Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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El arbolado, de capa caída

Ninguna propuesta puede sustentarse o ser efectiva si no es pensada y diseñada de modo que todos sus componentes sean adecuados para el funcionamiento pensado, de modo que al ser implementada genere la respuesta necesaria para que pueda desarrollarse. No es lo que ha ocurrido con la decisión del municipio de implementar un mecanismo para hacer más ágil dar respuestas a los pedidos de distintas acciones en los árboles de la ciudad.

Esto comenzó a partir del uso de la web del municipio, en la cual se habilitó un enlace que permite a cualquier vecino completar una planilla en la cual indica qué tipo de inconveniente tiene el árbol de su vereda que de alguna manera comporta un riesgo o un problema: raíces que afectan las veredas, ramas con posibilidad de caída, copas afectando cables o ejemplares secos, entre otros.

A partir de este esquema resulta mucho más práctico para los frentistas solicitar la intervención municipal, mejorando la anterior exigencia de presentar una nota por mesa de entradas de la comuna, planteando el problema, y atendiendo a que, por ordenanza municipal, tienen prohibido realizar ellos tareas de poda sin contar con una primera evaluación de los técnicos del municipio, con el riesgo de ser multados en caso de hacerlo.

El cambio de modalidad incluye el compromiso, por parte de la comuna, de dar respuesta a cada pedido en un plazo que no exceda las 72 horas, modificación sustancial si se asume que en la actualidad había reclamos que no encontraban respuesta por meses y años. Lo que no se consideró al poner en operatividad este sistema es que el área encargada de atender estos pedidos no cuenta con los elementos adecuados para un cambio de semejante magnitud.

La primera semana de implementado el sistema los pedidos fueron 700, lo cual hace imposible dar respuesta a cada uno en el plazo indicado, tanto en la posibilidad de concurrir a analizar el caso como de disponer de los grupos de tareas adecuados. Pero además la falta de formación en la materia hace que, de acuerdo a lo señalado por los profesionales del municipio, cerca del 70 por ciento de los llamados corresponda a tareas que debe realizar el propio vecino.

La realidad es que Bahía Blanca carece de un plan integral para el mantenimiento de su arbolado urbano, lo cual ha llevado incluso a un alto grado de afectación del mismo. No existen planes anuales de poda, no se cuenta con las herramientas suficientes y ni siquiera con personal entrenado suficiente. Dada su importancia, sin duda merece un pensamiento mucho más amplio y abarcativo.