Las cupecitas largan hoy las clásicas Mil Millas Argentinas
Esta noche se largará desde Avellaneda la prueba de regularidad denominada "Mil millas Argentinas", organizada en forma conjunta por la Agrupación Clásicos e Históricos del Turismo Carretera (ACHTC) y la Asociación Cupés Turismo Carretera Argentino (ACTCA).
Para la reedición del que fuera un clásico del automovilismo nacional, se anotaron 57 cupecitas, entre ellas las de los bahienses Matías De La Torre (Ford) y Ricardo Gutiérrez (Chevrolet).
Estos autos antiguos realizarán el mismo recorrido de esa época --desde Avellaneda a Bahía Blanca--, sobre un total de 1.609 kilómetros, estimándose el arribo a nuestra ciudad para mañana viernes a las 17.30, al 3.500 de la avenida Alberto P. Cabrera.
"Realizaremos una neutralización en San Miguel del Monte y mañana a las 8.30 saldremos hacia Bahía Blanca, pasando por Las Flores, Rauch, Tandil, Benito Juárez y Tres Arroyos. El sábado saldremos hacía Coronel Pringles (por la Ruta 33 y luego por la 76), Olavarría, Saladillo, Lobos, Cañuelas y llegar a Avellaneda", explicó Gutiérrez.
"Transitaremos más o menos los mismos caminos por los que se desarrolló esa primera disputa --12 de diciembre de 1937-- que ganó Eduardo Pedrazini, con una cupé Ford 1937", sostuvo De La Torre.
Con la Chevrolet '37
Ricardo Gutiérrez, quien tendrá como copiloto a Rubén "Pichón" González, comandará su Chevrolet 1937 acondicionada con la mecánica de una Chevy 1975; ya que tiene motor 250 pulgadas cúbicas, caja de cambios Saginau de cuarta, diferencial Dana 44 y tren delantero flotante de Chevy.
"Esta cupecita la rescatamos de un desarmadero ubicado en Rondeau, donde estaba tapada por pajonales, toda oxidada, sus vidrios rotos y con faltantes. El trabajo de restauración lo hice con mi hijo y nos llevó cuatro años. La armamos por nostalgia de lo que fue para nosotros el Turismo Carretera", explicó.
Con ella ha participado en los cuatro Grand Prix de la República, que se larga en Buenos Aires y finaliza en Salta, en las cuales intervino acompañado de su hijo Diego Sergio.
"De las cuatro no puedo elegir una, porque cada carrera tiene una identidad propia y son distintos los inconvenientes que, herramienta en mano, debemos ir subsanando en el camino. Además, como las hago con mi hijo, tienen un sabor especial, porque se comparten muchas cosas", sostuvo.
"Como no puede concurrir por compromisos laborales, en esta prueba tendré como acompañante a `Pichón' González, quien ha participado en categoría Peugeot, así que ya tiene experiencia con el cronómetro y maneja bien el tema de los tiempos" agregó.
Al respecto señaló que "correr libremente produce una sensación diferente, ya que la cantidad de adrenalina que se suelta al torrente sanguíneo hace que uno se olvide de lo relojes, de las marcas, etc.".
"En la regularidad la pelea es con los relojes; se discute, en el buen sentido, constantemente con el acompañante. En el primer Gran Premio pudimos ver cuadernillos de hoja de ruta tirados en el camino, indudablemente producto de una crisis o del piloto o del acompañante".
Indicó que el Gran Premio del año pasado le dejó un sabor amargo cuando no pudo asistir a De La Torre, a quien se topó a la salida de una curva, llegando a Catamarca con un problema insalvable en el auto.
"No podíamos hacer nada, ya que estábamos en una etapa de control y él me hizo señas que su cupé no quería más. Pareciera que se deja algo en el camino cuando pasan esas cosas", indicó.
En otra parte de la nota, Gutiérrez reconoció que la velocidad le gustó desde joven, por lo cual se inició en la motos, cuando el autódromo estaba en Villa Bordeu.
"También realicé algunas carreras de Speedway --en 100 cc-- a mediados de los '60, en la Pista Roja, y luego en 175 cc, en Villa Mitre, con una moto que me prestaban los hermanos Mogrovejo. `Diablo Negro', Curzio, Ilacqua, Antonio Miranda, Raúl Collela, fueron algunos contra los que corrí".
"En los '70, ya en el automovilismo, participé en La vuelta de la Manzana, como acompañante de Jorge Albizu en una Fiat 1500 berlina", recordó.
Con la Ford '38
Por su parte, Matías de La Torre, con su hijo Sebastián como copiloto, guiará su cupé Ford 1938 --con motor V8 F-100 modelo '81, caja de Falcon Sprint y diferencial Dana 44-- con la que habitualmente participa en los Grand Prix de la República, que se disputan hacia el norte del país.
"El año pasado también hicimos la carrera del Monumento a la Bandera, en San Luis, que tuvimos la suerte de ganar; otra en Mar del Plata, en que salimos sextos, y la última en Junín, en que terminamos octavos", manifestó.
"En la de Junín se cortó el cable de velocímetro y se complicó todo, ya que para este tipo de competencia es fundamental el buen funcionamiento del cuentavueltas y del velocímetro", agregó al respecto.
Consultado sobre la razón que motiva su participación en este tipo de pruebas, dijo: "Lo hacemos porque nos gusta evocar lo que era el TC de antes, que para mí era más lindo que ahora, del que se corre en pista. Era mucho más folklórico, la gente iba a las carreras que se hacían en las rutas, por caminos de tierra".
Siguiendo su análisis comparativo, agregó que "ahora, los autos de TC en la pista son verdaderos monopostos con un casco arriba, más parecidos a un auto de fórmula. Además, antes era competencia de taller contra taller, en cambio ahora son empresas contra empresas; definitivamente es otra cosa muy diferente, lo único que se mantiene vigente es el asadito que se preparaba junto al camino, esperando ver pasar a los autos".
"En este tipo de carreras hay cosas que no se pueden prevenir, si bien los promedios no son altos --de 90 km/h--, si se agarra una caravana de cinco o seis camiones y que no se pueden pasar, después se debe `meter pata' para recuperar; pero además hay que hacer cálculos para lograr llegar a tiempo a los controles, y que acompañe la suerte para llegar a pasar sin retraso por los controles secretos".
Legarán mañana
La primera parte de la prueba culminará mañana, cuando a las 17.30 comiencen a llegar a la Av. Cabrera al 3.500 de nuestra ciudad, las primeras de la 57 cupecitas inscriptas. Luego permanecerán en parque cerrado (al lado del Parador Austral) para que el público las pueda apreciar y el sábado partirán (de a una) a las 8.30 de regreso a Avellaneda.