Bahía Blanca | Viernes, 18 de julio

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La “Mona Lisa” no irá a Florencia

Acaba de conocerse la noticia de que las autoridades del Museo del Louvre, de París, decidieron no prestarle a la ciudad de Florencia el cuadro La Gioconda, considerado el retrato más famoso del planeta, y que fue pintado hace 510 años por Leonardo Da Vinci. El argumento es que el traslado implicaría “muchísimos problemas técnicos”.

La decisión aporta un elemento anecdótico más a la que se considera una de las obras maestras del Renacimiento italiano y acaso la más reconocida por todas las generaciones del siglo XX, cargada de misterios y leyendas.La Mona (señora, en italiano antiguo) Lisa es, de acuerdo a lo que se considera la versión más cercana a la verdad, el retrato de Lisa Gherardini, la segunda mujer de Francesco Bartolome de Gioconda, un acaudalado empresario florentino que ocupaba una vivienda a pocos metros del estudio de Leonardo.

La explicación sobre la calidad de la pintura, realizada al óleo sobre madera, excede este comentario, aunque es famosa por la técnica de esfumato desarrollada en el paisaje que se ve como fondo del retrato, así como la enigmática sonrisa de la mujer, que no siempre es posible advertir cuando se mira el cuadro y que además sugiere tanto una expresión de alegría como de amargura.

La fama se debe en gran parte a que la obra, que desde hace más de cuatro siglos está en el Louvre, fue robada en agosto de 1911 por el accionar del argentino Eduardo Valfierno, quien convenció a uno de los trabajadores del museo, de apellido Peruggia, para que se llevara la obra. Valfierno, con la pintura en su poder, hizo unas seis falsificaciones, las que vendió como originales a seis coleccionistas.

En 1913 cometió la imprudencia de ofrecérsela al director de la célebre galería de Uffizi, en Florencia, quien hizo la denuncia a la policía. Así se logró apresar al ladrón y recuperar el cuadro. Desde entonces regresó al Louvre, se extremaron las medidas de seguridad y se convirtió en un verdadero fenómeno artístico, mediático, de marketing y de turismo.

La idea de poder mudar el cuadro a Florencia tenía que ver precisamente con cumplirse cien años de la recuperación de la misma, al tiempo de permitir que regresara a la ciudad donde fue pintada en 1513.

De modo que quienes quieran tener esa singular experiencia de mirar a los ojos a Lisa, deberán ir, como lo hacen cada año 8 millones de personas, al Louvre parisino. Florencia, cuna del Renacimiento, deberá entretanto resignar sus expectativas y seguir disfrutando de esa época tan particular de la historia con los cientos de trabajos que cuenta del mismo Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Botticelli y Caravaggio, entre tantos.