Bahía Blanca | Domingo, 06 de julio

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Una mujer fue amordazada y atada durante un asalto

Una mujer fue sorprendida por dos ladrones en el patio de su casa, y luego de ser apuntada con un arma, amordazada y atada de manos y pies, fue dejada en el baño de la vivienda, mientras los malvivientes se apoderaban de dinero y otros elementos. El dramático episodio se produjo ayer, alrededor de las 18, en la vivienda ubicada en la intersección de Emilio Vera y María Mazzarello, del barrio Paihuen, ubicado en las afueras de la ciudad, a un costado de la ruta nacional 33, y los malhechores se alzaron con quinientos pesos en efectivo, un equipo de música y una máquina fotográfica.

 Una mujer fue sorprendida por dos ladrones en el patio de su casa, y luego de ser apuntada con un arma, amordazada y atada de manos y pies, fue dejada en el baño de la vivienda, mientras los malvivientes se apoderaban de dinero y otros elementos.


 El dramático episodio se produjo ayer, alrededor de las 18, en la vivienda ubicada en la intersección de Emilio Vera y María Mazzarello, del barrio Paihuen, ubicado en las afueras de la ciudad, a un costado de la ruta nacional 33, y los malhechores se alzaron con quinientos pesos en efectivo, un equipo de música y una máquina fotográfica.


 "Estaba con la plantas y ví pasar a dos caminando. Y cuando estaba en este lugar (al lado de una de las columnas del alero anterior a la casa), me agarraron por la espalda, me taparon la boca con una mano, me apuntaron con el revólver en la cabeza y me llevaron adentro a los empujones", comenzó relatando Nélida Villegas, todavía conmocionada por la traumática experiencia.


 La mujer aguardaba la llegada de personal de la Policía Científica, que procuraría obtener huellas para ayudar a la investigación.

Todo revuelto




 "Está todo así, porque revolvieron y tiraron todo, y no quiero tocar nada hasta que venga la policía", dijo la mujer, a manera de disculpa por el evidente desorden que provocaron los malvivientes.


 Los delincuentes redujeron a la mujer e inmediatamente se abocaron a la búsqueda de dinero y elementos de valor.


 "Acá adentro estuvieron diez minutos. Me encerraron en el baño y me ataron con el cable del secador y trapos. Me sentaron en el inodoro y me ataron las manos y los pies por delante y con el mismo cable del secador de cabello unieron esas dos ataduras. Y me mandaron un trapo en la boca y se fueron", detalló Nélida.


 Según la mujer, los sujetos se movilizaban a pie y ello les quitó posibilidades de llevarse algún otro elemento de mayor tamaño.


 "Andaban caminando, por lo que mucho no se podían llevar. Y por lo que estoy viendo, me robaron quinientos pesos, una máquina de fotografía digital y un equipo chiquito de música que estaba arriba de la heladera", manifestó la damnificada.


 La mujer dijo desconocer si los malvivientes llegaron con algún dato en firme.


 "Tiraron todas las cosas, buscando joyas y plata. `Dame la plata del departamento que vendiste', me decían. En realidad, yo vendí el departamento hace un año, pero ya no tengo esa plata. Tal vez lo dijeron por decir, para ver si tenía algo", declaró Villegas.

"Uno está desprotegido"




 La mujer logró hacer una somera descripción de sus atacantes.


 "Eran dos. Uno tendría unos treinta años y era robusto. El más chico, de veinte años, era el que andaba con el arma y menudo de físico. Ambos sabían lo que estaban haciendo: querían plata", expresó.


 "Si los veo los reconozco, pero también está la preocupación sobre lo que puede pasar después. Es que, como entran y salen, uno está desprotegido totalmente", dijo Nélida, reiterando una sensación generalizada de la comunidad.


 Está claro que los sujetos intentaron demorar el pedido de auxilio de la mujer.


 "Me ataron con toda la fuerza para que no me desate, y realmente no sé cómo logré zafarme. Me ataron la boca con un trapo y me taparon la cabeza con una toalla, para que no los vea", continuó.


 "También me ataron el cuello, con alguna remera. Lo hicieron como para que no me desate enseguida, porque ellos andaban caminando. Debo haber demorado cinco minutos en desatarme, pero me quedaron las manos muy marcadas, porque me ataron tan fuerte...", aseguró, mirándose las manos.


 La mujer hace un año que vive en el lugar, pero ya había sufrido otro robo, aunque de otras características y sin este nivel de riesgo.


 "En realidad me dicen `estás loca, te viniste a vivir acá', pero tengo todo asegurado y estando adentro no le abro a nadie, si antes no me avisa por teléfono, aunque justo esta vez estaba afuera", indicó.


 "De todos modos, cuando vivía en un departamento en otro lado, también me entraron y me sacaron todo", comentó Nélida, que actualmente está de vacaciones y a mediodía de la víspera había regresado de Monte Hermoso.


 El momento del día en que ocurrió el hecho sorprendió a la víctima.


 "Acá hay muchos asaltos, fundamentalmente durante el verano, pero no ocurren con gente en la casa. Por lo general se producen en casas de fin de semana y cuando no hay gente. Pero esta vez me tocó a mí", reflexionó.


 Nélida tomó conciencia del ataque cuando advirtió que le apuntaban.


 "Al principio, cuando me tapó la boca, pensé que podía ser algún amigo o conocido que me estaba haciendo un chiste", se sinceró.


 El barrio no cuenta con una densidad población demasiado importante y las viviendas suelen contar con alambrados perimetrales de tres o cuatro hilos.


 "El portón estaba abierto, pero además ellos se aseguran que no ande nadie. Por acá no pasa mucha gente, pero hay algunos vecinos. Esto es tranquilo, cuando han robado lo hicieron en casas desocupadas, pero el riesgo está en todos lados. Si me robaron en un departamento donde había gente, me sacaron todo y nadie vio nada...", concluyó.