Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

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Cibercafés y locutorios: un negocio con poco para crecer

Ante el aumento sostenido en la penetración de la telefonía móvil, la invasión de los mensajes de texto (SMS) y la mayor presencia de Internet en los hogares, el que fuera hasta hace pocos tiempo el floreciente negocio de los locutorios con Internet, antes también conocidos como cibercafés, parece ir perdiendo ese privilegio en la ciudad.

 Ante el aumento sostenido en la penetración de la telefonía móvil, la invasión de los mensajes de texto (SMS) y la mayor presencia de Internet en los hogares, el que fuera hasta hace pocos tiempo el floreciente negocio de los locutorios con Internet, antes también conocidos como cibercafés, parece ir perdiendo ese privilegio en la ciudad.


 En la calle aseguran que la gran competencia por el negocio entre cableras y empresas telefónicas, por medio de promociones limitadas que buscan aumentar su cuota de mercado en los sectores residenciales, el alza exponencial de la venta de celulares --hay casi un aparato por persona en el país-- y el mayor uso de los mensajes de texto (SMS), que alcanzaron más de 3 millones en diciembre, dejó en terapia intermedia a esta actividad.


 "Años atrás, las cabinas eran el corazón de un locutorio con Internet. Actualmente, explican tan sólo un 25% de la facturación total. El bajo costo de los mensajes y la mayor penetración de la telefonía móvil nos quita clientes", explicó a "La Nueva Provincia" uno de los titulares del locutorio Tele Alem, Marcelo Muscarsel, quien cuenta con una experiencia de casi 10 años en la actividad, incluso como empleado en los primeros tiempos.


 Agregó que anexar servicios al comercio es la única forma de "sobrevivir" en un mercado que, hoy por hoy, se presenta decididamente en baja.


 Coincidentemente, para el titular del Locutorio Vicente López, Alejandro Fernández, la actividad bajó de manera considerable en los últimos 3 años, pese a que las tarifas locales se hallan "ancladas" en $ 0,23 por minuto desde fines de la década pasada, y las nacionales siguen en $ 0,57.


 "Los locutorios con cabinas y máquinas hoy ya no tienen posibilidades de crecer. Cada vez hay mayor inclinación a anexar kiosco, fotocopiado, servicio de correo privado, cobro de servicios y hasta venta de pasajes de larga distancia", graficó el encargado de otro reconocido locutorio del macrocentro.


 Pero la "mail dependencia" propia de nuestros tiempos suma algunos puntos a los locutorios con Internet, ya que, según los prestadores, muchos usuarios, pese a contar con acceso a la red desde sus hogares, prefieren seguir chequeando sus correos fuera de estos.


 "El usuario `de tráfico` sigue presente, ya que, al ser para muchos una herramienta de trabajo, hay gente que no puede esperar a llegar a su casa para revisar sus mails", destacó Daniel García, otro de los titulares de Tele Alem.

Otro escenario. Para los ciber con juegos en red, la realidad parece ser muy distinta, ya que funcionan en la mayoría de los casos a full las 24 horas.




 No obstante, la irrupción de un número cada vez mayor de competidores fue deprimiendo los precios, que con costos crecientes, erosionaron paulatinamente las ganancias.


 "Años atrás, la cantidad de cyber explotó. Hoy sólo quedamos los pioneros", aseveró el titular de Matrix, Juan Smail, quien estuvo al frente de uno de los tres primeros negocios en su tipo que se abrieron en la ciudad.


 Con el crecimiento vertiginoso de la industria también aumentó el nivel de la demanda tecnológica de los nuevos juegos. Contar con una PC, considerada estándar, (procesador Atlon 4.000, disco de 80 gigabytes y placa de video de primera marca) equivale a disponer de unos $ 2.000. Esto sin considerar teclado, mouse ni monitor.


 A valores actuales, según los propios protagonistas, la inversión inicial para un parque de 25 máquinas puede oscilar entre 60.000 y 70.000 pesos.


 "Antes podíamos cobrar más de $ 2 la hora y las PC eran más accesibles. Con dos días de trabajo se renovaba un equipo. Pero las cosas cambiaron. Aunque tuviera la plata, hoy no pondría un cyber", pensó en voz alta Smail.

Regulación de la actividad. La proliferación de los cyber de juegos impulsó en 2004 la sanción de la ordenanza municipal 12.592 tendiente a regular la actividad. Los efectos supuestamente violentos de algunos juegos y la falta de control sobre la permanencia de menores en los locales, fueron los principales argumentos.




 La norma, impulsada por la concejala Stella Maris Brusa, exige a los locutorios con Internet y ciber con juegos en red reunir una superficie mínima de 12 metros cuadrados, estar ubicados en planta baja, poseer un frente vidriado que permita observar la actividad interna, e instalar filtros sobre páginas pornográficas y juegos "que contengan acciones de violencia en cualquiera de sus formas, especialmente aquellos que hacen blanco sobre figuras de forma humana o animal", según reza el artículo 4 inciso C de la ordenanza.


 En los primeros años, algunos de los 700 comercios habilitados recibían la visita del único inspector destinado a ese cometido, lo que dejaba dudas sobre la efectividad de los controles. Actualmente, cuando se renueva la habilitación del local, se exige a sus titulares facturas de los equipos, matafuegos y filtros, aunque no se verifican los contenidos de los juegos en red.


 "La idea es profundizar los controles, pero ello requiere de un mayor compromiso del Ejecutivo. Estamos esperando que Budassi (Iván, secretario Legal y Técnico del municipio) habilite la creación de un cuerpo único de inspectores, quienes entenderían sobre este tema entre otros", aseveró Brusa.


 Agregó que, en su opinión, algunos juegos favorecen las conductas violentas de los adolescentes, lo que justifica bregar por el cumplimiento de la 12.592.


 "Para mí, los juegos no tienen nada que ver con la violencia. Cuando era chico pasaba el día en las maquinitas y nunca tuve mala conducta", se defendió un empleado de un ciber céntrico.