Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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Condenado a 14 años de cárcel por abuso sexual

Un sujeto fue condenado a la pena de 14 años de prisión, acusado de haber abusado sexualmente de una menor de edad en forma reiterada, la que producto de las vejaciones resultó embarazada. La sentencia, impuesta en trámite de juicio abreviado por el Tribunal en lo Criminal Nº 2, recayó en Oscar Emilio Berth, quien fue hallado responsable de los delitos de abuso sexual simple reiterado agravado, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterado.

 Un sujeto fue condenado a la pena de 14 años de prisión, acusado de haber abusado sexualmente de una menor de edad en forma reiterada, la que producto de las vejaciones resultó embarazada.


 La sentencia, impuesta en trámite de juicio abreviado por el Tribunal en lo Criminal Nº 2, recayó en Oscar Emilio Berth, quien fue hallado responsable de los delitos de abuso sexual simple reiterado agravado, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterado.


 Para los jueces quedó acreditado que el imputado sometió a la víctima --cuya identidad se mantiene en reserva por cuestiones legales-- cuando tenía entre 10 y 11 años, aprovechando que se encontraba sola en una vivienda del barrio Ricchieri.


 Los abusos, según el fallo, se producían en horario matutino, cuando la madre de la pequeña no estaba presente, aprovechando el individuo la confianza que tenía con la familia.


 Se estableció además que la niña era amenazada por Berth, refiriéndole que si contaba algo le haría daño a ella o a sus allegados.


 Los aberrantes episodios se habrían descubierto a fines de septiembre de 2010, cuando la víctima padeció una descompostura en medio de una clase de gimnasia de su escuela.


 La menor fue trasladada y atendida en la sala médica del barrio Estomba, donde el médico pediatra que la asistió recomendó la realización de un análisis de sangre y una ecografía ante la sospecha de que podría llegar a estar embarazada, situación que posteriormente fue confirmada.


 Ante esto la madre consultó a la niña sobre lo sucedido, la que comenzó a llorar y le contó que había sido abusada por Berth.


 Un tío de la nena, al enterarse de lo sucedido, fue hasta la casa del sospechoso y le exigió explicaciones, a lo que el acusado admitió los abusos.


 Según la madre de la nena, el hombre concurría habitualmente a su casa, destacando que les brindaba ayuda económica y respaldo tras la muerte de su marido.

Pruebas contundentes.




 Uno de los elementos valorados por los jueces para arribar a la sentencia fue la declaración de la víctima mediante el sistema de Cámara Gesell.


 La pequeña señaló que Berth concurría diariamente a su domicilio y que los abusos comenzaron con tocamientos y finalizaron con el acceso carnal.


 Explicó que en un principio le contó lo sucedido a su madre y a su abuela, quienes le habrían dicho al imputado que no concurriera nuevamente a la vivienda.


 Pero, pese a esto --según la menor--, lo habría seguido haciendo cuando su madre se iba a trabajar, amenazándola para que no dijera nada.


 El informe psicológico de la víctima sostiene que no se evidencia en ella tendencia a la fabulación.


 "En este caso existe una asimetría muy visible: un cuerpo capaz de procrear, en una niña que, como tal, aún es emocionalmente inmadura, lo que le impide otorgar al acto denunciado un consentimiento de manera válida", sostuvo la resolución judicial.


 Por otra parte, los resultados de las pericias genéticas determinaron la responsabilidad del individuo respecto del embarazo que cursaba la menor.

Nada creíble.




 El tribunal entendió que no resultaron creíbles los dichos de Berth al momento de prestar declaración indagatoria en la fiscalía.


 El sujeto dijo que solía concurrir a la casa de la víctima, aunque aclaró que lo hacía cuando se encontraba presente su madre.


 Y agregó que no tenía llave de la casa, que ingresaba cuando le abrían desde adentro.


 Sin embargo, los dichos del sospechoso quedaron absolutamente desvirtuados a partir de la profusa y contundente prueba obtenida en su contra.


 Además, el psicodiagnóstico realizado al imputado da cuenta que surge en el mismo una precaria organización psicológica.


 "Presenta pobre discriminación en los vínculos que establece, evaluándose polarización afectiva en relación a la menor y su progenitora, destacándose que estas dificultades para una adecuada discriminación es uno de los elementos que pueden observarse en personas acusadas de abuso de la intimidad de terceros".


 Por todo ello, los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 2 dieron por acreditada la responsabilidad penal de Berth y lo condenaron a 14 años de cárcel.