Bahía Blanca | Domingo, 10 de agosto

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Renzo Piano, demasiado cerca de Le Corbusier

Uno, Le Corbusier (1887-1965), es considerado entre los grandes maestros de la arquitectura de todos los tiempos, protagonista clave del movimiento moderno y constante referente de todos los profesionales de los siglos XX y XXI. El otro, Renzo Piano, es una de las más fuertes personalidades de la arquitectura actual, coautor de un ícono de la arquitectura contemporánea como es el Centro Pompidou, de París.

 Uno, Le Corbusier (1887-1965), es considerado entre los grandes maestros de la arquitectura de todos los tiempos, protagonista clave del movimiento moderno y constante referente de todos los profesionales de los siglos XX y XXI.


 El otro, Renzo Piano, es una de las más fuertes personalidades de la arquitectura actual, coautor de un ícono de la arquitectura contemporánea como es el Centro Pompidou, de París.


 Ahora, Piano ha sido contratado para erigir un conjunto de edificios en cercanías de una de las obras maestras de Le Corbusier, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como es la capilla de Ronchamp, en Francia.


 Su proyecto ha generado diversas críticas, asegurando, algunos, que la intervención conforma una "profanación" al emblemático edificio del maestro suizo-francés.


 Situada en la pequeña localidad francesa de Ronchamp, la capilla de Notre Dame du Aut se encuentra en la cima de la colina de Bourlemont, un sitio consagrado, desde la Edad Media, a la Virgen María y meta de peregrinaciones marianas.


 Originalmente, hubo allí una iglesia sencilla, la cual mantuvo su imagen a lo largo de los siglos y, con algunas variantes, sobrevivió hasta 1944, en que fue destruida por los bombardeos nazis.


 Poco tiempo después, el arquitecto suizo-francés Le Corbusier fue contratado por el arzobispo de Besançon, para reconstruirla. El arquitecto se sintió maravillado por la resonancia simbólica del lugar y proyectó su obra adoptando un conjunto de medidas singulares que incluyeron la utilización de bloques calcinados remanentes del bombardeo y avanzadas tecnologías de hormigón, aplicadas estas últimas en el diseño de su osado techado.


 Al diseñar la capilla, Le Corbusier tomó como punto de partida el recorrido de Jesucristo hasta su ascensión al Calvario, reflejado el mismo en los caminos escalonados del montículo. El resultado es una obra de arte total, donde se unen arquitectura, escultura, pintura y poesía.


 El edificio fue consagrado en 1955.


 Le Corbusier, que en los comienzos de su carrera planteó su idea de ejecutar las obras sin considerar el paisaje circundante, en este caso dejó en claro que la capilla era producto de su entorno, que no existiría Ronchamp sin la colina y que no habría peregrinación sin la capilla.


 Conociendo esa premisa es que la ahora Fundación Le Corbusier, con sede en París, se pronunció radicalmente en contra del modesto albergue que para alojar a un grupo de hermanas clarisas que se pretende construir en una de las pendientes de la colina, según un proyecto del arquitecto genovés Renzo Piano.


 Si bien el edificio es pequeño (dará albergue a 12 monjas que actualmente viven en la localidad de Besançon), se considera que afecta la estética y perspectiva de la obra existente.

Voces en contra




 La aparición de nuevos edificios en los alrededores de la capilla y la decisión de Piano de reforestar el lugar despertó encendidas críticas.


 "Hay que respetar la acústica del paisaje", dicen los opositores.


 "La capilla y la colina forman un conjunto único en el mundo", sostiene el presidente de la Fundación Le Corbusier, marcadamente enfrentado con la propuesta de Piano, respaldado, además, por los puntos de vista del arquitecto Michel Kagan y del historiador Jean-Louis Cohen, quienes citan, incluso, al propio Le Corbusier, para defender su postura.


 Contra quienes pretenden que no se modifique la perspectiva de la capilla, la congregación religiosa indica que las monjas "le darán vida al lugar, le devolverán su dimensión sagrada, hoy oculta por su estricta dimensión arquitectónico-turística".


 Uno de los temores de los opositores es que, con el tiempo, el convento se convierta en un hotel que altere el espíritu del lugar.


 Otro argumento a favor de la obra es que, en la zona de entrada al lugar, existe una construcción que sirve para la venta de entradas (acceder a la capilla exige el pago de 2 euros), libros y recuerdos, a la que muchos califican de "enorme y horrorosa" y que oculta toda perspectiva de la capilla cuando se llega al estacionamiento.


 "Con el convento de Piano, eso va a ser demolido y convertido en algo mucho más discreto", comentan en el ayuntamiento de la localidad.


 Para los 4 mil habitantes de Ronchamp, la capilla es importante, más allá de su calidad de monumento, pues atrae unos 140 mil visitantes al año.


 Los detractores del convento han presentado recursos e intentado frenar el inicio de las obras, pero, hasta ahora, ha sido en vano. En septiembre venidero, se pondrá la primera piedra.

El proyecto




 En rigor, el edificio de Piano es de una gran discreción. Se "hunde" en la ladera, donde queda camuflado entre los árboles, y es invisible desde la perspectiva canónica o más conocida de la colina, pues se construye en la otra vertiente.


 Para muchos, por otra parte, es inadmisible pretender que la capilla implique inmovilidad arquitectónica en varios kilómetros a la redonda, más allá de tener que proteger su silueta y perspectiva.


 Un claro en el bosque, apenas unos cien metros detrás de la capilla, indica el lugar donde irá emplazada la obra.


 Lo cierto es que, el mes de junio último, comenzaron algunas tareas preliminares, pero fueron paralizadas apenas la ministra de Cultura tuvo conocimiento de la queja de la Fundación Le Corbusier.


 En respuesta, la asociación religiosa, junto con Renzo Piano y los herederos de Le Corbusier, recogieron firmas a favor del emprendimiento y llevaron el debate a los medios. En un clima de tensión, se hicieron protestas pacíficas en París y Ronchamp, para llamar la atención de las autoridades, única instancia legal que puede promover o paralizar la intervención en la colina.


 El proyecto de Piano posee dos directrices fundamentales: la primera es acondicionar el lugar para la demanda de visitantes anuales, construyendo un centro de recibimiento o portería con estacionamiento, en la parte más baja de la colina.


 La segunda, edificar una fraternidad con 12 células de albergue, áreas de recibimiento y costura, escalonadas en el talud.


 La superficie de construcción será de 1.500 metros cuadrados y la cercanía con la capilla será variable, de entre 54 y 100 metros.


 En su agencia parisiense, Piano confió a los medios de comunicación su proyecto, del cual participa Michel Courajoud, destacado paisajista. El profesional asegura que los nuevos árboles implantados no obstaculizarán la perspectiva del monumento desde el acceso, aunque sus adversarios contradicen esta apreciación.


 Explica, además, que el sitio de meditación a construir no se encontrará en la zona de protección delimitada por la Unesco, evaluando la inversión a realizar en unos 9 millones de euros (3 de ellos consagrados al paisaje).


 En esta "batalla" de ideas, la Fundación Le Corbusier ha reclutado a un árbitro de peso: el mismo Le Corbusier, quien manifestó, en su época, el rechazo por edificar en la colina cualquier otro proyecto, aparentemente religioso, pero con fines turísticos ocultos.


 El historiador Gilles Argot aseguró que Le Corbusier "estaba en contra", y que esto se puede evidenciar en los contactos epistolares entre el arquitecto y el padre Bolle-Reddat.


 En efecto: A principios de los 60, el clérigo tentó a Le Corbusier para construir una estructura de recibimiento, con un programa modesto, que después amplió. Esto enfureció al arquitecto, quien le respondió: "Ronchamp está terminada, no la vamos a comenzar de nuevo. Es una locura, deje a Ronchamp tal como es. Usted abre la puerta a una abominación y yo mismo estaría en mi derecho de hacer campaña contra su idea, si usted persiste en su realización. ¡Usted quiere hacer otra Lourdes! No es necesario cambiar y yo le suplico: mantenga su estado acogedor".


 Mientras los adversarios a Piano desean que replantee su proyecto, desplazándolo colina abajo, los más conservadores ven con malos ojos la llegada de las religiosas. Lo cierto es que la intervención comenzará en pocos días. Para algunos, la discusión planteada sirve para rescatar, una vez más, a la consideración pública esta maravilla artística de Le Corbusier y volver, así, a evocar a un hombre que marcó y sigue marcando generaciones de arquitectos.

Renzo Piano: No se confronta con un grande




 Entrevistado por un diario italiano, Piano brindó algunos conceptos sobre el significado de intervenir en un sitio tan emblemático como es la colina que contiene la capilla de Ronchamp.


 --¿Cómo se construye al lado de Le Corbusier? ¿Con sumisión o con presencia?


 --Le Corbusier es un gran maestro. Cuando yo era estudiante, visité su Unidad Habitacional de Marsella (he estado, después, más de diez veces, allí) y volví maravillado de visitar la capilla de Ronchamp. Pero no se confronta con un grande como él. Uno debe hacer su propio trabajo con humildad y profesionalismo.


 --¿Qué significa para usted Ronchamp?


 --Es una obra de extraordinaria fuerza y potencia. Su interior posee una luz ligera, de un trato especial en el altar. La capilla encarna para mí la interpretación de la luz en una iglesia. Yo la he visitado, para analizarla, en diferentes momentos del día. En realidad, mi verdadero diálogo con Le Corbusier es a través de su trato con la luz.

Hablando de perspectivas

Malos vecinos






 Si debemos hablar de casos similares al de Ronchamp, respecto de la aparición de obras que pueden perjudicar la perspectiva o las visuales de determinados edificios emblemáticos, sin dudas, nuestra ciudad tiene varios ejemplos de intervenciones que han afectado obras trascendentes del patrimonio arquitectónico.


 El ejemplo por excelencia es la construcción, en la década del 60, de una torre de 15 pisos, el edificio Caviglia, pegada a la catedral de Nuestra Señora de la Merced.


 La intervención ha afectado la escala del templo, ha afectado el recorte de su silueta dentro de la geografía urbana de la cuadra e, incluso, se cree que muchas de las fisuras existentes en la torre, que impiden, desde hace tiempo, utilizar las campanas del templo, se deben a las consecuencias de la ejecución del edificio.


 La vecindad extrema entre la Catedral y el Caviglia es tomada como modelo de intervención inadecuada por muchas facultades de arquitectura de nuestro país.