced.

   El seminario es el primer paso de la ordenación religiosa, ya sea en la estructura eclesiástica o en las órdenes y congregaciones como los salesianos o los franciscanos.

   Esta formación dura entre siete y nueve años y consta de diferentes etapas: la filosófica y teológica, la pastoral (experiencia en alguna parroquia) y la ordenación como diácono, paso previo a la ordenación como sacerdote.

   Pero Resentera alertó sobre la relatividad de los números: "Desde hace unos diez años los seminarios comenzaron a trabajar fuerte en una etapa previa al ingreso en el que se acompaña al aspirante en su proceso de discernir si tiene realmente vocación al sacerdorcio", explicó.

   "Ese proceso contempla todos los aspectos de la dimensión del sacerdote y no hay un tiempo establecido, hay jóvenes que trabajaron durante un año, otros tres, pero seguro esto ha influido en la disminución de los ingresos a la vez que generó un aumento en el porcentaje de los que se ordenan". (Télam)