Carreras de caballos: admiten que murió un animal y la Comuna "no fiscalizó apuestas"
Por Maximiliano Buss / [email protected]
Una carrera de caballos en Villarino terminó esta semana con un animal muerto, una investigación por apuestas ilegales, la renuncia de dos funcionarios del gobierno de Carlos Bevilacqua y la separación de un concejal oficialista.
"Yo soy del pueblo, no un trucho que me instalé para hacer carreras e irme. Todo esto surgió por una pelea entre políticos", se queja Gustavo González, el organizador de esa competencia que se hizo el domingo pasado en Mayor Buratovich.
Sin embargo, en medio de la polémica, Gonzalez le admite a La Nueva. que la fiscalización de las apuestas no se hizo como lo establece una ordenanza que se rige por un decreto provincial.
“En Burato no hubo un funcionario fiscalizando, de eso se encargó el club. ¿Qué fiscalizador nos va a mandar el Municipio si [el intendente] nos dio permiso para hacer la carrera sobre la hora?”, explica.
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El martes Villarino amaneció con las renuncias de la secretaria de Gobierno, Laura Trelles y el secretario de Producción, Ignacio Gaggioli. Además del portazo que Brion le dio al bloque de Acción por Villarino en el Concejo Deliberante.
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Bevilacqua habló con este diario y explicó que se enteró de la carrera el día anterior y que la habían organizado a sus espaldas porque todos pensaban que él iba a estar de licencia.
Según el mandatario, luego le explicaron que la estaban planificando desde hace semanas con la colaboración de Brion.
“Les advertí que debían tener las autorizaciones que garanticen las condiciones para un evento así. Entonces me comuniqué con la exsecretaria de Gobierno. Ella me dijo que firmaba el permiso. Con esa autorización, se hizo", contó.
Y se usaron máquinas municipales para poner en condiciones la pista.
Animales, apuestas y premios
Participaron 89 animales en 13 carreras y se vendieron —según González—cerca de 200 entradas a 200 pesos cada una. “Creo que iba a haber más gente pero bajó cuando se enteraron que podía suspenderse”, dice el organizador.
Según explica, un porcentaje de la recaudación va a la Comuna en concepto de impuesto. El resto, al club.
Sobre las apuestas afirma que los jugadores compraron un boleto “a 10 o 20 pesos” para apostar al caballo que querían. El 70 % de lo recaudado va para el apostador ganador. Una parte del 30 % que queda para pagarle el premio al caballo que llega primero y la otra para cubrir el transporte de los animales que perdieron.
“A veces los dueños de los caballos apuestan un plus, pero la organización no tiene nada que ver”, aclara.
Y agrega: “Nadie tiene en cuenta el movimiento que tuvo el pueblo por esta actividad. La estación de servicio trabajó 3 o 4 veces más, los negocios trabajaron 10 veces más que un día común”.
Murió un caballo, pero niegan maltrato
Un veterinario que asistió a la carrera como espectador confirmó que un caballo murió, pero aclaró que posiblemente fue por un paro cardíaco.
“No es común que ocurra”, afirma Fabián Maurizzi, para luego agregar: “Estos animales duermen en cama de viruta, son entrenados diariamente, están súper cuidados”.
El especialista aclara que “es mentira” el mito de que dopan a los animales para que mejoren su rendimiento. “Existe una sustancia llamada anfetamina que se usa para eso, pero es difícil de conseguir”, afirma.
El organizador del evento por su parte asegura que no vio que dopen a los animales en los corrales y que sí sabe que a veces les ponen cosas para los dolores o los cólicos.
“El club no pone veterinarios durante la competencia. De eso se encarga cada uno de los dueños. Sin embargo, tenemos la certeza de que los equinos están sanos porque pasan por los controles de la barrera zoofitosanitaria”, explica González.