"Silencio stampa"
RESULTA CUANTO menos vergonzosa --sino una clara muestra de falta de respeto-- la negativa de los funcionarios de alto rango que visitan la ciudad cada muerte de obispo --valga la expresión-- a atender a los medios de prensa locales de una manera adecuada y sensata.
OCURRIO LA segunda semana de julio, con la llegada de, entre otros, el gobernador Daniel Scioli, el ministro de Infraestructura de la Nación, Julio De Vido, y el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, quienes integraron la comitiva oficial que acompañó a Martín Insaurralde en su inicio de campaña como candidato a diputado nacional.
NO SON pocos ni menores los temas que manejan estos nombres relacionados con cuestiones vitales para la ciudad, obras clave para el futuro, relevantes para el presente, y muchas de ellas envueltas en un cono de incertidumbre y postergación.
A PESAR de esa trascendencia, a pesar de la necesidad de tener un panorama en cuanto esas intervenciones, a despecho de los prolongados silencios, los funcionarios realizan su mejor esfuerzo por no hablar, por no atender consultas ni, mucho menos, elaborar respuestas serias y razonables.
NINGUNO SE ocupa --o preocupa-- de brindar una conferencia de prensa, en el sentido de dedicar un tiempo a atender a los medios de manera ordenada y sensata, ni guardan siquiera la deferencia de detenerse en su marcha para contestar alguna de las preguntas lanzadas casi a los gritos por los periodistas.
COMO ADEMAS desde las áreas de prensa y protocolo de Provincia y Nación nunca se tiene en claro cual será la agenda de los visitantes --suele modificarse de acuerdo a la demora que tengan en llegar--, tampoco es claro dónde esperarlos o encontrarlos.
EL ACUEDUCTO desde el Río Colorado, las viviendas del Plan Federal, la calidad del agua, la rotonda de la ruta 3 Sur a la altura de El Cholo, el enlace de las rutas 3 Norte y Sur, la continuación del frente costero y el autódromo y los fondos de Nación para obras de pavimentación son algunas de las cuestiones que debieran responder.
SIN EMBARGO, todos deciden guardar "silencio stampa" --parafraseando al Coco Basile--, con desaires al periodismo y escapadas furtivas, en gestos que son, claramente, de una total desconsideración hacia todos los vecinos bahienses.
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