El Paseo de las Esculturas se prepara para su rehabilitación
Mario Minervino
Si bien su aspecto general sugiere que todavía está en obra, con detalles como el alto del pasto, maquinaria, obrador y una falta de limpieza integral, el Paseo de las Esculturas -sobre Urquiza, entre Casanova y Sarmiento-, está cerca de la terminación de las tareas de puesta en valor, con lo cual es posible que en los primeros días de diciembre haya definiciones acerca de su habilitación, más allá de que ya muchos hacen uso de sus veredas, espacios y bancos.
Una de las intervenciones más atractivas es la reconstrucción de la fuente, elemento clave del lugar.
Según consultas realizadas a personal allegado a la empresa Consar Constructora Argentina, adjudicataria de la obra, se ha completado el cambio de piso y se ha reparado la instalación que permite el funcionamiento de los chorros de agua que forman parte del conjunto.
Está terminada la vereda central que recorre el paseo en toda su extensión, la cual tiene un ancho mayor que la anterior y si bien ha modificado el diseño original del solado -realizado por la artista Cecilia Miconi-, se ha mantenido la propuesta de generar paños de distintos colores.
Otro componente que ya tiene uso son las novedosas islas, en las cuales se han colocado bancos y papeleros y que se destacan por su piso de adoquines de granito, provenientes de distintas obras realizadas en la ciudad. También se renovó la iluminación y se completó el riego, con lo cual todas las instalaciones han quedado adecuadas y mejoradas.
La obra de puesta en valor del paseo fue adjudicada en 8,7 millones de pesos. Cerca del 50% de ese monto está destinado a la construcción de la vereda central del paseo, lo cual supone que cada cien metros de la misma costó 621 mil pesos cada cien metros.
Otra intervención importante es la que se realizó en las diez esculturas, a partir del estudio realizado por la UTN, que verificó el estado integral de sus componentes y la ejecución de tareas para asegurar su estabilidad. En algunos casos se mejoraron las fundaciones, en otros se colocaron refuerzos o se mejoraron soldaduras y anclajes.
También se cambió el cerco construido hace dos años en algunas de las obras, demoliendo el murete de hormigón y quitando la malla de acero que las rodeaba, colocando, en tres de ellas, una baranda de acero inoxidable.
El Paseo fue inaugurado en 1994, como resultado de una inédita intervención paisajística sobre un tramo del entubado del arroyo Napostá. La colocación de las esculturas fue una decisión posterior al trazado primario, y las mismas fueron resultado del Primer Simposio de Escultura Monumental, organizado un año antes por el Museo de Arte Contemporáneo, donde diez escultores trabajaron durante dos semanas en terrenos aledaños al puente Colón, utilizando material ferroviario de rezago.
En 1997 se construyó la fuente, de 20 metros de diámetro con 9 chorros de agua que se elevan hasta 7 metros.