Deberá pasar 23 años a la sombra
BUENOS AIRES (Télam) -- El mítico delincuente Sergio Orlando Leiva, alias "El Negro Sombra", fue condenado ayer a 23 años de prisión por el secuestro de Mirta Fernández, una mujer que en 2003 fue "picaneada", violada y a la que le cortaron un dedo durante sus 27 días de cautiverio.
La misma pena recibió otro de los captores, Horacio "Lala" López, mientras que el ex policía federal Juan Carlos Gómez, a quien la víctima denunció como su violador, fue condenado a 22 años de cárcel.
El fallo fue dado a conocer ayer en Olivos por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1, de San Martín, que además absolvió a Mario Leopoldo Ibarra y a Angel Martínez, alias "Víctor Valenzuela" o "El Chileno Manolo".
La absolución de Martínez fue una sorpresa, ya que al declarar en el juicio, Fernández lo reconoció como la persona que la sacó de su auto de los cabellos y apuntándole con un fusil en el momento de la captura, y como quien jugó con su mano y una tenaza el primer día de cautiverio, para anunciarle que le iban a cortar un dedo.
Ibarra, en cambio, fue absuelto porque ni el fiscal de juicio, Marcelo García Berro, ni el abogado querellante, Jorge Cancio, lo habían acusado por falta de pruebas.
Para el resto de los imputados, Cancio había solicitado una pena de 25 años y para García Berro, 22.
Otros detalles
Los jueces Lucila Larrandart, Enrique Manson y Marta Milloc, consideraron a los tres condenados como coautores del delito de secuestro extorsivo cuádruplemente calificado por haber obtenido un rescate, por ser cometido por tres o más personas, por las lesiones graves ocasionadas a la víctima y por haber utilizado armas de fuego.
En el caso de Gómez se consideró como un agravante el hecho de haber pertenecido a una fuerza de seguridad, ya que es un sargento retirado de la Policía Federal, pero le dieron un año menos porque confesó su participación y delató a miembros de la banda.
El tribunal también ordenó extraer copias del debate y remitirlas al fiscal general de La Plata, para que investiguen la violación que Fernández denunció en el juicio haber sufrido por parte de Gómez, durante sus 27 días de cautiverio.
También dispuso enviar copias a la Procuración General de la Nación para que investigue el desempeño de Rita Molina, fiscal federal de San Isidro, instructora del caso.
Mirta Fernández, quien ahora tiene 35 años, escuchó el fallo acompañada y tomada de la mano por su hermana, su madre y su padre, y en todo momento evitó el contacto con la prensa.
Durante las últimas palabras, Leiva dijo que no era un "monstruo" y se declaró inocente, al igual que López y Martínez, y el único que admitió su participación en el hecho fue Gómez, quien dijo estar "realmente arrepentido".
Un hecho aberrante
Mirta Fernández fue víctima del secuestro más aberrante que tuvo que sufrir una mujer. Fue capturada el 19 de agosto de 2003, cuando regresaba a su casa de Don Torcuato en una camioneta y la interceptaron tres autos y una moto con hombres armados con FAL, que se tirotearon con un policía.
Por su liberación, los malhechores pidieron un millón de dólares, y como primera prueba de vida enviaron a la familia un casete de audio con sus gritos mientras era "picaneada" en un pie.
Si bien pasó un par de días en un primer sitio, que no se pudo identificar, luego fue trasladada a la casa del ex policía Gómez, quien fue su cuidador y, según denunció, la violó, en Villa Elisa.
El 7 de septiembre, a la mujer la drogaron con un té y cuando se despertó se dio cuenta que le había sido amputado la primera falange del dedo meñique de la mano derecha, que fue enviada a su familia junto a un video donde se la veía mutilada sobre la cama.
El padre de la víctima, ex capitalista de juego, finalmente pagó el rescate el 15 de septiembre, arrojando 430 mil pesos desde un tren y al día siguiente Mirta fue liberada en Puente Saavedra, del lado de Vicente López, dando fin a sus 27 días de secuestro.