Sentido homenaje en Pigüé a los caídos en La Tablada
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Con motivo del 25º aniversario del ataque al Regimiento de Infantería Mecanizado 3 (Rimec 3) “General Belgrano”, ubicado entonces en La Tablada, y con actual asiento en esta ciudad, se llevó a cabo un merecido homenaje al personal militar y policial, que hace un cuarto de siglo ofrendó su vida
El acto estuvo encabezado por el Comandante de la X Brigada Mecanizada, General de Brigada Carlos Alfredo Pérez Aquino, la intendenta interina Andrea Camandona y el actual jefe del Rimec 3, teniente coronel Roberto Martín Baroni, otras autoridades civiles, policiales y militares, quienes se concentraron en la plaza de armas “Teniente Coronel Horacio Fernández Cutiellos”, quien se desempeñaba como segundo jefe del Rimec 3 de La Tablada y sucumbió luchando contra los guerrilleros izquierdistas que asaltaron ese cuartel el 23 de enero de 1989.
Se encontraba formada la agrupación “Héroes de La Tablada” con bandera de guerra y fracciones del Rimec 3 General Belgrano, Rimec 6 General Viamonte, Rimec 12 General Arenales y de la Base de Apoyo Logístico Pigüé.
También las banderas de guerra del Comando Brigada Mecanizada X, Regimiento Cuerpo Ligero 13, del Grupo de Artillería 10, del Grupo Artillería y Lanzadores Múltiples, de la Compañía de Ingenieros, de Comunicaciones y de Inteligencia 10, así como la bandera de ceremonias de la comisaría Pigüé en representación de la Policía de la Provincia.
Luego de que el jefe de tropas, teniente coronel Roberto Martín Baroni presentó a los efectivos formados al General de Brigada Carlos Alfredo Pérez Aquino, se entonó el Himno Nacional y el capellán de la guarnición, presbítero Diego Kessler, realizó una invocación religiosa en memoria de los héroes caídos.
Luego el jefe del Rimec 3, único orador del acto, inició su discurso haciendo un detalle de todo lo ocurrido durante el ataque por parte del grupo guerrillero izquierdista y la heroica defensa que realizó el personal militar y policial, y la recuperación del cuartel.
“De nada serviría recordar a nuestros camaradas caídos si finalizada esta ceremonia, no nos preguntásemos a nosotros mismos: ¿Estamos preparados para cumplir con nuestra misión, sea operaciones de paz, en apoyo a la comunidad o en defensa de los intereses vitales de la nación que es nuestra tarea principal. Estamos espiritualmente dispuestos para, si es necesario hacer el sacrificio supremo de dar la vida en defensa de nuestra patria?”, resaltó Baroni.
“Estoy plenamente convencido que el mejor homenaje que podemos rendir a los que todo dieron sin pedir nada a cambio, es hacer cada día el máximo esfuerzo para superarnos en cada una de las actividades que realicemos”, añadió.
“Si así lo hacemos, la muerte de nuestros camaradas, el dolor de sus familiares, no habrá sido en vano y permanecerá siempre como un recordatorio de nuestro sagrado deber de defender la nación, si es necesario hasta perder la vida”, señaló.
Tras nombrarse a cada uno de los caídos, se hizo un toque de silencio y una salva de cañones y se develó una placa recordatoria en el monumento que recuerda este hecho.
Luego se entregó un recordatorio que consistía en un cuadro representativo a los familiares de los caídos que se hicieron presentes en el acto, recibiendo en principio la señora Liliana Inés Raffo viuda de Fernández Cutiellos, el cabo Gustavo Albornoz hijo del sargento José Gustavo Albornoz, y al suboficial principal Mario Antonio Curzi por su actuación en dicho combate.
Se colocaron ofrendas florales en el monumento que recuerda a los caídos en defensa del cuartel por parte del Círculo de Suboficiales retirados, Casino de oficiales, suboficiales y soldados voluntarios, tras lo cual se arrió la bandera nacional, y se realizó un desfile militar y policial con el que concluyó el acto.
Una fecha marcada a fuego por la violencia
El copamiento del Regimiento de Infantería de La Tablada por parte de miembros del Movimiento Todos por la Patria (MTP) fue un hecho que dejó más de 40 muertos entre civiles, militares y policías.
El episodio constituyó la última acción de la guerrilla en Argentina y uno de los hechos de mayor violencia desde el retorno de la democracia, cuando en la presidencia se hallaba el radical Raúl Alfonsín.
El 23 de enero de 1989, un grupo de 46 guerrilleros del MTP, que conducían exmilitantes del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), entre ellos Enrique Gorriarán Merlo, irrumpieron en las instalaciones militares, ubicadas en el partido bonaerense de La Matanza, alegando realizar una gesta para frenar un supuesto golpe de Estado.
La toma provocó la inmediata reacción del Ejército y de la policía bonaerense, quienes mantuvieron un sangriento enfrentamiento hasta que recuperaron las instalaciones al día siguiente.
Los hechos dejaron un saldo de 43 muertos (32 guerrilleros, 2 policías y 9 militares), mientras que uno de los subversivos del MTP se fugó, en tanto que otros 13 sobrevivieron.