Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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El triste récord que la Liga quiere olvidar

Mientras que Atenas de Córdoba hizo de la historia un capítulo de ostentación del éxito con su reciente racha de triunfos en la Liga Nacional, el recuento estadístico del básquetbol profesional argentino prefiere no acordarse de otro registro. Resulta difícil pensar que vuelva a repetirse la lapidaria y hasta triste presencia de un equipo como Andino de La Rioja en su última temporada en la A, la 2003-04, cuando perdió 30 juegos consecutivos.

 Mientras que Atenas de Córdoba hizo de la historia un capítulo de ostentación del éxito con su reciente racha de triunfos en la Liga Nacional, el recuento estadístico del básquetbol profesional argentino prefiere no acordarse de otro registro.


 Resulta difícil pensar que vuelva a repetirse la lapidaria y hasta triste presencia de un equipo como Andino de La Rioja en su última temporada en la A, la 2003-04, cuando perdió 30 juegos consecutivos.


 El ex representante riojano llegó a la Liga en la temporada 1994-95, con el uno-a-uno de Carlos Saúl y también con la pizza y el champagne: equipos estelares, tercer puesto en la '95-'96 y viajes al exterior por su clasificación a la Sudamericana.


 Eran otros tiempos. El público llenaba el Polideportivo y subía el mercurio en las ya de por sí calientes noches de verano del noroeste argentino, regalándose un instante de alegría dentro de un escenario de pobreza y exclusión.


 El deporte de La Rioja volvía a vibrar en sociedad, luego de la gesta del 2-1 de Andino ante River Plate por el Nacional de fútbol del '83.


 Nunca pudo probarse, pero al club que tuvo como símbolo la cabeza de un toro, se le atribuyeron llegada y permanencia en la Liga gracias el ex presidente Menem y a su entorno político.


 En ese sentido la estadística nos hace un guiño y señala que las mejores campañas de Andino --el citado tercer puesto y el 5to. de la '97-98-- se produjeron en el momento más recalcitrante del menemismo.


 Y que también la hora final llegó con un nefasto paralelismo: consumado el desmoronamiento del caudillo riojano, Andino registró sus peores actuaciones (14to. lugar en la 2000-01 con un descuento de cuatro puntos incluido; y descenso en la 2003-04 con el lapidario registro de un triunfo en 39 partidos jugados).


 Luego de la temporada del récord de derrotas, en la siguiente (2004-05) el "Torito" jugó un par de meses el TNA antes de retirarse en los primeros días de enero de 2004, por falta de recursos económicos.


 A grandes rasgos, así fue el paso del representante riojano en la máxima categoría del básquetbol nacional.

Desde adentro




 Enrique Rodríguez dirigió a Andino en la temporada de las 30 derrotas consecutivas. "Picana", además ex jugador de la institución y hoy retirado de la dirección técnica en Liga, es concejal de la capital por el partido "Norte Grande" y dirigente del club de barrio Atlético San Martín.


 "Con mi hermano integramos la subcomisión de básquetbol. Trabajamos para demostrar que las cosas se pueden hacer desde la humildad, sin pedirle apoyo al Estado", nos cuenta vía telefónica desde su casa en La Rioja.


 Cuando se le pregunta por Andino, el coach no duda en decirlo: "Lo único que le dejó (a la ciudad) es un entrenador de Liga Nacional, que soy yo y ya no ejerzo".


 --¿Y cuál es el recuerdo que tiene del último equipo en la A?


 --Que había que terminar la temporada como fuera. Perdimos casi todos los partidos. Le ganamos uno a Quilmes de Mar del Plata... ¡Los changos (chicos) parecían los Lakers! La idea era completar y ver si el gobierno nos podía apoyar para el año siguiente en el TNA.


 --¿Por qué agarró?


 --Me une una amistad con (Italo) Palazzi y dirigir a Andino era un poco luchar por el básquetbol de La Rioja, porque la del club era la crónica de una muerte anunciada. Todo el mundo sabía que ese equipo no tenía chances. No sólo por la calidad de los jugadores, sino porque no teníamos plata. Para que tengas una idea, para jugar de visitante viajábamos en colectivos de línea. Una vez en Sunchales terminamos de comer y nos fuimos a la terminal a esperar el colectivo y a dormir, porque no teníamos plata para pagar un hotel. Fue durísimo.


 --¿Qué sentía usted, como riojano y ex jugador del club, con la sucesión de derrotas?


 --No, eso estaba asumido que sería así. Me da tristeza por aquellos muchachos cuando escucho que hoy, por ejemplo, en equipitos que participan en la B (Liga B) o regionales C se gastan cuatroscientos mil pesos... Más plata que lo que gastamos nosotros aquella vez en la A.


 --¿Y ustedes qué presupuesto tenían?


 --Cero pesos... Una bagatela. El sueldo más alto era el de (Anthony) Bishop, que llegó como refuerzo para los playoffs y ganaba unos dos mil dólares. Los nacionales no superaban los mil quinientos pesos. Y cuando les pagaban.


 --¿Quién cree que fue el responsable de la catástrofe?


 -- Acá tuvimos diez años de Liga Nacional y un poquito de TNA gracias a un loco que se llama Italo Palazzi (NdR: fue el gerente y cara visible de Andino a nivel dirigencial), quien prácticamente quedó en la calle y con serios problemas personales. Y en cuanto al gobierno, todos decían que al equipo lo bancaba el menemismo. Mentira. El que ponía la guita era Palazzi, que ahora vende granito negro y se está reestableciendo.


 --¿Y usted cómo se las arreglaba para darle aliento a su plantel ante la sucesión de derrotas?


 --Había que llegar a los playoffs y zafar... Que estuviera Bishop y que los jugadores esa noche tuvieran una noche inspirada. Después sí, para entrenar teníamos diversos problemas porque íbamos al Polideportivo y como no se había pagado el alquiler no teníamos donde trabajar. Sino, otras veces con mi hermano, que era el médico del plantel, le comprábamos comida a los chicos. O por ahí buscábamos fiado en algún negocio.


 --¿Y la comunidad?


 --Acá pasó que hubo gente que dijo nos daba una mano entregando una casa para los jugadores y diciendo `no se hagan problema'. Pero después ponían camionetas en la puerta y no dejaba entrar o salir a los basquetbolistas hasta que alguien del club pusiera el dinero del alquiler. A un muchacho que nos hizo eso, Palazzi le tuvo que pagar con piedras laja de la cantera.


 --Para colmo tuvieron el conflicto con la AdC (ver aparte). ¿Se sintieron perseguidos?


 --No era necesario. Cuando los árbitros venían a dirigir acá no se les pagaba hotel ni pasajes ni viáticos. Por lo tanto no daba para sentirse perseguidos. Era tal la debacle que lo único que nos interesaba era llegar lo más rápido posible a los playoffs para ver si ese día Dios nos iluminaba y zafábamos, para seguir cobrando los derechos televisivos y pagar las deudas.


 --¿Qué significó para la provincia el paso de Andino por la Liga?


 --Acá fue un boom, pero que no fue asimilado por la gente del básquetbol de acá. Fijate los monstruos que pasaron: "Huevo" Sánchez, (Pablo) Coleffi, Mario Guzmán... Los entrenadores de acá ni se acercaban a hacer consultas o a ver los entrenamientos.


 --¿Y el Polideportivo? ¿En qué estado está?


 --Sigue igual, sólo que la cancha está medio destruida. Yo ahora soy concejal y la vez pasada le dije al intendente cuándo la va a hacer leña, porque nadie la cuida.


 --¿Se arrepiente de haber sido partícipe del récord histórico de derrotas de un equipo en la Liga Nacional?


 --Hoy a la distancia creo que hice lo correcto. Cualquier otro en mi lugar pegaba un pique y se iba a su casa. La idea era que Andino no se fundiera. Por suerte lo salvamos.

Fueron días muy agitados




 Durante la temporada en la que Andino sumó las 30 caídas consecutivas y se fue al descenso, el contexto fue el siguiente:


 -- Conflicto con la Asociación de Clubes, que quiso desafiliar a la institución riojana por reiteradas faltas reglamentarias y por las que fue sancionada por un total de 134 mil pesos.


 -- Entre otras transgresiones, en cuatro oportunidades Andino no presentó el mínimo de jugadores a un partido, infracción que la AdC consideró "abandono de cancha".


 -- El club recurrió tres veces a la justicia ordinaria. La AdC acusó de este accionar al abogado Fernando Bastide, el representante del "Torito" ante la entidad acedeísta.


 -- Andino apeló a un juez federal de La Rioja (Franklin Herrera Páez) para conseguir un amparo y así lograr que la AdC le devolviera puntos descontados y dinero embargado.


 -- Vía justicia ordinaria Andino también consiguió que la institución rectora le reprograme algunos partidos que tenía que disputar en ciudades muy distantes, para achicar gastos.


 -- También la incorporación de dos refuerzos (el estadounidense Anthony Bishop y el nacional Claudio Manrique) fuera de la fecha límite para recambios.


 -- Del plantel 2003-04 el único jugador que permanece vigente en la Liga es el cordobés Juan Marcos Casini, escolta de Boca Juniors.


 -- El tucumano José Chaila, por entonces el más experimentado del plantel, lleva el lastre de haber sido partícipe del peor récord equipista previo al de Andino, en Racing Club de Avellaneda (20 caídas en fila en la 96-97).


 -- Los juveniles que hacían el grueso del plantel pasaron al olvido en el plano liguero. Jóvenes y oriundos de la provincia, unos optaron por retirarse y otros continuaron jugando en clubes del interior. Sus nombres: José Blanchard, Celso Puente, Fernando Kuhn, Marcos Pecile, Bruno Guardia y Adrián Sáez.


 -- Los que tenían algo más de trayectoria pudieron hacer pie en la Liga o TNA alguna temporada más: Marcos Piedrabuena, Julián Espeche, José Chaila, Martín Anríquez y Guillermo Casini.

Ricardo Sbrana/"La Nueva Provincia"

Enfoque

"Marcó una época distinta"








 El básquet de Andino desapareció cuando Menem dejó de ser presidente. Era un proyecto político que buscó impulsar este deporte en la provincia. Pero contrariamente a lo que se pensó, Menem no ponía la plata sino que daba la referencia de contactos de empresarios a los que se pudiera ir a pedir apoyo económico.


 El mérito de Andino fue que sembró la semilla del básquetbol y marcó una época distinta. La gente accedió a ver lo mejor de lo mejor y aprendió a leer este deporte, fuera escuchando comentarios y entrevistas por radio o bien siguiendo las alternativas de los partidos en los diarios.


 También le permitió al periodismo aggiornarse en un montón de cosas. En la época del "Huevo" Sánchez se llegó a convocar a muchos chicos altos del interior de la provincia.


 Lo que nos queda a todos los riojanos es la gran satisfacción de haber vivido un hecho casi real, ya que por condiciones propias no podríamos haber armado equipos como los que se armaron. El agente Fernando Bastide y el contador Italo Palazzi supieron elegir.




 Jorge Aguilar/Periodista del diario "El Independiente" de La Rioja