Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Inés Efron, una actriz en carne viva

Inés Efron destacó que su protagónico en Demo, la pequeña y contundente pieza de Ignacio Sánchez Mestre que cada jueves comparte con David Szechtman en la sala porteña El Camarín de las Musas, le "permite ser una actriz en carne viva". "Como actriz, el personaje me entusiasmó porque es muy jugoso, atraviesa todo tipo de problemas y tiene mucha humanidad", confesó Efron sobre la puesta que se estructura a partir de dos personajes y una pequeña habitación.




 BUENOS AIRES (Télam) -- Inés Efron destacó que su protagónico en Demo, la pequeña y contundente pieza de Ignacio Sánchez Mestre que cada jueves comparte con David Szechtman en la sala porteña El Camarín de las Musas, le "permite ser una actriz en carne viva".


 "Como actriz, el personaje me entusiasmó porque es muy jugoso, atraviesa todo tipo de problemas y tiene mucha humanidad", confesó Efron sobre la puesta que se estructura a partir de dos personajes y una pequeña habitación.


 La intérprete ganadora de un Cóndor de Oro por su trabajo en el filme de Lucia Puenzo, XXY, destacó que le interesó este trabajo porque "mi personaje está en carne viva y le ves los dolores y los miedos".


 La pieza de Sánchez Mestre recrea con exactas dosis de neurosis, dolor y comedia una obra sobre el desamor, la soledad, la convivencia y el desencuentro.


 Paula (Efron) tiene 27 años, está recientemente separada de su novio y vive en una deprimida ciudad de la Costa Atlántica como empleada de un video club. Lucas (Szechtman) tiene 19 y su única razón social pareciera ser tocar en una banda y salir con su grupo de amigos liderada por un enigmático chico apodado "J".


 Sus vidas, que aparentaban rumbos distintos, se cruzan por azar cuando una tarde se conocen deambulando por la playa. Imprevistamente, él le regala el demo de su grupo y ella le ofrece sub alquilarle una habitación de su deslucido departamento.


 Y la torpeza de una innecesaria convivencia irá desvistiendo las pequeñas tragedias anidadas en la cabeza de Paula, una chica con una emocionalidad completamente desbordada y un presente plagado de preguntas.


 "La obra habla de una convivencia entre dos seres que están creciendo, hay algo de madurar juntos desde etapas diferentes, porque ella está recién separada y él se está independizando de la casa de sus padres", remarcó Inés.


 "Es la primera vez que me llega un proyecto que tiene más que ver conmigo, en donde puedo explorar algo que está en mi, porque amo lo liviano de la vida, la comedia y este personaje es más fresco y se relaciona de manera más directa con mi identidad como actriz", celebró la intérprete de las películas El nido vacío, de Daniel Burman; y Cara de queso, de Ariel Winograd.


 Capaz de escoger este medio para regalar su arte, apuntó que "el teatro me genera de todo: me da miedo, me permite llegar a estados emocionales que no llego con el cine.


 "Es como un entrenamiento intensivo que me permite vivir la actuación desde otro lugar", subrayó.