La comuna podría no renovar el comodato otorgado a Irel
Debido a la cantidad de quejas recibidas relacionadas con la insuficiente atención que prestaría Irel a las personas con discapacidad, el doctor Iván Budassi, secretario Legal y Técnico municipal, aseguró que "la comuna revisará la situación, antes de renovar el comodato de los terrenos municipales sobre los cuales se erige la sede".
En la mañana de ayer, reclamos que habían sido elevados al Departamento Ejecutivo y al Concejo Deliberante quedaron expuestos en el recinto del Legislativo local, ante la presencia de Budassi; su par de Salud, Guillermo Quevedo; Juan Pedro Tunessi, presidente del organismo, y los integrantes de la comisión de Salud: Esteban Obiol (FPV-Gremial), Alejandro Curino y María José Romero (FPV), Oreste Retta y Mirta Olivera (UCR).
También tomaron intervención los ediles Norberto Martínez y Raúl Ayude (Integración Ciudadana), y Ana Civitella y Soledad Espina (FPV-PJ).
Irregularidades
El doctor Alberto Rantucho, presidente de la comisión municipal del Discapacitado, solicitó la lectura de la carta que envió el 15 de julio, en la que sostiene que "a lo largo de los últimos años, venimos recibiendo numerosas denuncias con respecto a irregularidades en cuanto a prestaciones correspondientes a personas con discapacidad neurolocomotora".
Enumeró que los reclamos coinciden en un corrimiento de la atención prioritaria de la rehabilitación de personas con discapacidad a una oferta variada a la población convencional.
"De acuerdo al decir de la gente, se han retirado los médicos especializados en rehabilitación, hacen inversiones sobre el sector convencional, en detrimento de las mejoras necesarias en el área de atención de discapacitados (inversión en aire acondicionado, cámaras de filmación, 30 bicicletas de 2.000 pesos cada una, por ejemplo) y la duración del tiempo de atención en cada turno es inferior al estipulado", expresó.
Dijo, además, que "existe un solo electroestimulador, que no funciona correctamente; los horarios son acotados en comparación a años anteriores, existe una sola silla de ruedas para el traslado de pacientes, el baño del sector de piletas no se encuentra adaptado y se prioriza la atención de particulares respecto a los que cuentan con cobertura social".
Luego, hizo referencia a la ordenanza Nº 1.121 del HCD, del 28 de octubre de 1958, que, en su artículo 2º, dice: "la cesión --de tierras de la Municipalidad al, en ese entonces, Instituto de Rehabilitación del Lisiado-- dispuesta tendrá vigencia mientras la entidad dedique sus actividades a los fines específicos que motivaran su creación y el inmueble deberá destinarse exclusivamente a la construcción de un edificio para el tratamiento de los lisiados".
"Esta comisión solicita la intervención del DE y del HCD, arbitrando los medios para corroborar lo denunciado, supeditando la cesión de uno de los tres lotes de terreno ubicados en el interior del Parque de Mayo --propiedad de la Municipalidad-- a los resultados de la investigación/auditoría solicitada", expresó.
Por último, manifestó que "existe en Bahía Blanca una franja de población con discapacidad temporal o permanente que, por condiciones socioculturales y económicas, no tiene acceso a la rehabilitación integral como debe garantizar el Estado, además de personas con bajos recursos que, de no mediar una rehabilitación adecuada, sufrirán secuelas irreversibles que se podrían evitar, y que no existe en la ciudad otra institución pública o privada que brinde idéntico servicio".
Por estatuto
Después, fue el turno de Jorge Berrondo, quien destacó que, en su primer estatuto, Irel expresó que no se diferenciaría ni discriminaría a nadie por poder o no pagar el tratamiento.
"Para cumplir con lo pautado en el manual "Dinámica del Funcionamiento de IREL", debería dedicar tiempo completo a la rehabilitación integral: más de 15 personas en departamentos técnicos y médicos (dentro de ellos, la escuela Nº 509), clínicas familiares periódicas y permanentes, un espacio al deporte recomendado para mantener las capacidades logradas", enumeró.
También indicó que el cometido "no se puede lograr dedicando al tratamiento de hidroterapia sólo dos horas y media por día, amontonando a niños y adultos con discapacidad en la pileta", y que, si alguna persona con discapacidad solicita tratamiento, la respuesta es "no hay turno".
"Además, por no haber firmado convenios con obras sociales, se den altas esgrimiendo que el tiempo de avance en el proceso de rehabilitación llegó a una meseta", prosiguió.
Consideró inadmisible que dicha institución sin fines de lucro no cuente con la participación de personas con discapacidad o sus familiares.
"Además, nos resulta inexplicable la cantidad de personal que fue cesanteada en la última década, en detrimento de los tratamientos. ¡Eso sí: Hay un quincho al cual no se puede acceder en sillas de ruedas!", criticó.
Añadió que tampoco se cuenta con un centro de día para niños, sillas de ruedas en condiciones ni un ascensor que cumpla con las medidas mínimas de seguridad, entre otras críticas.
Descargo
La contadora de Irel, Verónica Mendaña, fue la encargada de anotar y brindar las explicaciones del caso.
Aclaró que "el estatuto de Irel no dice que atenderá en forma gratuita" y, en relación a la cantidad de pacientes, señaló que "no atendemos más porque no se acercan", amén de que "los neurólogos, debido a que tuvieron problemas con nosotros, no nos derivan pacientes".
"Los profesionales que se fueron lo hicieron con la ley que establecía la indemnización doble: se retiraron y se consideraron despedidos", subrayó.
Añadió que todas las inversiones efectuadas fueron en beneficio de los pacientes, y que "quisiéramos tener más niños, porque el personal especializado para atenderlos tiene tiempo ocioso".
El debate subió de temperatura, cada uno defendiendo su posición, y los paños fríos llegaron de la mano del secretario de la comisión ejecutiva de Irel, Carlos Echenique, quien dijo que "si hay que cambiar, se hará, para que tiremos todos del mismo carro".
También estuvieron presentes la directora de la escuela 509, quien prefirió correrse de la discusión y manifestarse en la imposibilidad de juzgar el proceder de IREL, y padres de alumnos, quienes contaron que hace tiempo bregan por la creación de un centro de día para sus hijos, sin que el centro de rehabilitación se haga eco del pedido.
Karina Zukerman pidió la palabra, para asegurar que "con esta comisión, a la que conozco mucho, un cambio será imposible".
Por último, desde el HCD, se conformó una comisión de seguimiento de la situación.