La ciudad sin himno
Hace 88 años, en febrero de 1928, el jurado encargado de elegir la letra para el Himno a Bahía Blanca declaró desierto el concurso y solicitó, de manera directa, un texto al poeta Carlos Alberto Leumann.
Tres meses antes (noviembre de 1927), la comisión procentenario de Bahía Blanca había realizado el llamado a concurso para obtener una “composición en verso” que, musicalizada posteriormente, sería cantada el 11 de abril, cuando la ciudad celebraría su primer centenario.
Un prestigioso jurado, integrado por Roberto J. Payró, Narciso Mallea, Pedro Obligado y Alvaro Melian Lafinur, recibió en la Capital Federal los trabajos a evaluar.
Pero ninguno conformó las expectativas y la decisión --dado lo ajustado del tiempo disponible-- cayó como un balde de agua fría en la ciudad.
Casi simultáneamente, el jurado solicitó una letra al poeta Leumann, residente en Tigre, quien jamás había visitado nuestra ciudad.
Una semana después, el escritor entregaba su trabajo, publicado por algunos diarios locales y aceptado sin cuestionamientos.
Contrarreloj, la comisión solicitó al profesor Pascual de Rogatis, quien de manera ocasional venía a la ciudad a tomar exámenes en el instituto Williams, su musicalización. La partitura fue terminada el 29 de marzo de 1928, doce días antes de su estreno. El 9 de abril, De Rogatis se reunió con el músico Luis Bilotti para un primer ensayo.
El Himno a Bahía Blanca, escrito y musicalizado por foráneos, se estrenó en el Teatro Municipal, en la velada de gala del 11 de abril de 1928, interpretado por el coro de la Escuela Normal, y con la reconocida apertura: “Por nacer entre océano y pampa, con el cielo por límite azul, a infinita grandeza te orientas y es tu nombre una imagen de luz”.