Analizarán ADN canino para aclarar una muerte
La Fiscalía General del Departamento Judicial Bahía Blanca recibió autorización para realizar un estudio de ADN canino, con el fin de avanzar en la investigación por la muerte del quintero José Manuel Descocido (72), hecho registrado hace poco más de dos años en la zona de Aldea Romana.
De esta manera, se procura determinar si los perros dogos pertenecientes al médico cirujano Carlos Manuel Schamun, fueron los que atacaron a la víctima hasta provocarle su deceso.
La medida, en el marco de la investigación penal preparatoria (IPP) Nº 107.788, fue dispuesta por la Procuración General de la provincia de Buenos Aires, que define la realización de las pericias cuando su costo supera determinado monto (en este caso tendría un valor de 1.500 pesos).
Restos pilosos de los animales en cuestión serán enviados a la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata, a fines de someterlos a una prueba comparativa.
La causa en la cual se investiga el deceso del hombre --cuyo cadáver, mutilado, fue encontrado a pocos metros de una acequia, el 24 de marzo de 2006-- está pendiente de resolución.
Todas las sospechas del ataque llevaron a dirigir la atención de los investigadores a dos alterados perros, de raza dogo argentino, que los efectivos y un vecino encontraron a centímetros del cuerpo sin vida, con pocas intenciones de alejarse de allí de forma voluntaria.
De hecho, los policías debieron realizar disparos intimidatorios al aire para hacer que los canes se retiraran del lugar --donde dejaron múltiples pisadas-- y permitir la intervención oficial.
Las pistas condujeron a los uniformados hacia la propiedad del doctor Schamun --donde antiguamente funcionara el camping Cala Gogó--, quien tiene varios animales de esas características.
Huellas
"En la causa hay fotos y un plano de las huellas que salen desde el sector donde apareció la víctima hasta la parte posterior del predio --que estaba sin alambrar-- de este hombre (por el cardiocirujano), donde hay varias huellas", dijo uno de los informantes, consultado oportunamente por este diario.
De todas maneras, pericias posteriores confirmaron que la sangre hallada en los restos de materia fecal de esos canes arrojó resultado negativo en cuanto a la posibilidad de que correspondiera a un ser humano.
El macabro descubrimiento estuvo a cargo de Juan Carlos Recchioni, quien realizaba sus tareas habituales cuando sorpresivamente se encontró con el cadáver de Descocido, que tenía los miembros inferiores sumergidos en el curso de agua.
Tras el arribo al sitio de personal de la comisaría Segunda, a cargo de la jurisdicción, se estableció que el cuerpo estaba mutilado (le faltaba un brazo) y que, además, el rostro presentaba marcas de un ataque.
Algunos testimonios posteriores permitieron conocer que otras personas habían sufrido ataques de perros en el mismo sector, aunque el doctor Schamun se encargó de negar enfáticamente toda posibilidad de que sus mascotas --tenía doce ejemplares de dogo-- hayan sido las agresoras y hasta descartó que pudieran salir del predio que le pertenece.