Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

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El surrealismo argentino contado desde lo pictórico

BUENOS AIRES (Télam) -- Una exposición que reúne obras de los más importantes exponentes argentinos del surrealismo, quienes abordaron en sus pinturas lo fantástico, el subconsciente y los sueños, se acaba de inaugurar en el Pabellón de Bellas Artes de la UCA. "Presencias y avatares" es el título de esta amplia exposición, que reúne un centenar y medio de artistas como José Planas Casas, Juan Batlle Planas, Ideal Sánchez, Luis Barragán, Vicente Forte, Orlando Pierri, Bruno Venier, Osvaldo Borda, Roberto Aizenberg, Jorge Tapia y Víctor Chab.




 BUENOS AIRES (Télam) -- Una exposición que reúne obras de los más importantes exponentes argentinos del surrealismo, quienes abordaron en sus pinturas lo fantástico, el subconsciente y los sueños, se acaba de inaugurar en el Pabellón de Bellas Artes de la UCA.


 "Presencias y avatares" es el título de esta amplia exposición, que reúne un centenar y medio de artistas como José Planas Casas, Juan Batlle Planas, Ideal Sánchez, Luis Barragán, Vicente Forte, Orlando Pierri, Bruno Venier, Osvaldo Borda, Roberto Aizenberg, Jorge Tapia y Víctor Chab.


 Aunque el surrealismo se inició en el mundo a mediados de la década del 20, con la aparición del Manifiesto surrealista de André Breton, en la Argentina fueron Planas Casas y Batlle Planas quienes marcaron el quiebre inicial, hacia 1930, de este movimiento que indagaba en las profundidades del subconsciente.


 En París, el manifiesto hablaba de "una concepción y una actitud ante la vida; de libertad, de repudio de todas esas ligaduras de diverso orden que inhiben la naturaleza humana dentro de la sociedad moderna y de respeto de las fuerzas que están dormidas u oprimidas en las profundidades del ser".


 "Los artistas argentinos apelaban al inconsciente, al subconsciente, a romper con todas las estructuras, a no usar la razón ni el pensamiento sino a tratar de hacer lo que en literatura se llamaba el automatismo, no respetar las imposiciones", cuenta la curadora y directora del Pabellón, Cecilia Cavanagh.


 Antonio Berni incursionó en el surrealismo con una muestra en Amigos del Arte (1932) de aceptación indiferente y crítica desfavorable, mientras que Spilimbergo ilustró a través de once estampas un relato de Oliverio Girondo, en 1937.


 "Las primeras muestras de surrealismo no tuvieron ninguna repercusión porque había obras muy difíciles de entender --explica Cavanagh--, por eso hay que tratar de entrar en la forma de pensar del artista, tener un momento de reflexión, para poder comprenderlo".

La primera reunión.




 Fue en 1939, cuando el Grupo Orion, integrado por poetas y pintores, organizó en Buenos Aires una exposición de pinturas vinculadas al movimiento surrealista que, aunque tuvo escasa repercusión en los medios, dejó su influencia en las generaciones siguientes.


 Este colectivo de artistas estaba conducido por Ernesto Rodríguez e integrado por Luis Barragán, Bruno Venier, Alberto Altaleff, Antonio Micheli, Ideal Sánchez, Orlando Pierri, Vicente Forte y Juan Fuentes.


 Las obras que integran la muestra pertenecen todas al médico psiquiatra y coleccionista de arte Mauricio Neuman, "quien trató con esos artistas personalmente, fue amigo de algunos de ellos y de otros su psiquiatra. Hay una interacción muy íntima entre el coleccionista y los artistas", señala la curadora.


 "La muestra es también didáctica --admite Cavanagh-- porque no sólo está presente el surrealismo argentino sino también lo que dejó en el arte argentino".


 Para apreciar la obra posterior a ese primer impulso, conocida como neo-surrealismo, "se debe comprender que en muchos de los casos la aproximación implicaba solamente algunas asociaciones", detalla Osvaldo Svanascini, miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, en el catálogo.


 "La influencia del surrealismo en los artistas argentinos motivó adherencias colaterales, se identificó con breves períodos o simplemente fue merced a alusiones que fluctuaban entre la invención, lo imaginario y lo contrastante", detalla.


 Se podrá visitar la exposición hasta el 18 de mayo, de martes a domingos, de 11 a 19, en el Pabellón de Bellas Arte de la UCA, en Alicia Moreau de Justo 1300, planta baja.