Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Mataron a un gendarme de guardia en Fuerte Apache

Un suboficial de Gendarmería fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando realizaba guardia en una de las garitas de vigilancia del complejo habitacional Ejército de los Andes, conocido como Fuerte Apache, en el partido bonaerense de Tres de Febrero. Fuentes judiciales, policiales y de Gendarmería coincidieron en que la principal sospecha apunta a que el autor del crimen es un vecino del complejo, que disparó sin motivos contra la garita, donde se hallaba el cabo Roberto Omar Centeno (28), oriundo de Salta, junto a otro suboficial.

 BUENOS AIRES (Télam) -- Un suboficial de Gendarmería fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando realizaba guardia en una de las garitas de vigilancia del complejo habitacional Ejército de los Andes, conocido como Fuerte Apache, en el partido bonaerense de Tres de Febrero.


 Fuentes judiciales, policiales y de Gendarmería coincidieron en que la principal sospecha apunta a que el autor del crimen es un vecino del complejo, que disparó sin motivos contra la garita, donde se hallaba el cabo Roberto Omar Centeno (28), oriundo de Salta, junto a otro suboficial.


 El jefe de la región Campo de Mayo de Gendarmería, comandante Jorge William Nieto, informó que, de acuerdo con un primer peritaje, el balazo habría sido disparado desde una distancia de entre 40 y 50 metros, y calificó al hecho como "una agresión salvaje, una agresión artera".


 El episodio se registró pasada la una de la víspera, en el puesto de vigilancia 15 que posee Gendarmería en el complejo habitacional ubicado sobre las calles Ricchieri y San Ignacio, de Ciudadela Norte.


 Los investigadores, que trabajan bajo órdenes del fiscal de San Martín, Rubén Moreno, determinaron que el cabo Centeno se hallaba sentado dentro de la garita completando una planilla administrativa, y un suboficial estaba parado en el exterior, realizando la vigilancia.


 En cierto momento, se escuchó un disparo y el suboficial vio cómo el cabo Centeno caía al piso, con un balazo en un oído que le provocó la muerte en el acto.

Desde un punto fijo




 Una fuente cercana al fiscal Moreno señaló que el suboficial que resultó ileso del ataque alcanzó a ver un auto gris, presumiblemente un Fiat Duna, que pasaba por la calle Ricchieri, por lo que se especuló con que el balazo pudo haber sido disparado desde ese vehículo.


 Sin embargo, el comandante Nieto y las fuentes judiciales coincidieron en que, en base a los trabajos preliminares de los peritos, el balazo fue disparado desde un punto fijo, a una distancia de entre 40 y 50 metros.


 Las fuentes dijeron que el balazo es de calibres 9 milímetros o 3.80 y que la presunción es que el disparo pudo haber sido efectuado desde una de las torres 31 o 30 "E" del complejo.


 Los investigadores hallaron luego una vaina servida calibre 9 y el fiscal Moreno ordenó cotejarla con el proyectil que le extrajeron al gendarme asesinado.


 Inmediatamente se montó un importante operativo rastrillaje dentro de Fuerte Apache, que realizaron efectivos de Gendarmería y de la policía bonaerense, pero sin resultados.

Un minuto de fama




 Los voceros confirmaron que durante la mañana fue demorado un muchacho apodado "Checho", que hacía declaraciones periodísticas sobre el episodio y señalaba a los periodistas que el crimen había sido cometido por "un pibito" y que lo hizo "por diversión".


 "Se escucharon los disparos, pero nadie sabe nada. Yo creo que el que lo hizo fue para tener fama, para entrar a un determinado grupo que hay dentro del barrio, que le decimos 'la isla'. Hay entre 50 o 60 bandas de pibes que se portan mal. Para entrar tenés que robar y hasta matar", dijo el sujeto.


 Al escuchar lo que manifestaba, los investigadores pretendieron identificarlo, pero el individuo se resistió, por lo que fue introducido dentro de un móvil de Gendarmería y llevado a la comisaría Sexta de Ciudadela Norte, por "resistencia a la autoridad".


 También se le secuestró su teléfono celular, en el que se hallaron videos con imágenes de él mismo con un arma de fuego.


 Por otra parte, el jefe de la región Campo de Mayo de Gendarmería, aseguró que ya se habían registrado ataques en los puestos de la fuerza.


 "No es la primera vez que los puestos de Gendarmería, distribuidos en el complejo habitacional han sido víctimas. Tenemos personal herido de bala en estos puestos por disparos que se efectúan desde el sector del complejo. Ha ocurrido ya en reiteradas oportunidades. Este año tenemos ya un herido de bala y el año pasado otro", dijo.


 "Veníamos con ese tipo de modalidades. Es la agresión artera, es la agresión salvaje a un puesto de Gendarmería, a un profesional de la fuerza que está cumpliendo con una misión", explicó.


 En tanto, los restos del cabo Centeno, casado y padre de dos hijos menores, fueron velados con honores en el edificio Centinela, de la Gendarmería Nacional, donde estuvo presente el jefe de la fuerza, el director general Héctor Schenone.

"Esta es la obra de un loco cobarde"




 El asesinato del gendarme Roberto Centeno, fusilado por un francotirador en el barrio denominado Fuerte Apache, fue la obra de un "loco cobarde", pero "no puede ser gratuito", advirtió ayer el jefe de la Gendarmería Nacional, comandante general Héctor Schenone, minutos después del homenaje póstumo al efectivo ultimado.


 Schenone contó a la prensa que este es "el tercer o cuarto caso", en ese lugar, que delincuentes practican un virtual tiro al blanco contra los gendarmes, "disparando sobre la caseta o los vehículos", aunque en los hechos anteriores no se produjeron víctimas.


 "Esta es la primera vez que lo hicieron al estilo francotirador, como asegurándose la víctima", declaró.


 "Esto es la obra de un loco cobarde; no puede ser gratuito, es un ciudadano asesinado que deja una familia, que a su segundo hijo no lo ha conocido y al otro chiquito casi no lo disfrutó", dijo.


 El jefe de la Gendarmería consideró que la de Centeno fue "una muerte absurda, sin sentido, a traición, sin motivo".


 Explicó que "esta es la acción de un loco cobarde, pues el gendarme estaba en su puesto y no se estaba ejecutando ningún operativo, era una recorrida como la de todos los días".


 Además, advirtió que "sería fatalmente triste si hubiera sido por diversión", pues es "quitar una vida por quitar".


 Consultado sobre si la garita que tienen los gendarmes tendría que estar blindada, consideró que ese habitáculo "no es para que el efectivo esté encasillado o encerrado, es para que por momentos pueda acudir a la misma a tomar agua o a buscar algún efecto personal".


 También explicó que hay "una diferencia enorme entre las funciones que se cumplen acá y en otros punto del país; no es lo mismo en la montaña que en la llanura".


 "En la Puna, por ejemplo, al enemigo, al agresor, se lo ve a la distancia, y acá se enfoca desde un edificio, de una obra en construcción..., acá todo se mimetiza, la delincuencia se mezcla, no sólo acá, sino en todas partes del mundo", reflexionó.


 Tras mostrar expectativa sobre la resolución del caso --"creo que es cuestión de tiempo", dijo--, consideró que luego de este crimen "cabe un replanteo, una evaluación, y así se determinará si habrá alguna variante en los métodos de patrullaje y en los operativos, aunque creo que vamos a tener que hacer alguna modificación". (DyN)