Bahía Blanca | Domingo, 06 de julio

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La vida de un traficante, contada en lenguaje de "policial negro"

Basada en un guión del prestigioso escritor Steven Zaillian, el filme propone una semblanza sobre el surgimiento, ascenso, apogeo y caída de un gangster negro llamado Frank Lucas, que creó un pequeño imperio del tráfico y venta de heroína y dominó el barrio de Harlem desde 1969 y hasta el final de la guerra en Vietnam.




 Basada en un guión del prestigioso escritor Steven Zaillian, el filme propone una semblanza sobre el surgimiento, ascenso, apogeo y caída de un gangster negro llamado Frank Lucas, que creó un pequeño imperio del tráfico y venta de heroína y dominó el barrio de Harlem desde 1969 y hasta el final de la guerra en Vietnam.


 Frank era un casi analfabeto, pero inteligente y extremadamente audaz. Nació en Carolina del Norte y a los seis años fue testigo de la muerte de un primo, acribillado a balazos por un grupo de racistas, porque el muchacho habría mirado demasiado a una chica blanca. Este episodio no aparece en la película, pero Frank lo menciona como un hecho que lo marcó a fuego.


 Tras la muerte del capomafia Bumphy Johnson, Frank tomó la posta y en poco tiempo adquirió poder, construyó una "empresa fantasma" y eliminó a sus adversarios. Tenía sus propios códigos, exigía honestidad a sus empleados y protegía a su familia.


 Para no tener conflictos con la mafia italiana, decidió traer la droga desde Vietnam, con el apoyo logístico de jefes del ejército y la complicidad de algunos policías y políticos. La forma de transportar la mercadería fue realmente ingeniosa y recién se revela hacia el final de la película.


 Le llevó un par de meses establecer esa "conexión vietnamita". La heroína era de máxima pureza, la vendía más barato que el valor vigente en el mercado clandestino y le había impuesto un nombre: "Blue Magic".


 Otras de sus características fue su obsesión por pasar desapercibido. La única vez que se traicionó y se exhibió abiertamente en público fue en 1971, en ocasión de la pelea entre Ali y Frazier. Concurrió con su esposa, oriunda de Puerto Rico, portando un ostentoso abrigo de chinchilla, se sentó en el ringside y ese fue el principio de su fin, porque despertó la curiosidad de los policías.


 La contrapartida de Frank fue el detective Richie Roberts, un policía incorruptible, pero conflictuado y obsesivo con el trabajo. Esto y su recurrente infidelidad, le acarreó problemas con su esposa y un prolongado juicio de divorcio.


 A Richie le llevó un par de años identificar a Frank y otro tanto para descifrar el enigma del origen de la mercadería que éste traficaba. Pero era un sabueso seguidor, que encontraba resquicios en su labor para estudiar abogacía.
El "filme de gangsters" es una variante del género policial.



 Zaillian tomó prestado imágenes, ideas y códigos narrativos de varios géneros y períodos cinematográficos. Viendo la película, resulta fácil identificar influencias de Contacto en Francia, de William Friedkin, Caracortada, de Brian De Palma, Buenos muchachos, de Martin Scorsese, y la saga de El padrino, de Francis Ford Coppola.


 Pero también recuerda a New Jack City (1991), de Mario Van Peebles, que describía el ascenso y la caída de un traficante negro de "crack" llamado Nino Brown, que en 1986 intuyó su potencial económico y se lanzó a construir su propio imperio. Eran los tiempos de Ronald Reagan. En cambio, la historia de Frank se desarrolló bajo la presidencia de Richard Nixon.


 Ridley Scott (Blade Runner, Thelma y Louise, Gladiador) asumió la dirección de este filme tras sendos intentos previos de Antoine Fuqua (Día de entrenamiento) y Terry George (Madres en lucha), que tuvieron desacuerdos con la empresa productora Universal, Y Scott concreta una buena labor. El filme posee mucho del estilo del "policial negro", predominan los tonos ocres, se percibe un buen trabajo de iluminación y de diseño de interiores, pero son demasiado escasos los escenarios callejeros.


 Las dos historias paralelas se sostienen básicamente sobre las actuaciones de Denzel Washington (Frank) y Russell Crowe (Richie), la investigación desplegada por éste y la confrontación de ambos. Cabe acotar que, al momento del rodaje, Frank aún vivía y según la versión de Washington, que mantuvo conversaciones con él, era "un hombrecito quebrado y fuera de su elemento".


 Otra baza del filme es su banda musical, que incluye temas clásicos de la música afroamericana (blues, soul) a cargo de Bobby Womack, Sonny Boy Williamson, Sam Moore, Staple Singers, John Lede Hooker y Jerry Butler.