Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

Un apasionado de la mujer

Hace más de 25 años que Pancho Dotto sabe dónde poner el ojo si de incipientes talentos se trata. Claro que desde 1986, en que nació su empresa, a esta parte, mucha agua corrió debajo del puente hasta convertirse en toda una marca registrada a la hora de desarrollar la carrera de las modelos más exitosas.




 Hace más de 25 años que Pancho Dotto sabe dónde poner el ojo si de incipientes talentos se trata.


 Claro que desde 1986, en que nació su empresa, a esta parte, mucha agua corrió debajo del puente hasta convertirse en toda una marca registrada a la hora de desarrollar la carrera de las modelos más exitosas.


 Si bien admite ser conciente de que sus logros son merecidos, y que no responden a otra cosa que al esfuerzo de muchos años, se define, simplemente, como un "descubridor".


 En Bahía Blanca, ciudad a la que visitó con el fin de hallar nuevas caras, se mostró tal cual es: simpático, buen mozo y rodeado de mujeres hermosas.


 En un diálogo abierto, respondió sobre el pasado y el presente de una actividad que aún lo tiene en boga.


 -- ¿Cómo se hace para manejar una empresa de esta naturaleza durante tanto tiempo?


 -- Hace 26 años que vuelco todo mi trabajo y mi esfuerzo, pero reconozco que es muy difícil tener una empresa en la Argentina. Esto se debe, en parte, a las distintas situaciones económicas, pero también al hecho de ser mediático, lo que hace que a uno lo observen más. Las trabas son permanentes y las reglas cambian todo el tiempo. Es un país complicado para crecer trabajando.


 "La AFIP siempre complica la vida de las modelos, los representantes y los descubridores".


 -- ¿Qué aptitudes deben tener para que ponga los ojos en ellas y convocarlas para probarlas en la agencia?


 -- Hay casos de chicas muy bonitas, en los que cualquiera podría darse cuenta de que son personas que pueden trascender, como Valeria Mazza y Carola del Bianco, por ejemplo. Pero hay otros, como el de Carolina "Pampita" Ardohain, que mide 1,65 metro, en los que prevalecen otras cuestiones. Supe enseguida dónde llegaría. Eso sí: detrás debe haber un aparato importante, un trabajo muy exhaustivo.


 -- ¿A qué se refiere?


 -- A que ninguna modelo conocida, como Valeria Mazza, Carolina Pelleriti, Bárbara Durand o Dolores Barreiro hubiesen llegado donde están, de no haber habido detrás una empresa de comunicación seria y con credibilidad.


 -- ¿Fue cambiando el concepto de "modelo" en los últimos años?


 -- Muchísimo. Cuando empecé, en 1984, la mayoría de las modelos eran delgadas, con doble apellido y cierta clase social. Una vez descubrí a la hija de un portero y se armó toda una revolución. Hoy todo cambió. De hecho, Julia Rohden, una de las chicas que hoy me acompaña, hasta hace poco cosechaba tabaco en un pueblito perdido de Misiones. Ni siquiera hablaba bien el castellano.


 -- ¿Cómo se maneja ese cambio de vida tan abrupto?


 -- Con mucha responsabilidad. A Julia, por ejemplo, la vi tan vulnerable que decidí que se instalara con mi madre, que tiene un cuarto disponible, en su departamento. No tiene "anticuerpos" ni formación urbana normal. En definitiva, no estaba en condiciones de convivir con el resto de las chicas.


 "La actitud es fundamental, pero es muy difícil manejar chicas de entre 13 y 20 años, en plena etapa de descubrimientos. Básicamente, necesitan una familia que las contenga. Si se las saca de ese núcleo hay que estar muy atento para que se lastimen lo menos posible".


 -- ¿Qué aspectos fundamentales observa cuando una jovencita toca la puerta de la agencia?


 -- No son dos, tres, ni cien factores los que se tienen en cuenta. No alcanza con mirar la dentadura o la altura. Es un flash que uno recibe y que no se relaciona ni siquiera con la delgadez. De hecho, cuando descubrí a Valeria, me enamoré perdidamente de ella en el sentido profesional. Y no era, precisamente, una mujer delgada.


 -- ¿Qué mujer lo cautiva o, simplemente, le parece hermosa?


 -- ... (largo silencio) Hace mucho que no la veo, pero Sofía Loren me mata. No es poca cosa que una dama de 70 años provoque eso en un hombre mucho más joven. Nunca olvidaré la primera vez que la ví: se sentó a mi lado, se sacó los zapatos, me miró... y creí que me moría. Posee todos los condimentos que debe tener una mujer.


 -- ¿Qué opina, en general, del género que le da de comer?


 -- Soy un apasionado de la mujer. Desde que descubrí que me gustaban, supe que son ellas quienes manejan todo. Hay quienes dicen que el hombre domina el mundo, pero se olvidan que las mujeres los dominan a ellos.


 -- ¿Qué mujer, para usted, tiene el mundo a sus pies?


 -- Aquella que, además de ser joven y hermosa, posee entusiasmo y picardía. Quien sabe que tiene aptitudes y las explota, sin dudas, triunfa. Jackie Kennedy, Brigitte Bardot, Julia Roberts y Cameron Díaz son ejemplos de esto.


Demasiado ocupado para ser padre







 "¿Si tengo la fantasía de ser padre? Debería responder que sí, pero, sinceramente, siento que he estado tan ocupado sosteniendo lo que tengo, que ya no creo que me suceda", señala.


 "Jamás me he drogado ni soy alcohólico; tengo una sola adicción: el laburo. Empecé a los 14 años en un taller mecánico y nunca dejé de trabajar. Le pongo pasión a todo lo que hago", completa, con convicción.


 Con una vida dedicada al medio, Pancho Dotto parece sincero.


 O al menos no esquiva respuestas, aún aquellas ligadas a su vida personal, como su lista de ex novias --todas modelos de su propia agencia-- ni a sus cuentas pendientes, como pasar por el registro civil y tener hijos.


 Confiesa que su última mujer, la modelo Carolina Gimbutas, lo abandonó por el mismo motivo que lo hacen todas: su adicción al trabajo.


 Con el mismo fundamento también lo dejó su primer gran amor, Elizabeth Márquez, de quien, asegura, tiene un gran recuerdo.


 "Estaba en ascenso, ocupadísma, y, aún así, me esperaba con la mesa servida. Pero en ese momento yo estaba arrancando y sentía que no podía. Así fue como se cansó de no poder llevar una vida normal".


 "Tres años y medio es todo lo que me duran las noviazgos. Pero siempre he tenido mucha suerte, porque me han tocado mujeres buenísimas", reflexiona.


 Pancho fue pareja, además, de Elizabeth Márquez, Dolores Barreiro y Daniela Urzi.


 "No faltó algún idiota que dijera que yo era poco serio porque me involucraba con chicas de mi agencia, pero siempre que tuve novias me mostré. A Daniela Urzi le llevaba 20 años y la relación estaba aprobada por sus padres. El resto me importa un bledo", enfatiza.


Hijo de una
"rubia de Alem"








 Tal vez pocos lo sepan, pero Pancho Dotto tiene sus orígenes en Bahía Blanca.


 Su mamá, Teresa Melinger, junto a sus 14 hermanos, nacieron en esta ciudad, más precisamente en las primeras cuadras de la avenida Alem.


 Cuenta que tanto su madre como sus hermanas eran muy bonitas.


 "Les decían `las rubias de Alem'", ejemplifica Dotto, y agrega que fue cajera de Famularo y hasta desfiló con algunas prendas de ese local.


 Cuando Teresa se casó con Mario Ramón Dotto, oficial de la Prefectura Naval Argentina, se trasladaron a Paraná. Luego, la familia --en total tuvieron cuatro hijos-- se trasladó a distintas ciudades del país, entre ellas a Bahía Blanca, en dos oportunidades.



Nuevas caras.






 Pancho Dotto visitó Bahía Blanca, a través de Soysué producciones, con el objetivo de encontrar en esta ciudad nuevas caras de la moda. El viernes por la mañana realizó un scouting denominado "Noche Dotto en Bahía Blanca" donde poco después anunciaron los seleccionados. Lo acompañaron las modelos Julia Rohden y Julieta Penna, también elegidas en recientes scoutings realizados en Misiones y Bariloche, respectivamente.