Juan Espil: “Soy un jubilado joven, pero tengo inquietudes”
No dudó, hace un año, ante el llamado de Federico Susbielles. El por entonces interventor de la Confederación Argentina lo eligió como director deportivo. Renunció al trabajo que estaba haciendo con Bahía Basket y se radicó en Buenos Aires. Allí estuvo desde diciembre de 2014.
Ahora bien, Juan Espil, acaso con la carga de los 12 años afuera del país, hoy necesitaba regresar donde tiene sus raíces y volver a compartir con su gente. Y acá está, nuevamente entre nosotros.
“Necesitaba volver a Bahía y estar con mi familia”, justificó.
De todos modos, lo que vivió marcó una etapa para guardar entre los recuerdos.
“Fue una experiencia enriquecedora, con arduo trabajo”, resaltó.
“El grupo que se formó fue excelente. Todos con muchas ganas de trabajar. Se pudieron hacer cosas importantes con poco presupuesto y recibimos apoyo de varios sectores”, dijo.
En medio de la tormenta, empezó a verse el sol en la CABB.
“Acepté, primero, para darle una mano a Fede y, como hombre de básquet, intentando dar lo mejor a la actividad. Una vez adentro, comprobé que muchas cosas eran complicadas, pero con trabajo se fueron solucionando. La mayoría de lo que nos propusimos se cumplió, fundamentalmente con la selección Mayor”, analizó.
Y elogió a Susbielles, otro bahiense, ahora presidente de la CABB.
“Fede es un tren laburando. No para. Y muchas veces -destacó-, a pulmón. Pero se enderezó el rumbo. Y las ideas son muy buenas, sobre todo con el plan altura y el desarrollo individual”.
Su puesto pasó a ocuparlo Sebastián Uranga.
“Volví a entablar relación con Seba (ex rivales y compañeros de Selección), un apasionado que pone todo. El puesto quedó en muy buenas manos”, resaltó.
¿Y ahora qué?
La realidad es que Juan Espil hoy está en proceso de readaptación.
“Calculo -evaluó- que me dedicaré a otra cosa. Estoy recién llegado; voy a tomarlo con mucha calma”.
-¿Te inquieta la situación siendo tan joven?
-No. Porque tuve la suerte de retirarme de grande y después seguí ligado a Bahía Basket. Soy un jubilado joven, pero tengo inquietudes. Si bien no tengo necesidad de salir a trabajar, algo haré. No es bueno estancarse. Te deprime.
-¿Hay chances de que te reincorpores a Bahía Basket?
-No. Está en muy buenas manos y funcionando.
Espil lleva cuatro años sin hacer actividad y reconoce que no aumentó un kilo. Y son varios los que están tratando de convencerlo para incorporarlo a algún equipo de las ligas amateurs.
“Me llaman para jugar en más 35, más 40 y más 50, pero la verdad, que no extraño en absoluto; terminé hasta las pelotas (sic). Tal vez algunos no lo entiendan porque no tuvieron la fortuna de jugar hasta los 44 años y medio. Igual, cada tanto me doy una vuelta”, contó.
Consejo: vayan cambiando las redes. Volvió Espil...
La familia del goleador, por ahora, sigue distribuida
Rodeado de mujeres. Juan Espil está casado con Mara Drevniak -aún permanece en Buenos Aires- y tienen dos hijas: Sthepanie, quien se encuentra radicada en España y Sofía vive en nuestra ciudad.
Inicio y final. Espil debutó en la Liga Nacional el 25 de marzo de 1988 y se retiró de la actividad el 18 de abril de 2012. Jugó en cinco equipos de España y en Roma de Italia.
Celeste y blanco. Con la Selección disputó los Mundiales de 1994 y 1998. Y participó de los Juegos Olímpicos de Atlanta, 1996.