El videoclub, una costumbre que cuesta rebobinar
Federico Moreno / [email protected]
Todos usamos un teléfono público, preguntamos la hora a un extraño en la calle o fuimos a un videoclub un sábado antes de cenar. Algunas de estas costumbres se fueron perdiendo y ya no hay marcha atrás.
Sin embargo, entre selfies y canchas de paddle, entre smartphones y tarjebuses, hay costumbres que no están dispuestas a perderse. Tal vez la gente ya no tenga que tomarse el trabajo de devolver al videoclub el VHS rebobinado, pero sí, por qué no, puede acercarse a los pocos que quedan en la ciudad y tomarse unos minutos leyendo sinopsis en el dorso de los DVD.
“Yo soy el único loco que compra un videoclub en 2009”, afirma riéndose Mariano Carbajo, dueño del Videoclub Alem de Rodríguez y Alvarado, el único que perdura de los tres que supo tener esa cadena en las épocas doradas del cine en casete.
“Trabajé un año como empleado y después decidí comprarlo. Al mes pasó lo de la Gripe A, la gente no iba al cine ni salía de la casa, llegué a alquilar 300 películas por día. Ahora un sábado no se alquilan más de 100 pelis”, cuenta este fanático del cine que ingresó al rubro durante la era digital.
“El último VHS que se editó en Argentina fue el de Transformers, en 2007. Ahora es casi todo dvd y un poco de Blu-ray, importado. En el mundo ya es viejo hasta el DVD, ahora es todo Blu-ray, lo que pasa es que Argentina nunca tuvo fábrica para hacerlo, lo que hay es importado”, explicó Carbajo.
No pierde tiempo rebobinado los casetes que entregaban los distraídos de los años '90, pero sí tiene que lidiar con los descuidados propios de cada época. “Antes se rompía un pedazo de la cinta, se pegaba y se perdía un segundo de imagen. Ahora te lo rayan, se traba y la peli muere ahí. Las películas infantiles me han llegado hasta con huellas digitales en dulce de leche”, cuenta.
Tal vez baluarte de la resistencia de los videoclubes, lo hace de la mejor manera. Tiene más de 7.000 títulos originales de cine, recomienda a los clientes, como se hacía antes, y además amplió la oferta incluyendo alquiler de juegos para Play-Station 3. “Esta zona está buena porque hay mucho recambio de estudiantes”, analizó.