Bahía Blanca | Viernes, 03 de mayo

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Soulas

Hace 104 años, en abril de 1905, se inauguró en General Daniel Cerri (por entonces Cuatreros) el lavadero de lanas Soulas e Hijos, una de las industrias más importantes del país en su tipo. Dos años habían pasado desde la puesta en marcha del frigorífico Sansinena, sucursal de esa empresa con sede en la Boca del Riachuelo, presidida por el empresario Ernesto Tornquist.

 Hace 104 años, en abril de 1905, se inauguró en General Daniel Cerri (por entonces Cuatreros) el lavadero de lanas Soulas e Hijos, una de las industrias más importantes del país en su tipo.


 Dos años habían pasado desde la puesta en marcha del frigorífico Sansinena, sucursal de esa empresa con sede en la Boca del Riachuelo, presidida por el empresario Ernesto Tornquist.


 Con el funcionamiento de esa industria de la carne, los señores Vernier y Olivieri instalaron un lavadero y peladero de pieles, destinado a recibir los cueros lanares de Sansinena para lavarlos y acondicionarlos "en la forma más económica de exportación".


 Con casa central en Avellaneda, la mayoría de los obreros fueron traídos desde la Capital Federal. Apenas llegados, "se pusieron a la faena" para, "con precisión matemática", poner en movimiento "esta colosal rama industrial".


 Aquel primer día hubo un almuerzo en la administración, con "brindis elocuentes y entusiastas por la prosperidad del establecimiento", según una crónica.


 Desde entonces, Sansinena y Soulas marcharon hermanadas, para bien y para mal. En 1914, Cerri inauguró su primer club, bautizado Soulas, el cual mantiene su existencia con el nombre de Sansinena.


 El lavadero Soulas modificó su nombre en 1929, tomando el de Lanera Argentina. Bajo esa denominación, funcionó hasta 1994. Rematadas las instalaciones en 2001, sus compradores procedieron a su desguace. En 2004, el entonces intendente, Rodolfo Lopes, anunció la voluntad comunal de establecer allí un parque industrial agroalimentario. En 2008, el municipio adquirió la propiedad.