Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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El casco se usa según dónde esté el motociclista

Sus precios oscilan entre los 98 y los 2.400 pesos, y su uso es obligatorio. Sin embargo, no todos los motociclistas bahienses utilizan el casco. O mejor dicho, el respeto se observa con mucha mayor frecuencia en la zona cémtrica que en los barrios.

 Tiene unos 20 años. Entra a la estación de servicio de Don Bosco y Francia. Se baja de la motito 50, pide nafta. Carga. Y antes de irse se molesta un poco.


 --¿Por qué no tenés casco?


 --Eeehh... no. ¿Por qué me preguntás?


 --Para saber.


 --Que sé yo. Tengo, pero no lo traje.


 --¿Y te venden nafta igual?


 --Acá, sí.


 Es verdad. En media hora llegaron 12 motociclistas: seis sin casco. A todos les vendieron, más allá de que desde septiembre del año pasado rige en nuestra ciudad la medida lanzada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires de no venderle nafta a los motociclistas que no usan casco.


 "La medida sigue rigiendo, pero en esta zona a veces no podés hacerla cumplir porque te tratan mal. A un playero casi le pegan. Algunos se ponen el casco cuando entran a la estación", dice el encargado, Enrique Lértora.


 Uno de los playeros afirma: "a los que vienen a cargar acá más vale tenerlos de amigos".


 Distinta es la realidad en el centro. De 16.50 a 17.20 del martes pasado pasaron nueve motociclistas por la estación de avenida Colón y Vieytes: todos con el casco puesto.


 Uno de ellos es Franco.


 "Ando en moto desde los 16 años y siempre lo usé. Me lo enseñaron en mi casa y lo veo en la televisión. No necesité tener un accidente para aprenderlo".


 Dice que en el centro todos andan con casco, pero que en la periferia se deja un poco de lado.


 Según el Cuerpo Unico de Inspectores Municipales (CUIM) desde septiembre del año pasado a septiembre de 2009 se labraron 3.220 infracciones por falta de casco. El primer mes fueron 354 y en el último bajó a 144. El pico se produjo en enero con 624; el mes más bajo fue julio, con 89.


 "La tendencia de no utilizar el casco va en baja", dice el encargado de estadísticas del CUIM.


 Y el dato es verificable. En Colón y Vieytes, más allá de los que entraron a cargar, pasaron por la calle 45 motociclistas, 44 iban con el casco puesto. Sí se notó que los acompañantes hacen menos caso a la medida: de 9, sólo dos iban con su cabeza protegida.


 Oscar es uno de los playeros en Estomba y Rondeau en el que uno de los surtidores luce el cartelito de la provincia de Buenos Aires: "Sin casco, no hay nafta".


 "Acá la gente no se enoja, ni siquiera al principio cuando le decíamos que no le podíamos cargar. Lo que sí, por ahí alguno se fue y no cargó, ni volvió".


 Conrado le pide nafta a Oscar con el casco puesto, sólo se corre el visor para hacerse escuchar.


 "Lo uso siempre. No me gusta andar sin el casco, además me protege del viento, de la tierra...".


 Gustavo espera a su novia arriba de su moto que está estacionada en Vicente López y Colón. Tiene el casco puesto y otro más en la mano que usará su acompañante.


 "A mí me salvó una vez que choqué con un auto en el Parque de Mayo y hasta volé. Me parece que la medida está buena. Sólo una vez me vendieron nafta sin el casco. Pero después no he visto nunca que te vendan sin el casco".


 En la estación de servicio de Parchappe y Falucho uno de los estacioneros dice que tratan de cumplir con la medida.


 "Pero a veces viene mucha gente y no se puede".


 En 40 minutos de la mañana del último miércoles no entró ningún motociclista a cargar nafta, pero los 20 que pasaron por la calle no fallaron: todos iban con su casco.


 Ana contesta mientras pone aire en una de las gomas de su moto 50.


 "Voy siempre con el casco y casi toda la gente lo usa. Lo que sí veo es que los acompañantes no lo llevan mucho. Yo le compré uno a mi hijo y uno a mi marido. Si vienen en la moto tienen que usar casco", dice.


 El titular de la Cámara de Estaciones de Servicio, Mario Parigiani, dijo que no vender nafta a quienes no usen casco fue una buena medida.


 "Al principio había algunas dudas porque nosotros íbamos a tener que hacer un poco de policías, pero con el tiempo se ve que funcionó bien".


 Agregó que cuando se puso en marcha había gente que se oponía. "Les hicimos entender que lo que estaba en riesgo eran sus vidas. Y hoy casi no ves a nadie sin el casco".


 En cuanto a las diferencias entre las estaciones del centro y las de la periferia, Parigiani reconoció que en estas últimas cuesta un poco más ponerla en práctica.


 "Es cierto que en el centro, por los controles, se usa más. En los barrios puede haber menos gente que se lo ponga", finalizó.

Recomendaciones del Bahía Conduce




 El plan Bahía Conduce lanzado por el intendente Cristian Breitenstein en septiembre del año pasado con aquella frase "se acabó la joda" recomienda para motociclistas:


 * El casco constituye el principal elemento de protección.


 * Protege la cabeza dispersando la energía y absorbiendo el impacto.


 * Protege los ojos y la cara de cuerpos extraños y del viento, permitiendo una mejor visión.


 * Mejora la audición al cortar el sonido del viento.


 * Aporta confort al aislar las condiciones ambientales.


 * El sistema de retención (correa) asegura el casco en la cabeza.


 * Utilizar cascos reglamentarios, construidos según normas de estandarización y perfectamente ajustados a la cabeza.


 * El más conveniente es el de cobertura facial total, dado que brinda la mayor protección.


 * Elegir el talle que se ajuste a la cabeza (es decir: que no "baile"); en la posición correcta, ni hacia atrás ni hacia adelante.


 * No modificar la estructura del casco desmontando los componentes fijos o añadiendo accesorios.


 * No colocar autoadhesivos, colas, disolventes, pues pueden afectar químicamente a los materiales.


 * Nunca dejarlo cerca de una fuente de calor por encima de los 50º C, ya que puede alterarse su eficacia.


 * Elegir colores claros: dan menos calor y lo hacen más visible.


 * El casco debe ser reemplazado luego de un choque y después de 3 o 5 años de uso.

De 98 a 2.400 pesos




 Según dos comercios que venden cascos los precios van desde 98 hasta 2.400 pesos. Eseve, de Corrientes al 200, tiene cascos de plástico por 100 pesos como los más baratos y de fibra y resina, de 400, como los más caros. Euromotos, de Parchappe al 1.000, vende los más económicos a 98 pesos ("son de plástico común, pero esos te sirven sólo para zafar de la multa", dijo un empleado) y los más caros a 2.400, de la marca Shoei, hechos con carbono.

Maximiliano Palou/"La Nueva Provincia"