Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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El "Chiche" preferido de Alberto Cabrera

"Ehhh... era muy difícil no hacer enojar a 'Beto', je. No por un problema de carácter, sino porque era extremadamente perfeccionista. Buscaba siempre el ideal", nos relata Adolfo Julio Scheines, conocido como "Chiche" tanto en el ambiente del básquetbol como fuera de él, hablando de su gran maestro.
Un cuarteto caro a sus sentimientos, junto a su hermano Jaime, el entrenador Danussi y "Beto" Cabrera. (Archivo LNP)


 "Ehhh... era muy difícil no hacer enojar a 'Beto', je. No por un problema de carácter, sino porque era extremadamente perfeccionista. Buscaba siempre el ideal", nos relata Adolfo Julio Scheines, conocido como "Chiche" tanto en el ambiente del básquetbol como fuera de él, hablando de su gran maestro.


 Se sabe, el inolvidable Alberto Pedro Cabrera tenía especial debilidad, casi una obsesión, por los jugadores de gran talla.


 "En los trapecios hay que contar con centímetros y kilos para pretender ser competitivos", repetía.


 Aún en tiempos de jugador, el "Mago" del perímetro reclutaba todo lo que podía para Estudiantes, su club. Y dentro de un grupo de jovencitos que componían Raúl "Mazazo" Alvarez, Darío Buzzo y el "Turco" Jalle asomaba "Chiche" con sus 2m02 y 100 kilos, altura y peso más que estimable para la época.


 Y a él le dedicó una atención preferencial.


 "En realidad, era yo un purrete y mi papá me traía desde Médanos junto con mi hermano mayor, Jaime, para verlo en acción a Cabrera, a quien admirábamos. Luego establecimos una relación personal que terminó en una amistad sin límites. Acaso de ahí haya nacido que me dedicara tanta atención", explicó Adolfo.


 Pero, seguramente, hubo otras razones. A la ecuación natural altura-peso, era necesario añadirle técnica y "Chiche" absorbió como esponja la ristra de consejos prácticos y teóricos que recibió.


 De modo que, rápidamente, se forjó un pivote acorde con sus exigencias.


 "Lo que más me pedía pasaba siempre por ponerle dedicación. Había que entrenar, estar bien. Cierto que el énfasis en los fundamentos estaba siempre presente, pero tampoco obviaba lo práctico: 'Chiche, si hay falta, no hay doble...' me requería".


 Conste que Adolfo era un jugador limpio, que no se metía en problemas. Era un pivote de buena técnica antes que un guerrero del trapecio... salvo en los choques contra Capital Federal, ocasión en que se raspaba sin dar ni pedir tregua, sea con Perazzo o con Martín.


 Cuando dejó las inferiores y se sumó al plantel albo de primera colmó sus aspiraciones. Pudo jugar al lado de su ídolo.


 "Debuté contra Barracas Central y pronto aprendí que siempre había que estar muy atento. Su habilidad para asistir era tal que si no estabas con todas las pilas te podías ligar un pelotazo en el pecho o en la cara".


 Pero, en rigor, raras veces le sucedía.


 "El hecho de estar tanto tiempo juntos dentro y fuera de la cancha y conversar mucho --cuando viajábamos con el equipo o con las selecciones compartíamos la habitación-- con sólo mirarnos sabía qué quería él de mí y él que yo trataría de hacerlo".


 En alguna ocasión se le reprochó cierta ausencia de protagonismo. Explica las razones.


 "Siempre supe mis limitaciones y conocía qué podía aportar en función de equipo. No hay que olvidar que me tocó compartir con Cabrera, Fruet, De Lizaso, Cortondo, Raúl López, Monachesi... Pero, en otros quintetos que yo sabía que necesitaba un poco más de gol, buscaba más el aro".


 Adolfo Scheines era buen defensor, un adelantado en ese rubro, ya que solía anticipar a los más grandes que él, o jugarle físico a los más chicos. Cuidaba su tablero, básicamente, aunque solía prenderse en los rebotes del ajeno. En la ofensiva era muy disciplinado para ayudar a ejecutar los movimientos de ataque, metía cortinas expuestas o ciegas y, cuando encontraba un claro, tenía su tiro sea en jump o gancho.


 Su debilidad estaba en la ejecución de los tiros libres.

Sus orígenes




 Cuando contaba 3 años de edad lo llevaban a la plaza principal de Médanos, donde estaba ubicado el rectángulo de juego, y a pesar que enseguida el básquetbol le prendió fuerte, tenía sensaciones encontradas.


 "Sucedía que mi papá, Isaac, jugaba en contra de mi hermano Jaime, siete años mayor que yo, y como no sabía a quién alentar, me brotaban las lágrimas. Era muy difícil para mí".


 Cuando tenía 8 años se había enrolado en Macabi y venía todos los fines de semana, para jugar en categoría pulguitas. También jugó en la categoría superior en la categoría superior del club (tercera de ascenso) junto, entre otros, a Fidel, Fridenberg, Jaimovich, Tarchitzky, Kremer, Comar, Cmermiecki y Braylovsky, dirigidos por Orlando Capponi.


 Luego, cuando su familia se mudó a Bahía, tomó una decisión crucial.


 "Primero por 'Beto', y también porque quería crecer como basquetbolista, a los 12 años pasé a Estudiantes, donde hice mi carrera desde infantiles a primera".


 Que creció, no deja margen de dudas a poco que se enumere su impresionante acumulación de títulos conquistados. Acaso como ningún otro. Veamos.


 Con el albo fue bicampeón de cadetes menores (1968 y 1969) y bicampeón de cadetes mayores (1970 y 1971).


 "Era un año menor que los Alvarez (Guillermo y Raúl), de modo que dejaban menores y después los alcanzaba en cadetes", comenta Adolfo.


 En primera, seis veces ganador del CBB (1970, 1971, 1972, 1974, 1975 y 1980) y tres del oficial (1971, 1975 y 1976) y una vez del Apertura (1973).


 También conquistó el cetro oficial bahiense con Villa Mitre, en 1988.


 Además ascendió con Macabi en 1981.


 Con Bahía Blanca fue campeón zonal juvenil (1970, en MdP) y dos veces provincial juvenil (1969 en BB y 1970 en Punta Alta).


 Con la selección mayor se consagró campeón zonal en cinco ocasiones (1971, en Tres Arroyos; 1972, Tandil; 1973, MdP; 1974, Tres Arroyos y 1975, Olavarría).


 Siete veces conquistó el cetro provincial (1971, Junín; 1973, Olavarría; 1974, San Pedro; 1975, MdP; 1979, BB; 1980, Zárate y 1981, La Plata).


 Como si fuera poco, siempre a nivel de selecciones, fue campeón argentino en 1973, Chaco; 1974, La Rioja; 1976, Viedma; 1978, Tucumán y 1981, Neuquén y dos veces subcampeón: 1975, Comodoro Rivadavia y 1977, Córdoba.


 Estamos diciendo, entonces, que Adolfo Julio Scheines menos en 1977 y 1978 sumó hasta cuatro títulos por temporada, a saber: 1970, 1971, 1973 y 1975. Impresionante.


 Incluso no se puede dejar de lado que, estando lesionado en un codo, ofició de entrenador de primer equipo de Estudiantes que ganó un CBB.


 No es un dato menor que, con edad de cadete, integró la selección bahiense que el 3 de julio de 1971 derrotó a Yugoslavia por 78 a 75 en una de las noches más memorables para el básquetbol bahiense (ver anécdota aparte).


 Tampoco que haya sido convocado por el entrenador mundialista Jorge Canavesi, para incorporarse a la selección juvenil argentina junto a Cadillac, Raffaelli y Aguirre, entre otros.


 "No pude concurrir porque había sufrido una grave lesión, ligamentos cruzados, jugando para Estudiantes", se lamentó "Chiche".

Pivoteando en el trapecio




 Jovial, a sus 53 años Adolfo Scheines mantiene su reconocido buen humor y carácter afable, aunque físicamente creció. Está ancho, e-nor-me. Parece un oso.


 "Llegué a pesar 130 pero ahora estoy en 119 kilos", se ufanó, acaso sacando un pie de la balanza...


 Durante la charla, fue desgranando recuerdos, de los que tomamos los siguientes apuntes.


 * "El siempre recordado 3 de julio de 1971, jugué tres partidos en un día. A primera hora de la tarde en cadetes, a media tarde por Provincia en una amistoso contra La Pampa y, a la noche, me convocaron para estar contra Yugoslavia. Era la primera vez que iba al banco de la selección mayor y, la verdad, cuando en la presentación de los planteles los yugoslavos me dieron un pin ya estaba cumplido. Me podía ir a casa... Sin embargo, cuando apenas iban 7 minutos escuché "Chiche, Chiche..." y miré para atrás. No podía ser yo... Bueno, entré y no volví a salir. Hasta anoté 3 puntos".


 * "Mi padre, Isaac, era un apasionado por el básquetbol. Seguía a la selección bahiense y de Provincia a todos lados, incluso antes de que estuviéramos mi hermano Jaime y yo. Cierta vez participaba en un provincial intercolegial en Trenque Lauquen y paralelamente disputaba Estudiantes un cuadrangular muy importante en Pergamino. Papá me fue a buscar a Trenque Lauquen un sábado a la tarde y a la noche jugué en Pergamino. Apenas concluido, volvimos a Trenque Lauquen, donde salimos campeones pero no alcanzó a retornarme a Pergamino. Y eso que mi 'Viejo' viajaba rápido en su auto..."


 * "Soy amigo y fanático de mi sobrino Javier (jugó la última temporada en el equipo liguero de Estudiantes) quien tiene unas condiciones espectaculares. Creo que heredó mi técnica y la buena muñeca de mi hermano Jaime. Le falta darse cuenta que puede ser determinante".


 * "Cierta vez, ya en tiempos de Liga Nacional, con 'Beto' fuimos a buscar un extranjero a los Estados Unidos. Entre 250 que vimos en distintos campamentos, eligió uno... que no pudimos traer, porque luego lo seleccionarían con el Nº 1 en el draft. ¡Fijate qué ojo tenía!"


 * "Además de Macabi y Estudiantes, jugué en Náutico Hacoaj de la Capital Federal, como también en Bahiense del Norte y Villa Mitre, con quien en 1988 fuimos campeones de primera. Estaban Juan Garayzar, Raúl López, Guillermo Horacio López (actual DT de Estudiantes), Sergio Salecchia, Jorge Fernández, Germán Pérez, José Salmeri, Ramón Priore, Germán Gullino, Jorge Hosni y Sergio García. Nos dirigió 'Beto' Cabrera".


 * "Volviendo a los refuerzos extranjeros, con el antecedente de que Tim Billingslea había venido con su esposa, teníamos aprehensión respecto de cómo, por ejemplo, se adaptaría al medio Kenny Barnes. Bueno... terminamos pidiéndole a él que nos presente alguna de sus amigas..."


 * "Acaso pocos se acuerden, pero dirigiendo equipos femeninos fuimos varias veces campeones. Por ejemplo, con Estudiantes, en septiembre de 1981, con Sandra Bianchimano, María Cristina Suárez, Estela Saraiva, María Rosa Mandolesi, Sonia Santini de Hoya, Miriam Mabel Venditti, Susana McPeack, Fabiana Lebed, Adriana Lista, Elizabeth Di Yorio y Patricia López".


 * "Soy muy feliz de haber vivido mi etapa y convencido de que la Liga Nacional le dio un crecimiento espectacular al básquetbol nacional. Es verdad que nosotros no cobrábamos por jugar, pero por otro lado nunca hacíamos cola en la fila de los bancos, así que teníamos algún otro tipo de retribuciones. Por otro lado, me encantaría de que Estudiantes se mantenga en la élite".


 * "De los árbitros de entonces me encantaba Rodolfo Gómez, y también tengo buen recuerdo de José Piña, que era severo pero justo".


 * "Por afecto, Estudiantes era el escenario en que me sentía más cómodo para jugar. En lo que hace a estructura, el de Maccabi Tel Aviv, que conocí durante las Macabeadas. Es muy parecido a los de la NBA".


 * "En mi carrera, el técnico más importante que tuve fue Carlos Danussi. Fuera de saber lo que tenía que saber, a mí me sirvió mucho por cómo nos preparaba para los partidos. Nos convencía que éramos unos fenómenos. Además, como estratega era muy pícaro".


 * "En mi puesto admiraba a Guillermo Riofrío".


 * "Jorge Cortondo y Alejandro Meschini eran los que mejor me marcaban y Julio Ariel Rodríguez sobre el que más me costaba defender".


 * "El mejor quinteto de Estudiantes que integré fue con Cabrera, Alvarez Rojo, Alvarez y mi hermano. En Bahía, con 'Beto', De Lizaso, Monachesi y Cortondo".


 * "Mi puntaje más alto fue de 61 puntos, en un argentino interuniversitario, en el que salimos campeones representando a la UNS".


 * "Me retiré a los 38 años. Jugando para Huracán en el partido de Villarino, con Merlini de compañero y Alejandro Meschini y Raúl López de rivales, en Caza y Pesca, me lesioné otra vez en la rodilla y ahí terminó mi carrera. Igual me operé varios años después".


 Según datos compilados por el ingeniero Roberto Seibane, computando sólo los oficiales de primera división, Adolfo Julio Scheines jugó un total de 180 partidos en los que anotó 1.632 puntos, con una media de 9.07. Su mejor temporada fue en 1972, en la que registró un promedio de 17 puntos.

En la farándula




 Ya retirado de la práctica activa del básquetbol, Adolfo Scheines se orientó hacia otras actividades.


 "En 1992 tenía acá una empresa de producciones y organicé un desfile. Llegaron y participaron Alejandro Gravier y Valeria Mazza, quien empezaba su carrera internacional y llegó a ser top ten. Les gustó mi modo de trabajo, trabamos amistad y 6 meses después me invitaron para que me sumara a ellos en Buenos Aires", narra "Chiche".


 "Me fui en 1993, tenía 39 años. Estuve con ellos cinco años y, luego, en 1998 puse mi propia empresa", completó.


 Tras producir durante seis años el renombrado carnaval de Gualeguaychú, tuvo avatares.


 "Ibamos con buen rumbo, llegamos a tener 13 empleados, pero en la crisis de 2001 las primeras que cayeron fueron empresas como la mía. Redujimos el personal a dos. Tratamos de mantenernos y endeudarnos hasta donde sabíamos que podíamos cumplir. Zafamos y ahora estamos haciendo pie".


 Para concluir, trazó su panorama.


 "Si este año me va bien con las dos obras que ahora, en este julio y agosto próximo presentaremos en el teatro Opera de Buenos Aires, nos consolidaremos".

Personal




 Adolfo Julio Scheines nació el 10 de septiembre de 1953 en Bahía Blanca, por circunstancia de parto, pero vivió su infancia en Médanos, calle San Martín 286.


 Está casado con la correntina Paula Algamiz.


 En la Universidad Nacional del Sur se recibió de ingeniero agrónomo.


 Actualmente es empresario en el rubro de comunicación y organización de eventos, principalmente producciones de teatro.

Enrique Nocent/"La Nueva Provincia"