La banda esperaba alzarse con un botín mucho mayor
Pese a que se convirtió en uno de los golpes delictivos más importantes de los que se tengan registro en nuestra región, al menos en la última década, la banda que el viernes pasado asaltó la sucursal Pedro Luro del Banco de la Nación Argentina, no habría quedado conforme con el botín obtenido, ya que supuestamente buscaban cinco millones de pesos o una cifra aún superior.
Esa versión surgió de los comentarios que los propios ladrones habrían vertido en medio del atraco y una vez que lograron acceder al tesoro, datos que se desprenderían de los testimonios de algunas de las víctimas.
Una alta fuente policial confirmó ayer la hipótesis que, además, dejaría abierta la posible existencia de algún "datero" interno, teniendo en cuenta que, al parecer, en los días previos al golpe, la cifra depositada en el lugar era superior a la sustraída (el monto robado superaría el millón y medio de pesos).
En la víspera, luego del convulsionado viernes, la localidad del partido de Villarino parecía recuperar su habitual tranquilidad, aunque el banco no atendió al público, pese a que su personal sí cumplió funciones internas.
No hubo comunicación oficial sobre la medida, aunque se mencionó que la falta de dinero en efectivo habría impedido la reapertura de las puertas. El cajero automático --también desvalijado por los ladrones-- también continuó fuera de servicio.
Se observó la presencia de una camioneta perteneciente a una empresa de alarmas, aunque no se pudo establecer si los técnicos revisaron el sistema ya instalado o si se tiene pensado incorporar sensores en zonas "desnudas", como la cocina por la cual accedieron los malvivientes (tras romper el vidrio de un ventiluz), a la espera de la llegada del personal.
Por medio de un hijo, el gerente de la entidad crediticia, Juan Carlos Stessens --una de las víctimas-- se excusó de brindar declaraciones, al menos por el momento.
Consultado por la agencia lurense de "La Nueva Provincia", el vocero explicó que su padre aún está muy consternado por la odisea sufrida en el edificio situado en la esquina de 5 y 28.
En las calles de la localidad, está instalado el comentario respecto de que la gavilla conocía, casi a la perfección, todos los movimientos de la sucursal bancaria y que su blanco exclusivo era el tesoro, porque, por ejemplo, al empleado Gerardo Sensini le sacaron las llaves del Peugeot 307, con el cual concretaron la primera parte de la fuga, pero no otros efectos.
El trabajador tenía consigo unos mil pesos en efectivo, que le habría ofrecido a los malhechores, pero éstos le manifestaron que no lo querían, que sólo pretendían robarle al banco.
Mirando al sur.
Si bien nadie lo confirmó oficialmente, la principal línea de investigación apuntaría a que los integrantes de la organización delictiva --o al menos la mayor parte de la banda-- provendrían del sur del país.
En círculos allegados a la pesquisa se menciona a la zona de Río Colorado y otras localidades rionegrinas como eje de la maniobra, teniendo en cuenta, además, que una vez abandonado el coche del empleado, en cercanías del Lago Parque La Salada, los asaltantes habrían fugado, con otros vehículos, por un camino que comunicaría con la ruta nacional 22, en dirección al Valle rionegrino.
De todas maneras, no se descarta que la banda tenga una composición mixta, con la intervención de delincuentes que podrían ser de la provincia de Buenos Aires e incluso del conurbano, sin dejar de lado la "apoyatura" zonal, ya sea de Pedro Luro o de poblaciones próximas.
Por otro lado, se procura determinar si, como se especula, existió alguna conexión interna, teniendo en cuenta la precisión del golpe y los datos que evidenciaron tener del banco, que hace 13 años sufrió un robo similar, aunque de menor envergadura en lo económico, ya que el botín apenas superó los 200 mil pesos.
A partir de la magnitud del ilícito, en las últimas horas se sumaron a la pesquisa funcionarios de la división Delitos Complejos, dependiente de la superintendencia de Investigaciones provincial, con asiento en La Plata, quienes ya trabajan en esta región.
Lo hacen de manera conjunta con personal local, a partir de una mesa de trabajo que se organizó para tal fin, bajo el comando del comisario mayor Héctor Abel Maggi, titular de la Jefatura Departamental Bahía Blanca.
En el grupo también interactúan efectivos de la DDI local, al mando de su jefe, el comisario mayor Héctor Mauriño y de la Policía Comunal lurense, dedicados a la clasificación de pruebas (incluye la observación de la cinta de seguridad) y análisis de los testimonios, entre otros aspectos.
"Somos optimistas", se limitó a responder ayer el comisario mayor Maggi, al ser consultado sobre las novedades del caso.
Grisado
El fantasma de "Ramallo". El contador del banco de Pedro Luro, Osvaldo Mayer, cuyo testimonio fue reflejado en la edición de ayer este diario, reconoció que le cuesta dormir de noche, como signo principal del trastorno psicológico sufrido por el robo. Y confesó que "se te cruza por la cabeza la masacre de Ramallo", en relación al asalto con rehenes en una entidad bancaria de aquella ciudad bonaerense que, en septiembre de 1999, terminó con varios muertos y heridos.