“El tabique nasal me lo debieron reconstruir”, dijo el dueño de un boliche agredido

Redacción de La Nueva.

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“En la cabeza creo que tengo siete u ocho puntos de sutura, sobre el arco superciliar izquierdo, y al costado de la nariz, otros más. Y el tabique nasal me lo tuvieron que reconstruir. Pero bueno, creo que quedó bien”.

De este modo explicó Lucio Miguel Serrón (36 años), las consecuencias que sufrió a manos de varios sujetos violentos que el pasado fin de semana lo agredieron en el pub Kapital, que regentea en Casanova 917.

“Era una noche normal, como todas las otras, en estos catorce años que me estoy desempeñando en la actividad en este mismo lugar, y nunca tuve una situación como la que vivimos”, dijo al referirse al episodio registrado alrededor de las 4.30 del sábado.

Contó que “después de lo que pasó en las últimas tres semanas, en Chocolate y en el centro, donde mataron a un (empleado de) seguridad, habíamos tomado cartas en el asunto, porque empezamos a estar un poquito más preocupados”.

Por tal motivo, “había dos personas trabajando en seguridad, para prevenir, y estábamos muy atentos a todo lo que pasaba en cuanto a la puerta, seleccionando bien a la gente. Estábamos preparados, pero nunca te preparás para esto”, agregó.

“Había cinco, todos mayores de edad, que tuvieron un percance con una persona, pero estaban como buscando pelea con alguien, con el primero que se les cruzara, pero no era que había dos bandas. Realmente fue un grupo de inadaptados, esa sería la descripción”, expresó.

En vinculación con el hecho fueron aprehendidas seis personas, entre ellas una mujer.

Dos de los sospechosos, Carlos Damián Gottau (34), domiciliado en Guardia Vieja 1954, y Matías Josué Rodríguez, quien vive en Indiada 1664, fueron imputados de lesiones leves, daño y resistencia a la autoridad, fueron interceptados en la rotonda de Casanova y Urquiza, donde ya habían abordado en taxi para alejarse del lugar.

Los otros acusados son Melisa Aguayo (26) y Héctor Leandro (29), Mauro Gustavo Emanuel (24) y Yonatan Carlos Rodríguez (29), hermanos de Matías, todos con residencia en Indiada al 1600, a quienes se les atribuyó solamente el delito de resistencia a la autoridad, debido a que trataron de impedir el arresto de los dos primeros.

Serrón expresó que al iniciarse el conflicto, “los chicos de la seguridad trataron de frenarlos, pero como estaban en inferioridad numérica, la situación se salió de control. Y si bien no eran tan robustos, estaban en un estado... No sé si tenían encima algo más que alcohol, aunque cuando ingresaron, aproximadamente una hora y media antes, estaban en perfecto estado; no parecía que iba a pasar lo que pasó”.

“Se la agarraron con un cliente, saltaron los de seguridad para prevenir y sacarlos, pero no pudieron. Como vi que la situación se complicaba, yo también me metí y cuando me quise acordar estaba con tres tipos encima que me pateaban, y con un botellazo en la cabeza”, afirmó el comerciante.

Y agregó: “Cuando se estaban yendo, en el camino me rompieron un monitor y ya desde afuera también me rompieron los vidrios. Es que ya no había nadie, de las 70 u 80 personas que estaban en el local y no tenían con quien pelear”.

Dijo Serrón que “afuera también rompieron la vidriera de los colegas del bar Bat, y después los aprehendieron. Realmente es increíble, y no sabés qué determinación tomar. Hoy se me pasa por la cabeza dar un paso al costado en la actividad, porque en realidad ponés en riesgo tu vida y la de la gente. Estoy viviendo la inseguridad a mi lado”.

Manifestó que el incidente se extendió “tres o cuatro minutos, que para mí fueron eternos, a pesar que la policía llegó rápido. Y al otro día vino gente de la Municipalidad para ver cómo estaba, porque estaban preocupados por la situación”.

“De todos depende agarrar al toro por los cuernos y ver de qué manera se le busca una solución o prevenir un poquito mejor este tipo de sucesos", dijo finalmente.