Bahía Blanca | Miércoles, 03 de septiembre

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La vigencia del cardo ruso

La agricultura constituye la mayor fuerza selectiva en la evolución de las malezas. El término maleza involucra a unas 250 especies vegetales que no constituyen un grupo botánico en particular. Muchas de ellas se han introducido desde áreas geográficas muy distantes, o son nativas y resultan particularmente favorecidas por las perturbaciones causadas por la actividad agrícola. Cualquiera sea su origen, las malezas son un componente integral de los agro-ecosistemas y, como tales, influyen la organización y el funcionamiento de ellos desde los albores de la agricultura.






 La agricultura constituye la mayor fuerza selectiva en la evolución de las malezas. El término maleza involucra a unas 250 especies vegetales que no constituyen un grupo botánico en particular.


 Muchas de ellas se han introducido desde áreas geográficas muy distantes, o son nativas y resultan particularmente favorecidas por las perturbaciones causadas por la actividad agrícola. Cualquiera sea su origen, las malezas son un componente integral de los agro-ecosistemas y, como tales, influyen la organización y el funcionamiento de ellos desde los albores de la agricultura.


 En el agro-ecosistema, el impacto más crítico de las malezas es el efecto negativo sobre las plantas cultivadas ejercido a través de la competencia por recursos limitados. Trastornos en la recolección y el acondicionamiento de los granos y la disminución de la calidad del forraje constituyen perjuicios adicionales en muchos sistemas.


 La mayoría de las malezas exitosas poseen prolongada viabilidad y pronunciada dormición, permitiendo su supervivencia en condiciones inadecuadas para el crecimiento de las plantas y la persistencia por largos períodos en el suelo. La dormición puede ser definida como un estado en el cual las semillas o yemas viables no germinan aun cuando existan condiciones de temperatura, humedad y concentración de oxígeno adecuadas.


 Salsola kali. El cardo ruso, cuya denominación es Salsola kali, es una especie de origen euroasiático, aunque en la actualidad está ampliamente naturalizada y extendida por todas las regiones del planeta.


 Es una pequeña hierba anual, aunque en algunos casos llega a tener porte de arbusto y, en este caso, puede comportarse como perenne, con una altura de hasta un metro. Se trata de una planta de tallos muy ramificados --dando a la planta un aspecto esférico--, espinosos, más o menos rectos y estriados.


 Posee hojas alternas, lineares, algo engrosadas y hasta carnosas, que rematan en una espina apical. Sus flores son muy simples y poco aparentes, agrupadas en fascículos terminales en las ramas jóvenes. Sus frutos están provistos de un ala membranosa blanquecina-rosada.


 Tradicionalmente, se han descripto dos subespecies. La subespecie típica es propia de arenales costeros. Tolera a la perfección estos ambientes, de sustrato inestable que percolan rápidamente las aguas de lluvia e incluso del oleaje, así como las pequeñas gotitas procedentes del mar que arrastra el viento. La subespecie ruthenica crece en los caminos y zonas linderas a los cultivos de secano y en los nuevos regadíos de goteo, los que invade posteriormente.


 Propagación. El cardo ruso, o yuyo volador, se reproduce por semillas, que tienen alto poder germinativo, facilidad de desprendimiento de la planta, maduración rápida y escalonada, por lo que una sola planta produce varias generaciones por año. La germinación se inicia a fines de invierno o principios de primavera, tras un breve período de reposo, y aun cuando esté enterrada en el suelo a más de 10 centímetros de profundidad.


 Se desarrolla mejor en suelos sueltos, de textura gruesa e incluso aquellos con cierto tenor salino. Por ello, su carácter invasor se desarrolla preponderantemente en los suelos citados, donde las semillas germinan fácilmente. Florece en verano y fructifica en otoño, manteniéndose con los frutos hasta fines de dicha estación.


 La dispersión de esta amenazadora maleza se realiza principalmente a través del viento,m sobre todo cuando la planta se desprende de su sistema radicular a nivel del cuello de la planta, al final de su ciclo, y es arrastrada por el viento a grandes distancias, dispersando así las semillas.


 También suele dispersarse mediante agua de riego o escorrentía, equipos de labranza y de cosecha. La semilla puede permanecer viable en el suelo después de varios años, y aun cuando esté enterrada a bastante profundidad.


 Algo muy importante a destacar es que esta especie tiene una capacidad muy alta de producción de propágulos, alrededor de 200 mil/planta, lo cual representa exactamente el doble que cualquier avena.


 Es capaz de germinar a temperaturas bajo cero, con un óptimo amplio de 7 a 35ºC. No requiere mucha humedad, pero sí suelos sueltos. Sólo tarda unas horas. La mayoría de las semillas germina dentro de un año y pocas sobreviven a tres años.


 Una característica importante es que puede acumular nitratos y oxalatos que llegan a ser tóxicos para borregos.


 Recomendaciones. Si bien existen estudios sobre la fenología de las plantas, éstos fueron llevados a cabo en lugares con condiciones ambientales (temperatura, régimen de lluvias, incidencia de heladas, etc.) muy diferentes de las que pueden encontrarse en el partido de Tornquist.


 Es por ello, y debido a que el ciclo biológico de la planta es determinante en la producción de semillas y, por ello, en su comportamiento como maleza, se recomienda realizar un estudio particular sobre el desarrollo de esta planta en la zona.


 Particularmente, debe efectuarse un estudio fenológico y de ciclo de vida de la planta en diferentes puntos especialmente importantes del partido (aquellos particularmente afectados por la incidencia de la maleza) a lo largo de, al menos, un año, de manera de poder saber en qué momento ocurre la germinación, floración y fructificación. Al determinar los meses en los cuales se desarrollan estos procesos, se podrán luego diseñar medidas preventivas eficaces que tiendan al control, sobre todo mecánico de la especie.


 No recomendamos el control químico, con la utilización de herbicidas, debido a que generarían un impacto importante sobre las restantes especies vegetales que habitan la región, cultivadas y no cultivadas, sin mencionar los problemas de contaminación de napas debido a la acumulación de residuos peligrosos.


 Sugerimos, además, realizar tareas de difusión con los productores de las zonas más afectadas, de manera de que accedan a un mayor conocimiento sobre la especie en cuestión, así como también puedan entender cómo se relaciona la problemática con el ciclo natural de la especie.


MEDIDAS DE CONTROL







 Como principales medidas de control mecánico, se recomienda especialmente impedir la formación de semillas, arando los terrenos infestados, rastreándolos cuando estas plantas tienen pocos centímetros de altura.


 Desde el punto de vista del control químico, el cardo ruso es susceptible a los herbicidas 2,4-D, MCPA y 2,4-DB.


 En los Estados Unidos, se han intentado diversas estrategias para el control biológico de la especie. Sin embargo, no han sido muy exitosas.








 La licenciada Vanesa Pérez Cuadra y la doctora Viviana Cambi integran la cátedra de Biología de Plantas Basculares del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional del Sur.