Bahía Blanca | Domingo, 10 de agosto

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La tragedia desde adentro

Si bien es cierto que el automovilismo es un deporte de alto riesgo, se hace muy difícil digerir una situación como la vivida el domingo en el autódromo de Rafaela. La desaparición física del copiloto Gabriel Miller tras el terrible accidente ocurrido en una de las chicanas del trazado, durante la competencia del TC Pista, volvió a pegar duro en una actividad muchas veces cuestionada por aspectos de seguridad.
La tragedia desde adentro . Opinión. La Nueva. Bahía Blanca


 Si bien es cierto que el automovilismo es un deporte de alto riesgo, se hace muy difícil digerir una situación como la vivida el domingo en el autódromo de Rafaela.


 La desaparición física del copiloto Gabriel Miller tras el terrible accidente ocurrido en una de las chicanas del trazado, durante la competencia del TC Pista, volvió a pegar duro en una actividad muchas veces cuestionada por aspectos de seguridad.


 Dos de "nuestros" pilotos vivieron la tragedia desde adentro. Ellos fueron el bahiense Cristian Valencia y el dorreguense Gabriel Satorra, integrantes de la categoría que sufrió la pérdida y que ahora reza por la salud del piloto Alberto Noya.


 "Los dos ingresamos en la chicana, pero cuando él dobla a la derecha empieza a hacer un trompo y yo alcanzó a frenar y a esquivarlo. Después de eso no veo más nada. Sé que lo sortearon dos o tres y, lamentablemente, otro lo agarra al medio", aseguró Satorra.


 El actual campeón de la Copa Mégane estuvo muy cerca del incidente. Y hasta soportó que varios lo sindiquen como responsable del trompo que terminó haciendo el auto involucrado.


 "No lo toqué. Larrauri se apresuró en su declaración, pero con los comisarios deportivos estuvimos viendo las imágenes y no se observó ningún roce", comentó ayer.


 --¿Pudiste ver el accidente por TV?


 --No, sólo cuando hizo el trompo delante mío.


 --Te pregunto porque dio la sensación de que Fayanás tenía posibilidades de esquivarlo.


 --No entiendo bien qué le habrá pasado, por qué no lo pudo esquivar. Estaba del lado interno del radio y soltando un poco el volante se podía pasar por detrás, como hice yo y varios más.


 --¿Cómo fueron los momentos vividos cuando se enteraron del fallecimiento de Miller?


 --Con mucha amargura. Cuando volvimos a pasar por el sector vi el accidente y más tarde, ante la salida de la bandera roja, me di cuenta de que estaba complicado y pregunté por la radio qué había pasado.


 --En general, los pilotos aseguran que saben que están en una actividad en la cual se asumen ciertos riesgos. ¿Se hacen un replanteo cuando ocurren estos hechos?


 --Lo único que le genera dudas a uno es si es necesario tener un acompañante o no, porque no cumplen ninguna función de importancia arriba del auto. En este caso, falleció un acompañante, que si no hubiese estado... Lo del copiloto es parte del folklore del TC. Esa es la única duda, si hay que correr solo como en las otras categorías.


 --Entonces, te parece una buena medida sacar a los copilotos.


 --No sé si será una buena medida, pero el único factor que encuentro en los acompañantes es que aportan dinero para que los pilotos puedan correr.


 --Pero más allá de ello, ¿no te genera miedo?


 --Desde el primer día en que te subís a un coche de carreras sabés que te puede ocurrir un accidente o suceder cualquier cosa. Eso está bien claro. Este accidente fue una desgracia. Hay que mirar hacia adelante y no aflojar.


 --Muchos de los accidentes fatales son los que ocurren con un golpe lateral...


 --(Interrumpe) No sé si habrá algún auto que pueda resistir un golpe justo a la altura de la puerta, en esta circunstancia, a más de 150-160 kilómetros por hora.


 --¿O sea que no se trata de un problema de seguridad?


 --Por más seguridad que tengas, la desaceleración que sufre uno cuando está parado y lo agarra un auto de 1.400 kilogramos a 160 kilómetros de costado es terrible. No creo que sea posible aguantarla.


 --Muchos dicen que Rafaela es un circuito muy peligroso. ¿Qué te parece?


 --Rafaela se presta para que sucedan estas circunstancias, porque al final de la recta llegás a 260-270 kilómetros por hora e ingresás a una chicana, por lo que es fácil perder el control. Y si venís atrás no tenés demasiado tiempo para evitar el choque. No soy quién para decir si hay que seguir corriendo ahí o no.


 --¿Que te pareció la reacción de los pilotos de Turismo Carretera, de no correr, y de un grupo de gente que se quejó por la determinación?


 --Lo de los pilotos me parece muy bien. Hay muchos que eran amigos y conocidos. No creo que esté bien correr cuando le sucede algo así a un compañero. Hay que dejar los intereses de lado. La gente normal y que estaba coherente en ese momento lo entendió bien. Los demás, quizá no están bien.

Otro punto de vista




 El enfoque de Cristian Valencia fue diferente. Es que el bahiense venía un poco más retrasado y debió sortear el lugar del accidente unos pocos segundos después del fuerte impacto.


 "Cuando Fayanás le pegó al auto de Noya yo estaba comenzando a transitar la chicana y me avisaron tanto mi acompañante como por radio desde el equipo. Sinceramente, no levanté el acelerador en ningún momento porque vi el espacio para, con precaución, pasar por el lugar. Varios transitamos por el sector sin ningún problema", contó.


 "En ese sector salís acelerando en segunda a unos 160 kilómetros, que no es poco. Pero una vez que dejás atrás la curva observás un panorama, porque existen unos 100 metros hasta donde se encontraba. No digo que tenía tiempo para esquivarlo, pero Fayanás frenó en lugar de volantear, como atina cualquier piloto. Pero cuando tiene que pasar pasa y ahora todo lo que podamos llegar a hablar no aporta nada", añadió.


 Los minutos posteriores a un accidente de esta magnitud suelen ser complicados para cualquier piloto. Sobre todo, cuando observan que el tiempo corre y la carrera no se reanuda. Ese no es un buen indicio.


 "Después de semejante accidente y de estar 20 minutos parados el ánimo era otro. Yo preguntaba continuamente qué había pasado, porque Noya estuvo todo el fin de semana en el box pegado al nuestro. Además, conozco al acompañante porque corría con Mario Olivelli. En el ambiente era muy conocido porque corría un día con un piloto y después con otro. El silencio que había en los boxes cuando nos enteramos era increíble", relató.


 La decisión de los pilotos de TC de no correr tras conocer la tragedia sorprendió a Valencia.


 "Todavía estoy impactado por la determinación. Fueron muy solidarios y no hubiera esperado nunca una reacción así. Esta vez, los grandes del automovilismo hicieron el esfuerzo por nosotros. De no ser por los resolución de ellos se hubiera corrido", comentó.


 "Fue lamentable lo que sucedió después con la gente, que insultó y golpeó a algunos pilotos. Y hasta le rompieron la trompa a uno de los autos. Fue un grupo minoritario, pero había 300 o 400 personas y ¿cómo los parás?".


 Valencia no ocultó su preocupación ante estos hechos, que bien le pueden suceder a cualquiera de los que se suben a un auto


 "Soy muy consciente de lo que puede llegar a pasar. Si hubiera una carrera dentro de 15 días, seguro que no iría. Vengo tomando la actividad de otra manera desde hace un par de años y pienso diferente a un pibe que tiene 10 años menos", consideró.


 "A la categoría le hizo muy mal el fallecimiento de este muchacho, pero le hará bien en otro sentido, porque una vuelta antes veníamos unos 10 autos sobre la recta principal y queríamos entrar todos en la chicana. Y nos veníamos tocando. Todos queremos ir para adelante y queremos ganar, pero no hay códigos. Los autos son muy seguros, pero no nos importa tocarnos", afirmó.


 La decisión de que corra o no un copiloto no le parece trascendental a Valencia.


 "El acompañante falleció porque el golpe fue terrible. No es la culpa de si está o no, porque el cuerpo humano no resiste ese impacto lateral. Quizá es el momento de replantearlo y de que se bajen los acompañantes. No sé. Pero todos nos tenemos que enfriar, incluso en otras categorías. Ojalá que comencemos a hacer las cosas bien", culminó.

"Hay un límite"




 El piloto Ernesto Bessone defendió la decisión tomada por los pilotos de no correr la final del TC. "Creemos que hay un límite en cualquier competencia, que es el respeto por la vida. Decidimos no correr por la familia de la persona que había fallecido. Tenemos la conciencia tranquila", señaló uno de los máximos referentes que tiene el automovilismo argentino.

Condolencias




 La Comisión Directiva de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC) y los representantes del equipo Desafío Ford Focus expresaron en las últimas horas las condolencias por la muerte del acompañante Gabriel Miller. En un comunicado de la CD, se expresan las "más profundas y sentidas condolencias a familiares, amigos y allegados del acompañante de Alberto Noya, Gabriel Miller". También hicieron lo propio el TC 2000 y la APAT.

Noya sigue grave




 El piloto de TC Pista Alberto Noya fue operado y continuaba ayer en estado grave, luego del accidente que se cobró la vida de su copiloto Gabriel Miller, según informó el médico de la ACTC, Rodolfo Ballinoti.


 "El paciente fue operado para descomprimir el hematoma cerebral, permanece en estado de coma y es asistido con respirador artificial", explicó.


 Pero dentro de la gravedad que presenta el cuadro, su estado es estable y el pronóstico sigue siendo reservado, aunque habrá que esperar dos a tres días para ver cómo evoluciona el edema cerebral difuso que lo afecta.


 El piloto había quedado internado en el domingo en el Sanatorio Güemes de la Capital Federal, tras ser trasladado desde Rafaela. Continúa alojado en una sala de terapia intensiva tras su traslado, por expreso pedido del padre del piloto.


 El papá fue quien resolvió su traslado a Buenos Aires después de que Noya mostrara "signos vitales favorables", señaló un directivo de la ACTC.


 Después del accidente, Noya había sido internado en coma tres y con asistencia respiratoria mecánica en el Policlínico de Rafaela, pero por la tarde se decidió continuar con su atención en Buenos Aires.


 En el centro asistencial rafaelino se le realizó una tomografía computada para tener una mayor certeza en cuanto al diagnóstico, antes de que viajara en un avión sanitario.