Bahía Blanca | Miércoles, 10 de septiembre

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Laureano fue el primer bebé bahiense del año

Fue tal el agobiante calor que se vivió en nuestra ciudad el último día de 2006 (con una térmica de 51ºC) y en la madrugada del 1 de enero de 2007 que, según varias enfermeras, fue por esa razón que todos los bebés se "hicieron esperar". El primero en llegar en nuestra ciudad fue Laureano Avalo, primogénito muy esperado del matrimonio conformado por Mariano y Natalia Ramos, quien se asomó a la vida a las 10.50, en la Clínica de Empleados de Comercio "Dr. Raúl Matera".
El niño junto a sus padres Mariano y Natalia.




 Fue tal el agobiante calor que se vivió en nuestra ciudad el último día de 2006 (con una térmica de 51ºC) y en la madrugada del 1 de enero de 2007 que, según varias enfermeras, fue por esa razón que todos los bebés se "hicieron esperar".


 El primero en llegar en nuestra ciudad fue Laureano Avalo, primogénito muy esperado del matrimonio conformado por Mariano y Natalia Ramos, quien se asomó a la vida a las 10.50, en la Clínica de Empleados de Comercio "Dr. Raúl Matera".


 Según la Obstétrica Mariela Salthú, el nacimiento de Laureano, de 3 kilos 150 gramos, fue por cesárea a causa de la falta de progresión que mostraba el trabajo de parto de su madre.


 "Si bien estaba en término, al constatarse a través de las horas que el bebé no se acomodaba en el canal de parto y la dilatación de la madre no aumentaba, los médicos obstetras Carlos Delgado y Juan Carlos Recondo y la encargada de recepcionar al bebé, la doctora Graciana Manzo, decidieron practicar una cesárea".


 Es la primera vez, en 15 años, que Mariela participa del nacimiento del primer bebé del año bahiense.


 "Fueron varias las Fiestas que pasé de guardia en diversos hospitales, y siempre pensé que por el caudal de partos que se registra en el Hospital Penna se daría allá", destaca.


 En la habitación 315 de la Clínica de Empleados de Comercio descansará uno días más Natalia, de 28 años y su marido Mariano, ambos debutantes en la tarea de ser papás.


 "Estaba muy cómodo Laureano, parece que no quería nacer y entonces hubo que ayudarlo un poco", cuenta el flamante y orgulloso papá, quien a pesar de la calurosa jornada en la que decidió llegar su hijo (estaba programado para el 4 de este mes), no oculta la alegría que le produjo a él y a su familia la llegada de este bebé.


 "Estamos muy contentos y ansiosos, ya no aguantábamos más y queríamos tenerlo con nosotros", destacó Mariano, quien se desempeña como empleado de Codimat.


 Natalia sintió los primeros indicios de que Laureano había decidido adelantar su llegada unos días, cerca de las 8 de la mañana del domingo. Pero, recién en la madrugada del lunes, los intensos dolores confirmaron que estaba listo para nacer.


 "Estamos muy felices con la llegada de nuestro hijo y con la atención que recibimos en la clínica, pero queremos disfrutar de él antes de encargar un hermanito y de que los primos, abuelos y tíos lo malcríen demasiado", dijo Mariano.

Y siguieron llegando.




 A las 11.15, pero en el Hospital Penna, nació Victoria Morena, hija de Lorena Briamonte (27 años) y de César Croci, con un peso de 3,280 kilogramos.


 El parto, normal y a término, fue atendido por la doctora Marta Bertín, la partera Ana María Affranchino y las enfermeras de partos Estela Ayala y Adriana Bellizi.


 Cinco minutos más tarde, en el Hospital Privado del Sur, Julia Erramuspe y Pablo Colletta se convirtieron en papás de Donato, quien llegó a término y a través de un parto normal, con 3,565 kilos y 51 centímetros.


 Sano y con buen peso, el recién nacido fue recibido por la neonatóloga Andrea Salazar, las enfermeras de maternidad Carolina Cari y Dora Carabajal y la ginecóloga doctora Graciela Rodríguez.


 En el Hospital Italiano, cuando el reloj marcaba las 11.30 y 19 días antes de lo previsto, fue el turno de la hija de María Maico y Fernando Arlo, Francesca, quien llegó con unos saludables 3,300 kilogramos.


 La mamá fue sometida a una cesárea de urgencia por parte del ginecólogo Augusto Labrousse ya que, a pesar de haber roto la bolsa, el trabajo de parto, en que participaron las enfermeras Beatriz Vallejos y Beatriz Tesar y la obstetra Perla Muñoz no registraba avances.


 Más rezagados quedaron, en el Hospital Penna, Gabriel y Martiniano, quienes llegaron a las 12.25 y a las 14.35, respectivamente.


 Gabriel, quien nació con 3 kilos y es hijo de María Sol Calixto, de 26 años, y de Rodrigo Villalba, fue atendido por la doctora Vanesa Fuentes y las mismas profesionales que recibieron a Victoria, las enfermeras de partos Estela Ayala y Adriana Bellizi.


 También por parto natural llegó al mundo a las 14.35, Martiniano, con 3,140 kilogramos, hijos de la primeriza Yanina Pérez (de 21 años) y de Marcos Fidalgo.


 El nacimiento, cumplido a término, fue atendido por la doctora Mariana Amato y las enfermeras de Maternidad Nancy Blanco y Liliana Calegari, servicio que se encuentra a cargo de Sandra Bernardi.


 El Servicio de Obstetricia y Ginecología cuenta con una enfermera especializada en Neonatología y 12 enfermeras más que cumplen los tres turnos de 8 horas cada uno.


 Allí existen 22 habitaciones con 44 camas destinadas a los puerperios inmediatos y normales, a mamás postcesáreas, a embarazos de alto riesgo (que requieren observación y tratamiento con reposo), para pacientes pre y pos quirúrgicas con patologías propias de la mujer y otras para parturientas con enfermedades que requieran aislamiento con enfermedades infectocontagiosas.

Laura Gregorietti



En Capital Federal nació el primero del 2007










 BUENOS AIRES (NA) -- Una chica de 15 años dio a luz en los primeros instantes de la madrugada de ayer al primer bebé nacido del año y de la Capital Federal en 2007, un varón de más de tres kilos y medio de peso, en el hospital Piñero, de la zona de Bajo Flores.


 El niño, que fue llamado Agustín Nicolás, nació a las 0.01 por parto normal y se encontraba en buen estado, al igual que su madre, de acuerdo con voceros del hospital.


 La llegada de Agustín causó alegría en el personal de la maternidad del hospital, cuyo personal de guardia se congregó la habitación de la flamante madre, para celebrar la llegada del nuevo año junto a los parientes inmediatos.


 De no mediar inconvenientes mientras eran mantenidos en observación, tanto el bebé como la madre serían dados de alta en las próximas horas, según preveían los médicos.