Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

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Egberto Gismonti traerá su música en el nombre del hijo

Egberto y Alexandre Gismonti, padre e hijo, con composiciones propias y en dúos de guitarras y de guitarra y piano, tocarán el viernes 8 de mayo en el teatro Fundación Astengo de Rosario, un día después en el teatro Libertador General San Martín de Córdoba, el domingo 10 en el Guido Miranda de Resistencia y terminará el lunes 11, a las 21, en el teatro Gran Rex de esta ciudad.

 BUENOS AIRES (Télam) -- Egberto y Alexandre Gismonti, padre e hijo, con composiciones propias y en dúos de guitarras y de guitarra y piano, tocarán el viernes 8 de mayo en el teatro Fundación Astengo de Rosario, un día después en el teatro Libertador General San Martín de Córdoba, el domingo 10 en el Guido Miranda de Resistencia y terminará el lunes 11, a las 21, en el teatro Gran Rex de esta ciudad.


 "Cuando toco la guitarra con Alexandre es como si tocara solo porque ya lo conozco. Toco sin tensión, muy relajado, porque en él hay una cuestión natural de la polirritmia, una naturalidad por la polifonía donde no necesitamos pensar en compases ni en tiempos", cuenta Gismonti sobre la relación musical con Alexandre.


 Ambos ya estuvieron en Buenos Aires en 2006, pero en aquella ocasión en formato de trío y con Alexandre haciendo el reemplazo de un músico que no pudo viajar.

Ritmo y mixtura




 Van a tocar ahora material de un trabajo discográfico que realizaron a dúo, que incluye composiciones de ambos y que tiene apenas siete presentaciones previas en Brasil.


 "Lo más interesante para mí como compositor es el ritmo y la mixtura donde pueden convivir contradictoriamente distintos instrumentos y planos y Alexandre es como que tiene una herencia genética en la que hay una libertad de la polirritmia que nunca sentí con ningún otro guitarrista.


 "Desde hace muchos años que tengo grupos con segunda guitarra pero hasta ahora nunca había grabado un disco de dúo de guitarras; recién lo puedo hacer ahora porque siento que con Alexandre tengo un compañero que toca mi música como yo creo que tiene que ser tocada", dice Gismonti.


 El músico aclara que esto no va en desmedro de los músicos anteriores con los que tocó, "todos excelentes", sino que es producto de una química especial que se da con su hijo.


 Respecto de qué herencia cree que Alexandre recoge de él y qué diferencias establece, Gismonti confiesa que le "es muy difícil dar una respuesta".


 "No sé qué cosas tenga él de mí, lo fundamental es que entre los dos hay una alegría por tocar juntos, por hacer música. Hay una energía muy difícil de ser descripta", señala.


 "Después de 63 discos, de hacer giras por todo el mundo, yo continúo con vibración para seguir haciendo giras. Para el que viaja hace 30 años continuar haciéndolo es algo duro y el estímulo que yo obtengo para continuar tocando en vivo tiene que ver con Alexandre, porque cuando él entró en mi grupo sentí una vibración y una energía muy necesarias".

Herencia musical




 Nacido en Carmo, estado de Río de Janeiro, en 1947, Gismonti es, a su vez, hijo de padre libanés y de madre italiana y dice que a ellos debe su amor por el piano y la guitarra.


 "Yo me convertí en músico porque tenía un padre y una madre de nacionalidades diferentes que respetaban mucho la música", ejemplifica.


 "Mi padre había nacido en Beirut, era médico y traía consigo toda la herencia de una formación libanesa aristocrática y por eso me hizo estudiar piano, mientras que mi amor por la guitarra viene del lado del sur de Italia, de la música de serenatas, que es una herencia que recibo de mi madre", repasa.


 Creador de trabajos discográficos notables como Academia de danzas, Carmo, Solo, Saudades (en colaboración con Naná Vasconcelos), Circense o Mágico (con Jan Garbarek y Charlie Haden), Gismonti es uno de los más arriesgados músicos brasileños de su generación que se mantuvo al margen de las influencias del tropicalismo que hegemonizó la escena en las últimas décadas.


 "En realidad, una de las características de Brasil es que cada músico con una cierta carrera recorrió caminos teóricamente parecidos pero completamente diferentes.


 "Brasil es un país muy grande, tiene 20 estados y cada uno posee características diferentes; es además un país que preserva mucho su música folklórica y que necesitó siempre de la mixtura, creo que de ahí viene la diversidad y la riqueza de sus músicos", acota.


 Recorriendo su propia carrera, donde además de sus agrupaciones destaca el dúo que mantuvo con el percusionista Naná Vasconcellos a lo largo de cuatro años, Gismonti afirma que siempre buscó "mutar la forma de expresarse".


 "Siempre siguiendo la necesidad de buscar nuevas formas expresivas, yendo de encuentro en encuentro, porque yo nunca me siento completo", subraya Egberto Gismonti.