DISTRITO DE CORONEL DORREGO
Ganaderos con vista al mar
Diana Arias
Agencia Oriente
Recorrer la hacienda a caballo, entre las dunas y con vista al océano, podría ser una propuesta de turismo rural bonaerense. Sin embargo, para los productores ganaderos que poseen tierras en la franja costera de la provincia se trata de un día más de trabajo.
La extensión de dunas en el distrito de Coronel Dorrego es de aproximadamente 6 a 10 kilómetros de ancho, recorriendo toda la costa, y el paisaje funda su particularidad en un medio en el que convergen relieve, fauna y flora.
La actividad que se desarrolla en el campo es exclusivamente ganadera.
Víctor Zacarías Uslenghi es el productor copropietario de El Puesto, un campo de 1.500 hectáreas que heredó de su padre, Humberto, quien a su vez lo compró a la familia Santamarina de Riglos, terratenientes de fines del siglo 19.
La característica de la tenencia de la tierra en la franja dunaria formaba parte de un conjunto de grandes estancias, dedicadas a la ganadería extensiva y constituyendo un bien de uso exclusivo de las familias de los estancieros, pero sin valor económico.
A mediados del siglo pasado, medianos productores adquirieron esas tierras con fines ganaderos.
Los médanos --como llaman los lugareños a los campos que orillan el océano-- comienzan abruptamente en el campo llano y mueren en la orilla del mar.
Los campos no son totalmente arenosos y las características del suelo se tornan más áridas en la cercanía del mar, con bajos y cañadones, lagunas, fachinales, cortaderas, entremezclándose lengüetas de arena viva proveniente de la costa, y que cambian de posición año a año.
Los límites de la propiedad de Uslenghi están cercados por alambrados caprichosos que, debido a la configuración del terreno, priman la aptitud a la exactitud.
"Trabajar el ganado en esta zona reviste una serie de condiciones, como saber montar a caballo, poseer destreza en el manejo de armas y reconocer las huellas de una fauna a veces hostil", señala Víctor, quien, acompañado de su empleado Alberdi, recorre periódicamente la hacienda.
Gracias al caballo.
El medio utilizado para ese trabajo es el caballo, porque "los vehículos con doble tracción no resultan aptos por la cantidad de bañados que hay en los lotes. Además, los fachinales y cortaderas hacen que el terreno sea intransitable; por eso el arreo de los animales es complejo y demanda mucho tiempo".
Las jornadas de trabajo duran, en la época de vacunación y castración, hasta 14 horas, y se necesitan al menos siete jinetes para realizar la faena.
En el verano salen al campo a las 5 de la mañana --descansando al mediodía porque el sol se vuelve implacable-- y luego continúan su labor hasta que oscurece.
Varios días conviven dueños y empleados en la casa de El Puesto hasta dar por terminada la misión. Asados, sobremesas y anécdotas recurrentes son los protagonistas de cada temporada.
Los médanos preservan su flora y su fauna vírgenes, creando un hábitat donde el ganado convive con avestruces --que toman agua de las mismas bebidas que las vacas--, chanchos jabalíes, ciervos, víboras y hasta esporádicos pumas.
"Los animales salvajes son parte del paisaje", dice Víctor, y aclara que "de ellos sólo los pumas y las víboras causan muertes en la hacienda; a los pumas debemos rastrearlos y cazarlos porque llegan a matar diez o doce terneros, mientras que con los ofidios las reglas son precaución y respeto".
Los ofidios ponzoñosos que habitan los médanos son la yarará ñata y yarará de la cruz.
Los chanchos jabalíes suelen verse en piaras y, debido al establecimiento de criaderos de cerdos en las cercanías, se observan especies cruzadas.
Un espectáculo aparte.
Los ciervos no tienen gran cornamenta, por lo que no son animales valiosos para los cazadores, aunque en El Puesto no se permite el ingreso al campo con esos fines.
"En la época de calor, es un espectáculo verlos tomando agua de las bebidas cuando amanece y al atardecer, generalmente en grupo", describe.
El Puesto tiene una casa sencilla, pero cuenta con los servicios elementales de la vida moderna: electricidad, teléfono y televisión.
Sus dueños llegan hasta allí en camionetas 4x4, pero, a la hora de trabajar, el tiempo parece detenerse en el siglo pasado, cuando los patrones salían al alba con sus peones y a caballo reunían el ganado.
(destacar)
Los campos no son totalmente arenosos y las características del suelo se tornan más áridas en la cercanía del mar, con bajos y cañadones, lagunas, fachinales, cortaderas, entremezclándose lengüetas de arena viva proveniente de la costa, y que cambian de posición año a año.
14
horas suelen durar las jornadas de trabajo en la época de vacunación y castración.