Bahía Blanca | Domingo, 12 de mayo

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Francisco Andrade, joven modelo de actor y músico

Un metro ochenta y ocho de estatura, mirada clara y un rostro agraciado. Francisco tiene esos dones, junto con toda la juventud y el riesgo para buscar su vocación donde sea necesario. El destino y la necesidad condujeron a este bahiense radicado en Buenos Aires a las pasarelas más importantes de Buenos Aires y otras capitales del mundo o a posar para publicidades de primeras marcas de ropa, anteojos, perfumes, telefonía celular y cuanto producto de última generación se conozcan.




 Un metro ochenta y ocho de estatura, mirada clara y un rostro agraciado.


 Francisco tiene esos dones, junto con toda la juventud y el riesgo para buscar su vocación donde sea necesario.


 El destino y la necesidad condujeron a este bahiense radicado en Buenos Aires a las pasarelas más importantes de Buenos Aires y otras capitales del mundo o a posar para publicidades de primeras marcas de ropa, anteojos, perfumes, telefonía celular y cuanto producto de última generación se conozcan.


 Días pasados, antes de volver a nuestro medio en plan de reencuentro familiar, trabajó en la campaña de verano 2008-09 de Tascani, pero a su regreso a la Capital lo esperaba otra agenda.


 "Tengo varias fechas para tocar con Vibra, mi banda de rock, y debo mechar con los ensayos de la obra El Huemul de la Patagonia, una puesta de teatro-rock infantil que a partir del domingo 29 y todos los domingos de julio, protagonizaré en el Parque Chacabuco del barrio de Caballito", comentó relajado, después de un fin de semana largo en casa y mirando tele con la abuela.


 Con el rock, gana poco; con el teatro, casi nada.


 "Pero son mis vocaciones", insiste Francisco, un agradecido de su mamá, quien le bancó desde sus 13 años las ganas de tocar la batería, lo llevó al Conservatorio Provincial de Música de Bahía Blanca y le pagó las clases con Daniel López.


 "El modelaje y la publicidad me proveen la comida pero yo siempre supe lo que quería".



Con pasos seguros








 -- ¿Qué se siente al caminar pasarelas de Milán o París o verse en gráficas o publicidades para Personal, Tascani, Levis' o Ricky Sarkany, Armani o Ives Saint Laurent?


 -- Es lindo y yo soy un agradecido de la experiencia que el modelaje me dio y me da.


 "Pero trabajar en ese mundo puede resultar mucho menos glamoroso de lo que la gente cree. Yo empecé en esto apenas llegué a Buenos Aires y en la primera agencia en la que entré fue en Dotto Models. Me bastaron seis meses para darme cuenta de que llegar allí no es tocar el cielo. Después me pasé a Civiles, con la que sigo actualmente".


 -- ¿Qué fue lo mejor y lo peor que te sucedió como modelo?


 -- Lo mejor, aprender idiomas, conocer gente y lugares, hacerme de amigos que estaban en la misma situación que yo y de quienes después costó desprenderme. Lo peor, encontrarme en la calle, sin plata, sin conocer el idioma, con mis valijas a cuestas porque me habían desalojado. También tener una deuda enorme de la que mi mamá se enteró sólo cuando pude terminar de pagarla. Pero todo sirvió.


 -- ¿Para qué?


 -- Para saber lo que yo quería: tocar mi batería y actuar.


 -- Y es lo que estás haciendo a 700 kilómetros de tu casa en Bahía y a 30 cuadras de las de tus amigos. ¿Qué te dan el rock y "El Huemul"?


 -- Describir lo que se siente al hacer música es muy difícil. Escuchar música se disfruta. Generarla... Tocar la batería te descarga físicamente, es catártico.


 "Y en el teatro... Con El Huemul... me han ocurrido situaciones que me hicieron sentir más chiquito que los chicos que nos fueron a ver. Ellos son seres enormes que si no te aceptan te lo dicen y si te quieren te abrazan como si en ese momento fueras lo más importante para ellos".


El resultado del esfuerzo.







 -- "El Huemul..." tuvo aceptación desde un comienzo, pero en un mercado como el de Buenos Aires, donde existen alrededor de 400 producciones independientes al año se estima que no habrá sido por casualidad.


 -- No. Con la obra reabrimos el Teatro Verdi que estaba prácticamente abandonado y, después de eso, nunca dejamos de tener la sala llena.


 "Pero en Buenos Aires, si no estás en televisión no existís y, menos, si se trata de una propuesta de teatro independiente. Justamente, lo que se produjo en un año con esta obra fue fascinante.


 Pero sabemos que nos ayudaron el esfuerzo, en principio, del productor Silvio Falasconi que hizo su inversión y trabaja sin descanso para que el proyecto funcione. Después, de todos quienes nos involucramos con él, que no sólo actuamos o tocamos, sino que vamos, cuadra por cuadra, pegando cartelitos de promoción si es necesario. Y un empujón importante fueron las buenas críticas de diarios de tirada nacional".


 -- Sos el protagonista y eso significa que soportás la mayor parte del peso de la obra.


 -- Yo hace un año que estoy. El productor lleva más tiempo con el proyecto que comenzó con un libro cuenta cuentos junto con unas canciones. Ya de lleno en la obra, grabamos junto con el guitarrista (que además es mi amigo) Gonzalo Cuchetti, algunas de las canciones nuevas.


 "Somos 16 personas las que nos movemos arriba del escenario, entre los actores y la banda que toca en vivo. Hay gente aficionada que fue aprendiendo con la obra, otros formados en música o actuación, o las dos. Cuchetti toca aparte con el tecladista de Los Piojos".


 -- Llegaron, en el verano, a Pinamar. ¿Cuándo vendrán a Bahía Blanca?


 -- Está en los planes. La idea es poder venir para septiembre y empezar desde aquí a llevar El Huemul..., precisamente, a su Patagonia.


 "Para mí sería fantástico, porque significaría volver a mi ciudad, a mostrar un poquito de lo que logré con bastante de lo que me llevé cuando me fui".




  M.I.D.C.



En resumen.

* Francisco Andrade tiene 24 años y se mudó a Buenos Aires a los 19, buscando ampliar horizontes en la música y el teatro.
* Comenzó a trabajar como modelo a los 20 y durante un año desfiló en las principales capitales europeas.
* De vuelta en Buenos Aires continuó con el modelaje, a la vez de formar su propia banda, Vibra, y protagonizar El Huemul de la Patagonia. En este proyecto trabajan otros tres bahienses: Ana Clara Podestá (iluminación, diseños gráficos y la multimedia), Gonzalo Cuchetti (actor y guitarrista de la banda que toca en vivo en la obra) y Martín Arroyo (dibujante del libro de El Huemul...).



Animal de rock
















 El Huemul de la Patagonia cuenta las divertidas aventuras de un huemul, ciervo autóctono del Sur de nuestro país que se encuentra en peligro de extinción.


 Habiéndose escapado del bosque de la montaña para visitar un pueblito cercano, el protagonista sufre la persecución de un cazador que lo quiere como adorno, de una domadora de circo, y del intendente que lo percibe peligroso.


 En cambio, cuenta con la ayuda de la Naturaleza y sus fenómenos climáticos, además de las ocurrencias de una cachorra, un pimpollo y una zanahoria.


 Incluye, además de un argumento, pequeños homenajes al rock nacional a través de la imagen de los músicos y de los estilos de las canciones.


 Después de la temporada 2007 en el Teatro Verdi de La Boca, de realizar funciones en el Espacio Cultural Carlos Gardel, y de pasar por Pinamar, se estrenará a partir del próximo domingo en el Centro Cultural Adán Buenosayres del Gobierno de la Ciudad, con entrada libre y gratuita.