Lleva el apodo nomás de la Zamba
Caminando por la 9 de Julio te podías chocar con un cartel oscuro, grande y novedoso. Muy bien iluminado, anunciaba la presentación de Zambayonny, el artista bahiense, en el teatro ND Ateneo. Ahí nomás, a la vuelta, en Paraguay al 800.
La noche era muy cálida, ideal para caminar. Entonces arranqué para la sala. Afuera había mucha gente, entre ellos una buena legión de bahienses que hizo todos los kilómetros necesarios para acompañar a Zamba en esta fecha tan especial. La madre, el padre, la novia, muchos amigos...
Pensar que nunca tocó en Bahía. Pensar que tantas veces cantó sus canciones en asados y reuniones, sin embargo, jamás amplificó una guitarra ni cobró entrada a metros de la Plaza Rivadavia. Cosas del mundo artístico.
Todo comenzó quince minutos después de la medianoche.
Lo presentó Fierita (¿se acuerdan del notero del programa Atorrantes conducido por Pato Galván, el que tenía el pelo de color verde?) y enseguida salió el cantor.
Gorra negra con visera hacia adelante, remera y pantalón oscuros y barba florida y entera. Todos saben que lo ideal es afeitarse cuando comienza el día, pero Zamba lo hace cada vez que comienza el año. Una vez me lo dijo.
Los aplausos lo conmovieron. Y comenzó a cantar sus canciones, algunas autobiográficas, otras escritas en base a estereotipos y algunas con destinatarios reales pero que no se pueden reconocer en público.
El show se basó en la presentación de su primer disco Salvando las distancias (2008), producido por Pelo Music.
Rompió el hielo con Me dejo hablando solo, un tema que describe una gran cantidad de defectos del hombre común y contemporáneo. Luego llegó Yo los considero mis hermanos, un triste pero real reconocimiento de todas las cosas que quisimos ser y no pudimos.
Enseguida, le tiró por la cabeza a todos los presentes una especie de manual para "conquistar una minita": El equilibrio del mundo. Y para completar siguió con Las tres cosas de la vida.
"Sexo, drogas y rock and roll es en el rock. Vino, mujeres y canto es en el folklore. Pero hay veces que hay que elegir porque un par de esas tres no suelen ser buenas", explicó Zamba y comenzó a enumerar.
"Poder, angustia y torta fritas; fama, reviente y soledad; esposa, casita y aburrido; Madrugador, poderoso y vende patria; pelo largo, ropa linda y siempre mal... Tenés que elegir, mi amor, todo no se puede tener", cantaba Zamba. A esa altura había algunos que se paraban, en las butacas y revoleaban remeras.
Por algo es la bestia del rock y trae un mambo que no se baila.
En la mitad del show llegaron las mejores composiciones que, según el humilde criterio de quien escribe, serán las que trascenderán: El whisky de dios, Las horas perdidas, El último peaje y Retiro voluntario.
Sonó por primera vez Un hombre afortunado, también No me hablés de amor, un tema que compite por el récord Guines teniendo en cuenta su brevedad (30 segundos, tres líneas).
Para el final quedaron dos de los más exitosos. Por un lado Las cosas que dejé y por el otro Volviste muy, muy... Las palmas no paraban de sonar. Un éxito rotundo.
Zamba escribe cosas comunes, utiliza palabras sencillas y directas. Los insultos se meten en algunas composiciones, no para llamar la atención, sino como una descarga emocional. ¿Quién no insultó a la suerte alguna vez en su vida?
Fierita, el primer fanático
Hace tres años que Fierita conoció a Zamba a través de amigos en común. Y fue el primer notero que le hizo una entrevista para una radio de la Ciudad de Buenos Aires. Quizás por eso fue que el cantor le pidió que realice la presentación de show leyendo una especie de monólogo.
"El show me pareció genial, la gente se va enganchando con cada una de las canciones. Porque sus letras tienen varias capas", dijo Fierita.
--¿Cómo es eso?
-- A medida que pasa el tiempo y que la gente ve distintos shows va atravesando esas capas y va llegando a lo más profundo, que no siempre tiene que ver con el humor. En vivo es mucho más fácil atravesarlas que en el disco. Ahí ves la intención y ves al artista, es entonces cuando te das cuenta de que Zambayonny tiene muy poco que ver con un show de humor.
--Tu participación fue bastante profesional con un toque de humor.
-- Nooo, de profesional cero. Soy fan y tengo el honor de contar con muy buena onda de parte de Zamba. Tenemos un amigo en común que tuvo mucho que ver con su traslado de Bahía a Buenos Aires.
--¿Escuchabas sus discos por Internet?
-- Antes de que edite los discos me había bajado algunos. A partir de ahí no pude parar de escucharlo.
Franco Pignol/"La Nueva Provincia"