Pata Pata
Hace 40 años, en febrero de 1968, este diario daba cuenta del fenomenal éxito mundial de la cantante sudafricana Miriam Makeba, cuyo tema Pata Pata resonaba "al mismo tiempo en el mundo entero, como un verdadero milagro auditivo".
Nacida en la ciudad de Johannesburgo, fue señalada en aquel año como "la primera mujer de su país en alcanzar el estrellato internacional", atribuyendo su éxito a "la fascinación de su voz, su serena humildad y el encanto de su personalidad". Por entonces, llevaba varios años cantando, con un repertorio que incluía canciones africanas en lengua zulú, swasi, shanagaan, español, idish, indonesio e inglés, pero su salto a la consideración mundial se produjo de la mano de su rítmica creación Pata Pata, dejando así su condición de ser "exclusividad de minorías cultas" para convertirse "en un fenómeno de popularidad", alcanzado en forma "espontánea y rápida".
Makeba ya no residía en su país natal: un encendido discurso contra la discriminación racial, dado en 1963 en las Naciones Unidas, la obligó a emigrar a Estados Unidos. A partir de allí se convirtió en la voz de muchos movimientos que lucharon por los derechos humanos de su tierra. Pudo regresar en 1990, cuando fue reconocida por el presidente Nelson Mandela a causa de su bregar en el exilio.
A poco de cumplir sus 76 años de vida, Makeba sigue actuando en escenarios del mundo, desarrollando un amplio repertorio de jazz y música africana, sin renunciar nunca a interpretar su canción más famosa y buscando apoyo para su centro de rehabilitación y su fundación humanitaria Zenzile Makeba.
Su Pata Pata es parte de la memoria colectiva mundial. "Yi yo mama yiyo mama (Nantsi, pata pata)...".