Gimp, el programa para la edición de gráficos
Un comentario frecuente sobre Gimp sostiene que permite hacer casi todo lo que podemos hacer con Photoshop, solo que con más dificultad.
Este programa ha sido señalado como una de las mejores alternativas disponibles, y quizás ese es el problema.
Tiene su propio potencial y virtudes: merece que aprendamos a manejarlo sin esperar que nos brinde lo que nos da otro programa. Sólo así descubriremos lo que de verdad vale.
Antes de comenzar nuestro trabajo lo primero que debemos hacer es establecer una paleta de colores. Muy probablemente las elecciones que hagamos no serán definitivas, porque estaremos modificándolas y agregando otros colores, pero servirán como base y guía.
Primero, los colores
Para abrir el panel de manejo de color lo más sencillo es hacer un clic en cualquiera de los cuadros que señalan el color principal y el secundario en la barra de herramientas.
Dentro del panel de colores, sobre la izquierda, aparecen 5 métodos diferentes de selección. Para este trabajo vamos a emplear la rueda de colores, representada con un triángulo encerrado en un círculo.
El motivo de esta elección reside en que la rueda de colores es un instrumento bastante simple y tradicional. También puede ayudarnos a entender la relación entre los colores poco a poco. Si nos movemos alrededor de la rueda cambiamos el tono o matiz del color.
Supongamos que elegimos el color de aquellos que aparecen en la parte superior de la rueda. Quedamos con un triángulo que apunta hacia arriba. El círculo dentro la figura puede moverse para modificar el color. La distancia respecto al costado izquierdo marca el nivel de saturación, cuán denso es el matiz. Si este valor disminuye obtenemos colores más grisáceos.