"Fue el mejor partido de Olimpo desde que yo dirijo"
Eléctrico. Roberto Saporiti no paró de dar indicaciones. Ni aún perdiendo.
"Sapo", un hombre de fe, siempre creyó que su equipo podía ganar, incluso cuando le cabecearon dos veces en el área y el "grana" se puso al frente en el marcador, primero 1-0 y después 2-1.
Si él, desde el banco, ¡habrá dado vuelta partidos como estos...!
"La verdad, este es un triunfo de los jugadores, sólo de ellos; de nadie más. Dejaron todo en el campo de juego, entendieron el mensaje que nosotros mandamos desde afuera con los cambios. No se entregaron nunca, pusieron el alma, el espíritu siempre estuvo vivo y se contagiaron con el aliento de la gente, que apoyó aún en los momentos más difíciles", indicó el DT aurinegro, tan claro como siempre y dispuesto a contestar cualquier pregunta.
"Nunca dejé de confiar en este plantel. Lo conozco bien, y pese a que los futbolistas venían golpeados, sabía que iban a sacar todo su amor propio. Ante Arsenal y Vélez perdimos por detalles que ahora no quiero mencionar y frente a Racing merecimos más que un punto. Pero vamos a hablar del presente, de que le ganamos al campeón del fútbol argentino. No me caben dudas que fue el mejor partido del campeonato, por fútbol, por jerarquía, por lo que dejaron los dos equipos".
--Si fue el mejor encuentro del certamen, también fue de Olimpo, ¿o no?
--Fue el mejor de Olimpo desde que yo llegué, allá por 2003.
--¿Comienza otra historia para Olimpo, por supuesto enfocada desde el punto de vista anímico?
--Olimpo ganó de manera brillante, fue un equipo inteligente. Hizo un gran partido, porque demostró que está vivo y que va por más. Hay triunfos que dejan más esperanzas que otros, y éste nos da un envión anímico más que considerable.
"Jamás perdió el empuje y el orden pese a las variantes que se realizaron con tal de vulnerar el arco de Bossio".
--Con Ulloa, ¿encontró el "9" de área que el equipo necesitaba?
--Prefiero no hablar de individualidades. Nadie es responsable de las derrotas y todos debemos festejar cuando el equipo gana. La culpa, en los traspiés, siempre es mía. Es una victoria del grupo.
--El juego del equipo cambió mucho entre un tiempo y otro. ¿Cuáles fueron las palabras mágicas en el vestuario?
--Les pedí que no pierdan la serenidad. Hicimos un cambio posicional, surgió efecto, no perdimos fútbol y fuimos al frente, a buscar el partido. Cuando terminó y entramos al vestuario les dije que se lo merecían, al igual que todos los hinchas.
"Olimpo goza de buena salud. Se consiguió un triunfo fundamental en un momento justo".