Números y hechos en el destino de Francisco
La quiniela.
El lenguaje simbólico compone un criptograma particular para cada sociedad y para cada individuo. El 4 es de mala suerte para un japonés, pero no lo es para un mapuche. El 13 suele ser de buena suerte para quienes nacen ese día, aunque a la mayoría de la gente le traiga mala suerte. Los gatos negros traían buena fortuna a los egipcios… y así podríamos seguir.
Es importante comprender la relatividad de los valores simbólicos antes de aplicarlos a un individuo concreto. Hay que detectar cuáles símbolos se repiten en su vida, para poder interpretar los presagios referidos a esa persona.
En el caso del Papa, la quiniela jugó un papel simbólico importante el día de su consagración: el sorteo matutino de la nacional favoreció al 8235, número coincidente con las 4 últimas cifras de su carnet de socio de San Lorenzo de Almagro, el 88235.
Pero ahí no termina la coincidencia: en la quiniela de la Provincia, el primer premio correspondió a las 2 primeras cifras de su carnet de socio, a saber, el 88, conocido popularmente como “El Papa”.
Finalmente, en la quiniela nacional nocturna de ese mismo día ganó el 40, “El Cura”.
¿Puro azar?
Escépticos abstenerse de calcular la probabilidad de que esto se deba al azar, es infinitesimal… estamos autorizados a suponer, entonces, que los significados popularmente atribuidos a los números de la quiniela pueden concordar con el destino de Francisco, pues tal juego es una vía escogida por el lenguaje simbólico para formular presagios referidos a él.
Para quien no lo sepa, la superstición popular argentina atribuye a cada uno de los 100 primeros números de la quiniela (desde el 00 al 99) una correspondencia concreta con los sueños, que nada tiene que ver con el psicoanálisis o la oniromancia tradicional. Es un código particular, completamente arbitrario, que identifica por ejemplo, a un borracho con el 14, a los tomates con el 46, a una pierna de mujer con el 77, a los vicios con el 69, al dentista con el 37… un completo sinsentido, ya se ve.
Pero como dije, la quiniela actuó simbólicamente el día de la elección de Francisco, y por eso -–sólo por eso-- debemos prestar atención a la correspondencia de su día de nacimiento con el significado de dicho número de día según la quiniela. Francisco nació el 17 de diciembre de 1936. El significado del 17 para la quiniela es… "La Desgracia". Así, como suena. Esto podría interpretarse de diversas maneras, y tendría toda la razón quien apuntase que Francisco no parece ser un hombre desgraciado, sino más bien una persona modesta y feliz, de indiscutible autoridad moral.
Sin embargo, a la luz de la profecía de San Malaquías, (publicada en 1595, y en la cual creyeron numerosos Pontífices) la correspondencia de la quiniela adquiere un cariz ominoso, pues este Papa es precisamente quien puede tener la desgracia de presenciar el final de la sucesión de San Pedro, justamente cuando él se encuentra al timón de la barca.
Palomas y cuervos
Dos palomas blancas que fueron liberadas por niños que estaban a un lado del Papa Francisco en un gesto de paz fueron atacadas el domingo por otras aves. Ante la vista de miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro, una gaviota y un cuervo negro grande se abalanzaron contra las palomas apenas fueron liberadas desde una ventana del Palacio Apostólico. Una perdió algunas plumas cuando logró soltarse de la gaviota. Sin embargo, el cuervo picoteó repetidamente a la otra.
Momentos antes, desde la ventana del Palacio Apostólico, Francisco había hecho un llamado a favor de la paz en Ucrania, donde habían muerto manifestantes antigubernamentales. Francisco dijo que oraba por Ucrania, en especial por aquellos que habrán perdido la vida en los últimos días." ("Diario El Universal”, de México).
Sería sorprendente que la paz reine en Ucrania luego de semejante augurio... Este es un presagio claro e inequívoco, sin ambigüedad posible en su interpretación. Las palomas blancas de la paz atacadas por un ave tenebrosa, aquel mismo viejo, infausto cuervo oscuro, vagabundo en la tiniebla del poema de Edgar Poe. El Papa Francisco debió haber exclamado, parafraseando al poeta: ¡Retorna, vete a tu hórrida guarida, la plutónica ribera de la noche y de la bruma!
Pero el ave, como en el poema, no le habría hecho caso. Aquí tenemos una buena ocasión para verificar la fiabilidad de los presagios, porque semejante hecho, ocurrido a la vista de miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, no puede tener otro significado que la muerte de las esperanzas de paz, y por ende, el estallido de una guerra civil en Ucrania, como de hecho ocurrió. El incidente ocurrió el 26 de enero de 2014; a fines de febrero se produjo una revolución en Kiev, con un centenar de muertos como saldo. Pocos días después, Rusia anexó Crimea, y los pueblos ucranianos de habla rusa iniciaron un movimiento independentista que llevó a un conflicto bélico con miles de muertos, aún no resuelto.
Parece pues, que el ataque del cuervo y la gaviota sobre las palomas de la paz efectivamente presagió tiempos violentos para Ucrania y para el mundo en general.
El lenguaje de las aves
Las gaviotas vienen jugando un papel importante en los augurios referidos al Papa Francisco. Una gaviota de la especie Larus Argentatus se posó sobre la chimenea de la cual salió la fumata blanca, indicando que el nuevo Papa sería "Argentatus", es decir, Argentino. Por cierto, este fue un buen augurio, pero la misma ave ha participado como vimos en otros hechos simbólicos ocurridos en los últimos tiempos en el Vaticano.
He explicado antes que el lenguaje de los símbolos compone un criptograma particular para cada individuo, y en el caso de Francisco, las aves --gaviotas, palomas blancas de la paz, cuervos negros-- son el signo elegido por las fuerzas invisibles para anunciar los acontecimientos y encrucijadas del destino que se avecinan, en las cuales él tendrá un rol protagónico. No está fuera de lugar el signo, pues los antiguos romanos observaban el vuelo de las aves para averiguar el futuro. Y son ellas las que anuncian el porvenir al Romano Pontífice...