Bahía Blanca | Domingo, 06 de julio

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Se cumplen 70 años del estreno de "Puerta cerrada"

Fue uno de los grandes triunfos artísticos de la "época de oro" del cine argentino. Se trata de Puerta cerrada, dirigida en 1939 por Luis Saslavsky, protagonizada por Libertad Lamarque, estrenada hace 70 años. Producida por Argentina Sono Film. Saslavsky había realizado en 1937 La fuga, donde Tita Merello concretó su primera gran actuación, y buscó una historia que le permitiera a Libertad Lamarque un lucimiento similar e inclusive mayor.




 Fue uno de los grandes triunfos artísticos de la "época de oro" del cine argentino. Se trata de Puerta cerrada, dirigida en 1939 por Luis Saslavsky, protagonizada por Libertad Lamarque, estrenada hace 70 años.


 Producida por Argentina Sono Film. Saslavsky había realizado en 1937 La fuga, donde Tita Merello concretó su primera gran actuación, y buscó una historia que le permitiera a Libertad Lamarque un lucimiento similar e inclusive mayor.


 El guión lo escribieron Saslavsky y Carlos Adén, basándose en la temática de "Madame X", un viejo folletín al que el cine norteamericano recurrió desde 1915 en tres ocasiones. La versión más famosa es la Lionel Barrymore, de 1929, con Ruth Chatterton.


 Pero también registra reminiscencias de El pecado de Madelon Claudet (The sin of Madelon Claudet, 1931), de Edgar Selwyn, sobre un guión de Charles MacArthur, basado a su vez en la pieza teatral The Lullaby, de Edward Knoblock.


 Ese filme, ambientado en París, es la historia de una mujer acusada y condenada a diez años de cárcel por el asesinato de su amante, cuando en realidad se trató de un suicidio. Pierde la tenencia de su hijo y cuando recupera la libertad, para mantenerlo, se ve forzada a ejercer la prostitución.


 La protagonista de Puerta cerrada se llama Nina Miranda y es una famosa cantante de tangos, que se enamora de un terrateniente (Agustín Irusta), cuyos padres ya murieron. Cuando se casan, ella abandona su carrera artística para dedicarse al hogar y a su hijo.


 Nina es víctima de los turbios manejos de su hermano (Sebastián Chiola), mientras el marido sufre las presiones de dos tías ricas (Ilde Pirovano y Angelina Pagano), que amenazan desheredarlo por haberse dejado conquistar por una mujer de los "bajos fondos" (un prejuicio derivado de su condición de cantante de tangos), a la que califican de "cazadora de fortunas".


 Nina es condenada a veinte años de prisión, acusada de asesinar a su marido, cuando lo cierto es que su muerte ocurrió por causa de un accidente. También le quitan a su hijo de corta edad y lo entregan a una de las tías, que habita una casa resguardada por rejas --la "puerta cerrada" del título--, que Nina tiene prohibido traspasar cuando obtiene su libertad.


 Sólo la traspondrá hacia el final de la historia, pero herida, al interponerse a la bala disparada por un ladrón, que tenía como destino el cuerpo de su hijo, ya veinteañero, que al momento de ocurrir el episodio desconocía la identidad de su madre.


 El relato se inicia con la salida de Nina de la cárcel y luego sobreviene un prolongado flashback que narra el pasado de Nina y sus orígenes de niña pobre que tuvo que trabajar, hasta que su voz para el canto le permitió triunfar en los escenarios. También se detiene a consignar las circunstancias del trágico episodio que concluyó con la muerte del marido.


 Puerta cerrada es un clásico del cine argentino, por su historia, la actuación de Libertad Lamarque y su exquisita puesta en escena, que incluye cuatro valiosas contribuciones: la escenografía de Raúl Soldi; la fotografía de John Alton, que trabajó con dos tipos de iluminación para diferenciar el tiempo real del tiempo interior de los personajes; la música de Mario Maurano; y el elenco, en el que además de los nombrados, figuran Angel Magaña y Margarita Padín.


 La banda musical incluye cuatro canciones Alfredo Malerba y Homero Manzi, tituladas: La morocha, Frou Frou, Pianito de juguete y Por qué. Esta última fue escrita especialmente por Manzi para la película. Interpretada por Libertad Lamarque, sus versos explican la sin razón de las desgracias que la protagonista va acumulando durante la historia. Algunos de esos versos dicen así:


 "Las sombras llaman a mi puerta/ con un murmullo de voces olvidadas,/ y el alma sabe que ya están muertas/ y que son sombras que vuelven de la nada. (...) Mis labios llaman tristemente,/ porque ya saben que nadie los espera;/ mis pasos ruedan torpemente/ entre el cortejo de sombras compañeras".




  Agustín Neifert.