Dramático final de Lucas Menghini

Redacción de La Nueva.

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 BUENOS AIRES (DyN y NA) -- Más de 48 horas después de la tragedia ferroviaria en la estación de Once, Lucas Menghini Rey, que permanecía desaparecido, fue hallado ayer, sin vida, en el interior del convoy de la línea Sarmiento.

 Al joven, de veinte años, lo descubrieron perros adiestrados de la Policía Federal en uno de los fuelles que unen al tercer con el cuarto vagón de la formación 3772.

 Tras enterarse, un grupo de personas protagonizó incidentes: hubo gases lacrimógenos, con algunos heridos entre los agentes y una decena de detenidos. Otros manifestaron su indignación con insultos a las autoridades nacionales. Al grito de "que se vayan todos" y "asesinos", familiares de Lucas y pasajeros objetaron que no se haya inspeccionado todo para determinar que no había más pasajeros atrapados.

 Visiblemente exaltados, exigieron la renuncia del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, y cuestionaron que las autoridades "se hayan borrado" ante una tragedia con 51 muertos y 703 heridos. "Cristina (Fernández) dónde está", se preguntaban, mientras golpeaban los carteles de las boleterías.

 El clima de tensión hizo que los trabajadores suspendieran el servicio de trenes por falta de garantías.

 El ministerio de Seguridad, según trascendió, analiza abrir una investigación para saber de quién fue la responsabilidad por la desidia. En ese lugar, se habrían desempeñado los expertos de Bomberos que asistían a las víctimas.

 "El cuerpo estaba aplastado de una manera que no podía ser percibido en una búsqueda del personal. Por eso, se enviaron a los perros para un rastreo más profundo", precisó un jefe policial.

 Otras dos personas, que permanecían desaparecidas, fueron halladas con vida:
* Javier Almaraz, de 41 años, tomó el tren, pero se retiró por las suyas, sin heridas de gravedad. El problema para localizarlo se produjo porque perdió su celular y no buscó otros medios alternativos para avisar. En su domicilio, carece de teléfono fijo.
* Fernando Javier Sánchez, de 32 años, también se fue por sus propios medios, aunque decidió pedir asistencia en una clínica, donde estaba internado, estable y sin heridas de gravedad.

 Horas antes del hallazgo, la madre de Lucas, María Luján, había lanzado un pedido desesperado para que la ayuden. "Alguien dice que lo vio bajar con un cuello ortopédico y en camilla. Lo vio vivo, lastimado, ensangrentado, muy shockeado, entiendo que alterado. Lo deben haber sedado; por eso, es probable que no pueda pronunciar su nombre", comentó, antes de conocer el triste final.

 El muchacho, que tomó el tren en San Antonio de Padua (oeste del conurbano), trabajaba en un call center cercano a la estación de Once. Era padre de una niña, medía 1,66 metros, tenía contextura delgada, con el pelo corto.


DyN

Familiares de Lucas y ocasionales pasajeros protestan en las galerías de la estación de Once.