La ex Bodega Arizu será un salón de fiestas y reuniones
Hace casi tres décadas que la Bodega Arizu –-sobre el remate de la avenida Cerri y su esquina con San Luis-- puso punto final a sus actividades en la ciudad, luego de más de 50 años de funcionamiento.
Desde entonces, el inmueble donde la firma acopiaba y fraccionaba el vino elaborado a partir de viñedos mendocinos, quedó abandonado, sufriendo las lógicas consecuencias del paso del tiempo, el vandalismo e incluso una serie de demoliciones parciales.
En las últimas semanas, y luego de estar a la venta durante varios años, sus propietarios comenzaron con la reconstrucción del mismo, con la idea de destinarlo a albergar dos salones de fiestas.
De esta manera se pondrá en valor un punto que ha tomado particular protagonismo desde la concreción, en 2009, de la continuación de la avenida Cerri, de San Luis a Chiclana, intervención vial clave como alternativa para quienes circulan hacia la terminal de ómnibus y el Hospital Penna.
De acuerdo con datos aportados por los titulares del bien a este diario, la idea es terminar los trabajos este año, aunque cumplir ese objetivo dependerá de las variables económicas que atraviese el país.
Una de las decisiones destacadas del proyecto es mantener la fachada original –-que se conserva en buenas condiciones-- así como un elemento emblemático como es su torre de 19 metros de altura.
“Respetaremos esa estructura original, más allá de que también se adicionarán materiales contemporáneos”, se explicó.
La recuperación del edificio conforma un aporte interesante para una área cargada de tradición e historia, como es la de la Estación Sud, en un sector donde se busca impulsar el desarrollo inmobiliario a partir de un nuevo Código de Planeamiento Urbano, todavía en discusión, que apunta a potenciar espacios postergados a pesar de su privilegiada ubicación.
Arizu se instaló en nuestra ciudad en 1935, operando como depósito del vino elaborado en Mendoza. En 1946 se construyó un nuevo edificio, para operar como planta fraccionadora, con desvíos ferroviarios propios y 40 piletones con capacidad para almacenar 200 mil litros de producto.
Adquirida en 1978 por el grupo Greco, dejó de fraccionar vino en 1981 y cerró de manera definitiva en 1987.