Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Condena para dos acusados de un violento episodio

A la pena de seis años y medio de prisión fueron condenados dos hermanos, acusados de haber participado de un violento episodio ocurrido a mediados del año pasado en Pedro Luro, cuando privaron de la libertad, golpearon y robaron dinero a una persona. La sentencia, impuesta por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, a cargo de los doctores Eduardo d`Empaire, Daniela Fabiana Castaño y Guillermo López Camelo, recayó en Samuel Neftalí y Héctor Hernán Inzunza.

 A la pena de seis años y medio de prisión fueron condenados dos hermanos, acusados de haber participado de un violento episodio ocurrido a mediados del año pasado en Pedro Luro, cuando privaron de la libertad, golpearon y robaron dinero a una persona.


 La sentencia, impuesta por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, a cargo de los doctores Eduardo d`Empaire, Daniela Fabiana Castaño y Guillermo López Camelo, recayó en Samuel Neftalí y Héctor Hernán Inzunza.


 Durante el debate quedó acreditado que el 12 de junio de 2010, poco antes de la medianoche, un grupo integrado por más de tres personas, sorprendieron y redujeron a Luis Alberto García en su vivienda de la laguna La Salada.


 La víctima fue golpeada y amenazada con un cuchillo para que diera datos respecto del paradero de Juan Manuel Coresa.


 Inmediatamente los captores trasladaron al hombre hasta un utilitario Fiat Ducato, donde lo agredieron, le vendaron los ojos y amenazaron de muerte.


 De la misma forma, García fue despojado de un estéreo, un teléfono celular y 18.500 pesos que tenía en su domicilio.


 Al declarar en el juicio, el damnificado dijo que esa noche se encontraba durmiendo, cuando repentinamente golpearon su puerta y al abrir ingresaron violentamente varios sujetos preguntando por Coresa.


 El hombre manifestó que en un primer momento accedieron tres individuos, aunque posteriormente se sumaron 7 u 8, y que lo sostenían contra la pared y lo golpeaban violentamente.


 Explicó también la forma en que fue conducido al vehículo utilitario, a bordo del cual lo siguieron castigando.


 Mario Paniagua, hijastro de García, sostuvo que esa noche se encontraba en nuestra ciudad, cuando recibió un llamado telefónico de la víctima, la que le decía que le estaban pegando y lo querían matar.


 Que en determinado momento un sujeto tomó el teléfono de su padrastro y le manifestó que tenía que llevarles a Coresa si lo quería ver nuevamente con vida.


 El testigo recordó que luego se cortó la comunicación, por lo que llamó a una efectivo policial que conoce en Pedro Luro, a la que puso al tanto de la situación.


 Paniagua expresó que logró contactar a Coresa en Bahía Blanca y juntos partieron hacia la localidad del partido de Villarino.


 Por último, indicó que cuando estaban llegando a Mayor Buratovich le avisaron que su padrastro ya había sido auxiliado por la policía.

Descargo




 En el marco del debate declaró el imputado Samuel Inzunza, quien comentó que Coresa lo había contratado junto a otra gente para trabajar en la cosecha de cebolla.


 Reconoció que se produjo un conflicto entre ambos por un dinero que no les abonó, aunque negó los cargos en su contra.


 Explicó que esa noche se encontraba en su casa cuando recibió un llamado de Paniagua y Coresa, quienes le preguntaban si tenía retenido a García.


 Ante la situación, de inmediato avisó a la policía y poco después esas personas se presentaron armadas en su vivienda.


 Describió que le comenzaron a golpear la puerta, pero al advertir que se aproximaba un patrullero se retiraron.


 Finalmente, reiteró que era inocente y que no salió de su domicilio en toda la noche.


 De todas maneras, el cruce de llamadas telefónicas realizado desde el celular del imputado con el del resto de los protagonistas del hecho resultó decisivo para hacer caer su coartada.


 Al respecto, el informe emitido por la empresa proveedora del servicio determinó que esa noche, más precisamente durante las horas en que habría ocurrido el episodio, el aparato de Inzunza se movió entre la celda ubicada en Hilario Ascasubi y Pedro Luro.


 García habría reconocido a los dos imputados y el utilitario blanco perteneciente a Héctor Inzunza.


 También se tomó en cuenta la declaración de Juan Manuel Coresa, quien dijo que 48 antes del grave suceso habían amenazado a su familia por la deuda que le reclamaban.


 Con todos estos elementos los jueces dieron probada la participación de los acusados en el episodio, y al momento de establecer la pena se valoró como atenuante la carencia de antecedentes, aunque se contempló como agravantes la modalidad de hecho, la duración y el desarrollo violento del mismo y la intervención de varios individuos.


 Por todo lo expuesto, el tribunal condenó a los hermanos Inzunza a la pena de seis años y medio de prisión, por el delito de privación ilegal de la libertad agravada y robo doblemente calificado, por haber sido perpetrado con armas y en poblado y en banda.