Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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Disgusto en la Iglesia por un desaire al tedéum del 9 de Julio

La Iglesia no oculta su malestar ante el desaire que hará Cristina Fernández de Kirchner al tedéum por el 9 de Julio en la catedral de San Miguel de Tucumán, ciudad cuna de la independencia argentina. "El gobierno ya tomó como una costumbre evitar las celebraciones religiosas en la fecha patria. Parecería que quiere desterrar la fe de la historia nacional", se quejó un sacerdote que pidió no revelar su identidad.

 La Iglesia no oculta su malestar ante el desaire que hará Cristina Fernández de Kirchner al tedéum por el 9 de Julio en la catedral de San Miguel de Tucumán, ciudad cuna de la independencia argentina.


 "El gobierno ya tomó como una costumbre evitar las celebraciones religiosas en la fecha patria. Parecería que quiere desterrar la fe de la historia nacional", se quejó un sacerdote que pidió no revelar su identidad.


 Voceros de la Dirección de Protocolo y Ceremonial confirmaron que la presidenta de la República viajará al distrito norteño para dos actos --un homenaje a los próceres en la Casa Histórica y un encuentro multitudinario en el hipódromo--, pero no irá al oficio religioso.


 Algunas fuentes especulan que el faltazo sería para sortear eventuales críticas del vicepresidente primero del Episcopado, arzobispo Luis Villalba.


 Los cambios por las efemérides patrias son habituales en el matrimonio Kirchner, aunque hasta ahora habían sido para el 25 de Mayo: será la primera vez que omitirán concurrir a la catedral tucumana para agradecer a Dios por la Declaración de la Independencia.


 Al llevar la celebración principal a la ciudad de Salta, el último 25 de Mayo esquivaron la homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio en la catedral metropolitana.


 Por primera vez, Néstor Kirchner estuvo delante de Bergoglio el 25 de Mayo de 2003, precisamente el día que tomó posesión del cargo y el purpurado coincidió en la necesidad de "poner el hombro" y alentó a dejar atrás mezquindades e internismos.


 Un año después, el entonces jefe del Estado se retiró contrariado de la catedral porque debió oír duras alusiones a las "componendas de poder" que absorben las instituciones y al cansancio del pueblo por los "anuncios estridentes".


 En 2005, el gobierno mudó la recordación a Santiago del Estero para escuchar una homilía sin sobresaltos de monseñor Juan Carlos Maccarone. El obispo, considerado "amigo" en la Casa Rosada, renunció meses después por estar envuelto en un escándalo de connotaciones sexuales.


 Kirchner regresó al templo porteño en 2006 y soportó más andanadas por su forma de gobernar. Bergoglio exhortó a construir un país sin prepotencias ni exclusiones. También previno que el poder no necesita sustentarse en propaganda, encuestas o el aplauso de las masas.


 El año pasado, el gobierno "K" lo trasladó a Mendoza y, entre otras desprolijidades, desconoció que el arzobispo José María Arancibia no participaría porque estaba fuera del país. La responsabilidad de la reflexión patria recayó en monseñor Eduardo Taussig (San Rafael), un desconocido para el entorno kirchnerista.


 Igualmente, el prelado apeló a frases de los papas Benedicto XVI y Juan Pablo II para advertir que se puede caer en un régimen autoritario sin "fidelidad a la democracia" y reclamar más consenso para que la forma republicana de gobierno no sea una mera formalidad de procedimientos que perpetúe las diferencias. (DyN)