Picasso y Rodin, dos genios que recalaron en Buenos Aires
BUENOS AIRES (Télam) -- Son 80 piezas, las reunidas en una exposición de Auguste Rodin (1840-1917), que desembarcó en el Museo Nacional de Arte Decorativo.
De diversos tamaños en bronce, mármol, yeso, terracota y porcelana, permiten acercarse a la expresión de "euforia y angustia" que, a un mismo tiempo, el escultor francés imprimía a sus creaciones.
"La era de Rodin" se conforma con piezas propiedad del Museo Soumaya de la Ciudad de Méjico, la colección más significativa de Rodin fuera de Francia, propiedad de Carlos Slim, y otras del Museo de Arte de Ponce (MAP) de Puerto Rico, a la vez que el Museo Decorativo también fue invitado a sumarse con las obras que posee del artista.
"La mayor parte de las esculturas exhibidas fueron creadas en el taller de Rodin, situado en las afueras de París --comentó el director del Museo, Alberto Bellucci--. Pero también habrá de sus compañeros, de algunos de sus maestros y otras de Camille Claudel quien fue la escultora, amante y modelo con la cual vivió uno de los idilios más tormentosos de la historia del arte".
Varios núcleos temáticos estructuran este recorrido: La Escuela de París, Cuerpo y Alma, los Compañeros y Discípulos, las Mitologías y La Puerta del Infierno, "el gran tema que lo convoca y lo hace trabajar tanto tiempo sin terminar nunca, como Miguel Angel, cuyo espíritu habitaba dentro de Rodin".
Entre las piezas se destaca La edad de bronce, una escultura emblemática de Rodin, probable insignia de la muestra, así como "todas esas parejas que se abrazan y que al mismo tiempo son una muestra de erotismo y angustia, de placer y dolor, de vida y muerte... ese conflicto tremendo que exponen las obras de madurez de Rodin", señaló Bellucci.
A través de infografías, textos y documentos, "la muestra apunta a que el visitante comprenda las relaciones entre las distintas obras, con el contexto de París de esa época-bisagra entre el siglo XIX y el XX, y seguramente también esa fascinación que sentimos en Argentina y en Latinoamérica por las esculturas de Rodin", sostuvo Bellucci.
"La fascinación por este creador --continuó-- que con un gran oficio académico prefería dejar sus esculturas a nivel de la superficie, casi sin terminar, y que además llevaba a sus modelos y a sus producciones al borde de la afluencia, a la expresión de angustia y al mismo tiempo de euforia, sentimientos extremos que curiosamente prendieron en Latinoamérica y en Argentina", agregó.
"La era de Rodin" se podrá visitar desde el 12 de julio hasta el 16 de septiembre, de martes a domingos de 14 a 19 en el Museo Nacional de Arte Decorativo, Avenida del Libertador 1902.
El genio polifacético.
Dibujos, litografías, tintas y cerámicas que fueron regaladas por Pablo Picasso a su barbero y confidente, Eugenio Arias, conforman la exposición "Picasso en Buenos Aires", que continuará en la Casa de la Cultura de esa ciudad (avenida de Mayo 575) hasta el 1 de agosto venidero.
Se trata de 25 piezas del Museo Picasso Colección Eugenio Arias, de la Comunidad de Madrid, inspiradas en la convivencia casi diaria de estos dos españoles exiliados en Francia (Vallauris), que mantuvieron una amistad furante 26 años y que compartían la misma pasión por la tauromaquia, las rondas por bares y la afinidad política.
"La importancia de esta muestra es precisamente su originalidad: se trata de una colección pequeña referente a la amistad de dos personas. Pablo Picasso tiene una obra extensa, pero una colección que se refiere sólo a amistad es ésta y ésa es su principal peculiaridad", dijo la española Susana Durand, coordinadora técnica de la exposición.
Un plato con escena de corrida de toros (1957), un ladrillo con escenas de Tauromaquia, el Retrato de Jacqueline (1963) o una litografía de un preso con la paloma de la paz (1959) son algunas de las obras que integran al muestra, la mayoría de ellas con la dedicatoria "Para mi amigo Arias", del letra y puño del autor de Guernica y Las señoritas de Avignon.
"Picasso es un genio polifacético --soltó la especialista española-- en el sentido de que pinta en todos los soportes y en todas las épocas. Es decir, tiene épocas modernas, vuelve de nuevo a la antigüedad. Es tan polifacético y tan original que cualquier trazo que hace ya engancha a la gente".
Arias, quien falleció hace sólo dos meses, a los 98 años, siempre quiso compartir su colección para que todos pudieran admirar el genio de su amigo, por eso, en 1982, tras el largo exilio, donó todas las obras a la Diputación Provincial y en 1985, en las dependencias del Ayuntamiento de Buitrago de Lozoya --el pueblo natal del barbero--, se inauguró el museo.